Tiene cámaras de fotos en los ojos y en esas cámaras tiene su corazón. Un corazón herido por el dolor de los otros, aunque enorme en su compasión y alentado por la esperanza. La fotógrafa Estela de Castro se hizo muy visible en 2019, cuando recibió el encargo de realizar los retratos oficiales de la familia real, pero la trayectoria de su obra venía marcada por un inquebrantable compromiso con la lucha por los derechos humanos y los derechos animales. Formada con los más importantes fotógrafos nacionales (Vallhonrat, Molina, Momeñe, Moro, Outumuro), inició en 2011, acaso impulsada por una generosidad gratitud, su proyecto Fotógrafxs, con el que ha retratado a los grandes maestros de la fotografía española. Pero su mirada, su corazón, ha traspasado la barrera de la especie. Entre 2017 y 2019 pasó muchas horas observando a los animales cautivos en los zoos, siendo testigo de un sufrimiento que plasmó en su serie Zoocosis, con la que participó en Capital Animal. Al mismo tiempo, creó PHES-Fotografía Española Solidaria, con el objetivo de ayudar en la crisis migratoria: logró recaudar fondos tanto para el trabajo de asistencia a personas que huyen de sus países como para el trabajo de ayuda a los animales que quedaron atrapados en Siria por la guerra. Con su proyecto 33.293 dio voz en 2018, utilizando la fotografía como herramienta, a más de cien personas de diecisiete nacionalidades que habían sido desplazadas de sus hogares. Sus fotos se han publicado en las más prestigiosas revistas, editoriales y periódicos nacionales e internacionales.
Fiel a los más olvidados, los invisibles, Estela de Castro trabaja actualmente en su proyecto Los animales, donde los protagonistas son individuos de otras especies que habrían muerto si no hubieran sido rescatados del infierno de diversos abusos. A través de sus cicatrices, visibles o invisibles, es inevitable el reflejo de “humanos aterradores”, pero lo que Estela de Castro busca esta vez es dejar constancia de que también hay “humanos maravillosos” que dedican su vida a ayudar a unas víctimas que están entre las más vulnerables, pues ni siquiera tienen voz para defenderse. Dice la fotógrafa que quiere ponerlos en valor para buscar esperanza. Y, en esa búsqueda, ha visitado muchos refugios y santuarios de animales repartidos por el Estado español y se ha encontrado con supervivientes de numerosas especies. Sus retratos de esos animales, todos realizados con luz natural, tienen una calidad extraordinaria, pero “no son solo fotos bonitas”. La propia autora nos presenta a esas otras personas una a una, en esta selección de una serie de más de 150 retratos que será publicada próximamente en un fotolibro por Debacle Ediciones.
LIAM - Cerdo. Liam nació en una granja intensiva con splay-leg, una alteración congénita que provoca que las extremidades traseras se queden abiertas. Para corregirlo, le ataron las piernas con cinta aislante y alambre, con tanta fuerza que su pie se necrosó y lo perdió. Iba a ser enviado ese mismo día al matadero, pues en las granjas no cuidan a los animales cuando tienen un problema, ya que dejan de ser rentables. Son considerados meros productos. Por suerte, una trabajadora que intentaba reducir en lo posible el sufrimiento que viven estos cerdos, lo salvó, guardándolo dentro de su jersey, y Liam fue trasladado a Santuario Gaia.
PEPITA - Jabalina. Pepita fue encontrada por una familia cuando tenía solo unos días de vida. Los cazadores habían matado a su madre, dejándola sola y desnutrida en el bosque. Fue trasladada a la Reserva Wild Forest, que se encuentra ubicada dentro de un bosque. No podrá ser reintroducida en la naturaleza.
GUILLE - Chimpancé. Guille nació en un zoo de La Orotava, en Tenerife, y fue vendido como mascota a una mujer que lo recluyó en su jardín, encerrado en una jaula de 2x2 metros. Privado de luz solar, porque estaba siempre cubierto por plásticos; privado de agua, porque solo le ofrecían refrescos; y privado de una alimentación sana, porque solo le daban de comer patatas fritas y bollería industrial, Guille vivió sobre sus propios excrementos hasta que en 2007 fue incautado y rescatado por Rainfer. Llegó sufriendo fotofobia y una grave agorafobia, de las que ya está recuperado, pero los trastornos psicológicos siguen siendo muy severos y es el chimpancé con mayores problemas de adaptación social del santuario. Aunque muy desconfiado, es bueno, dulce y cariñoso cuando se deja conocer. Tiene 24 años.
