Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Feijóo confía en que los jueces tumben a Sánchez tras asumir "los números"
Una visión errónea de la situación económica lleva a un freno del consumo
OPINIÓN | La jeta y chulería de Ábalos la paga la izquierda, por Antonio Maestre
Sobre este blog

El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

Editamos Ruth Toledano, Concha López y Lucía Arana (RRSS).

Nace ETICAS, un espacio de encuentro entre la ciencia y la liberación animal

Proyecto ETICAS en Santuario Gaia

3

Las lechugas no sienten, pero los animales sí. Esto es lo que llamamos una evidencia científica y, a pesar de que las conversaciones y los debates a veces pueden derivar hacia lo impensable, el conocimiento científico ha dejado atrás el tabú de la sintiencia animal, y por fin lo ha colocado en el centro de la idea de liberación animal. A través de datos y argumentos científicos, aplicando todo el conocimiento de un estudio que ha obligado a replantear los dogmas filosóficos, e incluso religiosos, que retrasaban la idea clave del movimiento antiespecista: aquella frase, un poco ligera pero certera, de que los animales sienten y padecen.

Han pasado 50 años desde que el término especismo se utilizara por primera vez, atribuido al psicólogo británico Richard D. Ryder, quien bautizó un panfleto de protesta contra la experimentación animal con esa palabra. Desde entonces, han sido incontables las aproximaciones, muchas notables y brillantes, desde la filosofía, la ética y la moral, a la hora de argumentar y equipar la validez de lo que, en definitiva, es una de las ideas más revolucionarias de nuestro tiempo. Pero la ciencia observaba todo desde arriba, como si no fuera competencia suya. Cuando en realidad había mucho que mostrar y demostrar.

La Enciclopedia Británica, institución poco transgresora y revolucionaria, aún define el especismo como una “rama aplicada de la Ética y la Filosofía sobre los derechos de los animales”. Sin embargo, otro diccionario popular, el Collins (que fue fundado en 1979 y tiene otros aires), habla en su versión de 1991 (y posteriores revisiones) de una “ciencia medioambiental” que se basa en “la creencia de los humanos de que todas las demás especies de animales son inferiores y, por lo tanto, pueden utilizarse para beneficio humano sin tener en cuenta el sufrimiento infligido”. Curiosamente, nuestro diccionario de la Real Academia de la Lengua Española recoge la acepción norteamericana del Collins que habla del especismo como la “discriminación de los animales por considerarlos especies inferiores”, para delimitar el término en la segunda acepción con que se trata de una “creencia”. Y no es la primera vez que la humanidad ha basculado entre la ciencia y la filosofía. Sin embargo, sí estamos asistiendo a la primera vez en que la ciencia se interesa y moviliza para explicar el antiespecismo, apuntando a la vida emocional, los sentimientos, o la socialización para desmontar la crueldad, la explotación y el maltrato.

Pero, ¿qué piensan los animales de todo esto?

Obviamente, no les vamos a preguntar con nuestro lenguaje pero, atendiendo a las especificidades, a las excepciones de cada especie e a incluso cada individuo, resulta que sí podemos escucharlos, desde la voluntad y el compromiso. Por eso, la llegada de un proyecto de comunicación científica como ETICAS se convierte en una pequeña revolución. Más aún porque surge en nuestro país y con vocación internacional, y desde la modestia de un puñado de talentos que no podía seguir callando ante la ausencia de otro tipo de conversación: la que surge del estudio, el análisis y el método contrastado de los datos y las evidencias. Serán intérpretes, traductores simbólicos de lo que nos cuentan los animales no humanos desde múltiples códigos.

Adrià Voltes es bien conocido en este blog, y fuera de él como activista. Pero además es graduado en Genética por la Universitat Autònoma de Barcelona y doctor en Biomedicina por la Universitat Pompeu Fabra. Él será el encargado de coordinar ETICAS y el presentador de los episodios documentales que van a hilar muchos de los temas que se irán presentando en su web, así como en los webinars monotemáticos que acompañarán el programa de este espacio científico. Compartirá el viaje con Tirsa Sánchez, Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Barcelona, además de creadora del material audiovisual y de la gestión de redes sociales en la Fundación Franz Weber, organismo que ha impulsado este proyecto multidisciplinar.