IRVING - Estornino. Irving pertenece a una especie clasificada como cinegética, por lo que su caza está permitida. Fue rescatado por Birds Friends, un santuario de aves que se encuentra en Barcelona, con un disparo en una de sus alas. Se pudo extraer el balín a través de una cirugía, pero no ha podido recuperar la movilidad por completo y se ha convertido en un ave irrecuperable.
LIZ - Galga. Liz es el desecho de un cazador, la encontramos cerca de mi casa cuando terminó la temporada de caza. Un grupo de personas hicimos una rutina de comida durante varios días y, cuando la teníamos localizada, llamamos a Animal Rescue para poder rescatarla con una jaula trampa. Durante meses tuvo mucho miedo al ser humano, pero poco a poco fue confiando y pudo por fin ser adoptada.
EFRAÍN - Chivo. Efraín fue rescatado de una explotación ganadera de ovejas y cabras. En el año 2017, vecinos de la zona comenzaron a denunciar la grave situación de cientos de animales encerrados en una granja sin agua ni comida. Sobrevivían hacinados entre cadáveres, excrementos, montañas de barro que les impedían caminar y otros animales heridos de diversa consideración, sin ningún tipo de asistencia veterinaria. Un juez ordenó el decomiso de cerca de 700 animales y sus propietarios han sido condenados con la mayor pena que se puede imponer en estos casos. Junto a doce cabras, cuatro de ellas embarazadas, Efraín fue trasladado a Santuario Gaia.
POLLITOS. En octubre de 2020, unos 25.000 pollitos, que eran trasladados en cajas apiladas a una granja de engorde, fueron abandonados en el aeropuerto de Barajas, al no ser reclamados por su destinatario. La mayoría agonizó por hambre, sed, frío y hacinamiento. Apenas sobrevivieron unos 3.000, que fueron rescatados y asistidos por diversas protectoras. En Animal Rescue se hizo la foto de cuando aún eran bebés.
PIES RÁPIDOS - Pollo. Uno de los pollitos rescatados por Santuario Vegan es Pies Rápidos, fotografiado en el santuario cuando ya tenía tres meses. Los pollos que la industria destina al engorde son condenados al matadero cuando tienen solo entre 5 y 7 semanas de vida, aunque en condiciones de respeto y cuidado su vida puede llegar hasta los 15 años.
DANTE - Perro beagle. Dante fue rescatado de un laboratorio farmacéutico junto con otros 32 beagles que iban a ser sacrificados. Debido a su carácter dócil y sumiso, es la raza de perro más utilizada para la experimentación. Con ellos llevan a cabo estudios de toxicidad con medicamentos, pesticidas, productos del hogar o tabaco. Dante fue rescatado por Animal Rescue y ya ha sido adoptado.
ALGODÓN - Cabra. Algodón fue abandonado en el campo nada más nacer. Su madre dio a luz y tuvo que seguir al rebaño para no quedarse sola. Lo encontraron aún con la placenta y fue trasladado a Animal Rescue.
DUQUETA - Búho real hembra. Duqueta sufrió un accidente con un cable de alta tensión y perdió por completo una de sus alas. Este es un serio problema para las rapaces: cada año miles de aves pierden la vida electrocutadas o sufren accidentes graves que provocan que sean animales irrecuperables. Duqueta es un animal irrecuperable y fue trasladada a Granja Natura, donde comparte espacio con otro búho real procedente de la cetrería.
JOSELITO - Yaco (loro). Joselito vivió durante años en la habitación de un prostíbulo, sin cuidados, sin la alimentación adecuada y sin luz natural. Encerrado en una pequeña jaula, era parte del attrezzo de una habitación con temática tropical. Fue incautado y rescatado por Birds Friends.
LEOCADIA - Gallina. Leocadia procede de un decomiso de la llamada 'Finca de los Horrores' de Murcia, una explotación donde los animales vivían en pequeñas jaulas, rodeados de una mezcla de basura, excrementos, barro, comida en putrefacción y restos óseos de otros animales. Gracias a la denuncia de Equalia y a la colaboración de diferentes protectoras y santuarios, se pudo rescatar y reubicar a todos los animales que quedaban con vida. Leocadia vivía en una pequeña jaula junto a otras gallinas, en condiciones deplorables.
ISIS - Ciervo. Isis es un cervatillo que fue encontrado cuando solo era un bebé con una pata totalmente fracturada. Fue recogido por los forestales y trasladado a la Reserva Wild Forest de animales salvajes. Isis no puede ser reintroducido en la naturaleza, ya que fue criado a biberón y ha perdido sus capacidades de supervivencia en un entorno salvaje
JUANA - Yegua. Juana es una pura sangre inglesa, raza utilizada para competir en hipódromo. A los cinco años sufrió un accidente en una de sus extremidades traseras y, a pesar de ser operada, no pudo recuperar la movilidad por completo, lo que le impedía seguir compitiendo. Santuario Vegan pudo rescatarla a tiempo cuando iba a ser enviada al matadero por haber dejado de ser rentable.
GARCILLA BUAYERA. Esta garcilla no tiene nombre por ser un animal salvaje recuperable. Durante el temporal Filomena, paseando un día con mi amigo Mario por la ribera del río Manzanares, vimos que no podía volar. Mi amigo, que es experto en aves, se dio cuenta de que algo pasaba, pues estábamos cerca de ella y no levantaba el vuelo. Efectivamente, las bajas temperaturas y la nieve habían congelado el final de una de sus alas. La llevamos a casa con mucho cuidado para no hacerle daño, la secamos con un secador de pelo y después fue liberada. Durante el temporal murieron cientos de animales.
AGUILUCHO LAGUNERO. No tiene nombre al ser un animal salvaje recuperable. Fue encontrado al lado de una valla metálica, sin poder volar, y trasladado a Grefa, centro de rescate de fauna silvestre. Una de sus alas está herida y tiene el fémur partido, así que se encuentra ingresado en el hospital veterinario del centro. Cuando sus heridas estén curadas podrá ser liberada. Los animales salvajes que pueden ser reintroducidos en la naturaleza deben tener el mínimo contacto con los humanos para no quedar troquelados.
MOHANI - Leoparda. Durante varios años, Mohani fue utilizada para realizar un show por una pareja de magos. Para poder manejarla, fue desungulada, práctica que consiste en arrancar mediante cirugía las uñas y la primera falange, y que afortunadamente está prohibida desde 2016. También le arrancaron los colmillos. Esto provoca en los felinos mucho dolor, además de dejarles sin la posibilidad de defenderse. Fue rescatada por el centro de recuperación Primadomus.
Tiene cámaras de fotos en los ojos y en esas cámaras tiene su corazón. Un corazón herido por el dolor de los otros, aunque enorme en su compasión y alentado por la esperanza. La fotógrafa Estela de Castro se hizo muy visible en 2019, cuando recibió el encargo de realizar los retratos oficiales de la familia real, pero la trayectoria de su obra venía marcada por un inquebrantable compromiso con la lucha por los derechos humanos y los derechos animales. Formada con los más importantes fotógrafos nacionales (Vallhonrat, Molina, Momeñe, Moro, Outumuro), inició en 2011, acaso impulsada por una generosidad gratitud, su proyecto Fotógrafxs, con el que ha retratado a los grandes maestros de la fotografía española. Pero su mirada, su corazón, ha traspasado la barrera de la especie. Entre 2017 y 2019 pasó muchas horas observando a los animales cautivos en los zoos, siendo testigo de un sufrimiento que plasmó en su serie Zoocosis, con la que participó en Capital Animal. Al mismo tiempo, creó PHES-Fotografía Española Solidaria, con el objetivo de ayudar en la crisis migratoria: logró recaudar fondos tanto para el trabajo de asistencia a personas que huyen de sus países como para el trabajo de ayuda a los animales que quedaron atrapados en Siria por la guerra. Con su proyecto 33.293 dio voz en 2018, utilizando la fotografía como herramienta, a más de cien personas de diecisiete nacionalidades que habían sido desplazadas de sus hogares. Sus fotos se han publicado en las más prestigiosas revistas, editoriales y periódicos nacionales e internacionales.
Fiel a los más olvidados, los invisibles, Estela de Castro trabaja actualmente en su proyecto Los animales, donde los protagonistas son individuos de otras especies que habrían muerto si no hubieran sido rescatados del infierno de diversos abusos. A través de sus cicatrices, visibles o invisibles, es inevitable el reflejo de “humanos aterradores”, pero lo que Estela de Castro busca esta vez es dejar constancia de que también hay “humanos maravillosos” que dedican su vida a ayudar a unas víctimas que están entre las más vulnerables, pues ni siquiera tienen voz para defenderse. Dice la fotógrafa que quiere ponerlos en valor para buscar esperanza. Y, en esa búsqueda, ha visitado muchos refugios y santuarios de animales repartidos por el Estado español y se ha encontrado con supervivientes de numerosas especies. Sus retratos de esos animales, todos realizados con luz natural, tienen una calidad extraordinaria, pero “no son solo fotos bonitas”. La propia autora nos presenta a esas otras personas una a una, en esta selección de una serie de más de 150 retratos que será publicada próximamente en un fotolibro por Debacle Ediciones.