“ETICAS son las siglas para Estudios Técnicos e Investigación en Ciencia Animal y Sintiencia”, nos explica Voltes en conversación no presencial. “Se trata de un proyecto de divulgación científica sobre las vidas de los otros animales, poniendo el foco en el estudio de los afectos, pero también en aspectos sociales, cognitivos, individualidades y de malestar en las explotaciones”. Datos frente a emociones, o las dos cosas juntas. Pero ¿cómo luchar contra la desinformación, los rumores, los mitos urbanos y, en definitiva, contra la ignorancia, que precisamente atrapa aún más en su brutalismo al ignorante, por culpa de las redes sociales, que ha convertido en movimiento organizado a los peores elementos de la sociedad?

“La cultura científica es una herramienta básica contra los mitos y la desinformación”, apunta Voltes. “Sin embargo, la cultura científica también implica conocer la naturaleza de la ciencia, especialmente cuando evaluamos la situación de los otros animales en nuestra sociedad. Los datos son una cosa, interpretar los datos es otra y decidir cómo incorporamos esas interpretaciones en nuestras normas de convivencia es otra bien distinta”. Ahora bien, la interseccionalidad sobrevuela de nuevo sobre esta aproximación, tal y como nos advierte el coordinador del proyecto: “Para posicionarnos frente a temáticas socio-científicas de manera informada y tomar decisiones justificadas y responsables, no solamente necesitamos los datos, también debemos tener presentes las aportaciones de la ética y recordar que la comunidad científica no es un grupo social aislado e independiente, también se ve condicionado por la sociedad, la cultura y las ideologías imperantes”.

Mira, lee, aprende

El proyecto nace, como decíamos, con un planteamiento multiplataforma, más allá de sus canales de difusión en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube. Tal y como podremos ir siguiendo en su web, cada dos semanas aparecerá un vídeo nuevo, que vendrá acompañado de artículos relacionados y la convocatoria de un seminario web cada dos meses. La apuesta por el reportaje documental educativo es uno de los grandes aciertos del proyecto. “Hacemos una propuesta de bloques temáticos”, desglosa Voltes. “El hilo conductor de cada bloque será una serie documental con el foco en una especie determinada y subdividida en distintos episodios que se irán publicando con una frecuencia de cada dos semanas. En los primeros episodios de cada bloque nos centramos en explorar las evidencias científicas sobre las vidas emocionales y cognitivas de la especie protagonista. Estos episodios siempre desembocan en al menos un capítulo exclusivamente centrado en la explotación de dicha especie, donde ponemos de manifiesto los perjuicios a los que esos individuos son expuestos en prácticas humanas de distinta índole”.

Se podría decir que esta iniciativa no llega despolitizada, tal y como nos advierten en la presentación de ETICAS en su web: cultura científica e incidencia política vienen de la mano, y el equipo humano y activista que conducirá todo lanza un manifiesto. “Los datos sobre quiénes son los otros animales deben tener un impacto en la manera en que nos relacionamos con los mismos. Sin embargo, históricamente estos datos no han estado al servicio de los vulnerables, sino al de la perpetuación de su explotación. ETICAS pretende dar respuesta a la necesidad de reforzar el puente que une estas evidencias científicas a sus implicaciones ética y políticas. Por lo que este proyecto no se limitará a la transmisión de información, ETICAS aboga por la acción política y el impacto normativo de los conocimientos científicos asesorando en campañas de protección animal”.

Modestia y compromiso, ambición con una hoja de ruta, pero ¿cuáles son las expectativas realistas con las que nace una propuesta tan insólita en nuestro tiempo? “En primer lugar, esperamos hacer de ETICAS un espacio de referencia para el aprendizaje y el entretenimiento, que fomente la cultura científica en paralelo al cuestionamiento de prácticas antropocéntricas”, nos aclara Adrià Voltes. “En segundo lugar, ofrecer al activismo una herramienta de la que tenemos mucho que extraer: evidencias científicas que se acumulan en bases de datos y que debemos poner al servicio de los otros animales”. 

Para empezar, conoce de verdad a los cerdos

El estreno audiovisual de ETICAS lleva a lo concreto todas las promesas y compromisos que nos plantean los creadores del proyecto. Un documental en varias partes, presentado y conducido por Adrià Voltes, nos introduce en imágenes, gráficas y localizaciones reales (en el bien amado Santuario Gaia) con un compendio de datos y revelaciones sobre los cerdos que no dejará frío a nadie. Se ha hablado con frecuencia de la cercanía entre los humanos y los cerdos o los jabalíes, pero ¿qué aprenderemos en este arranque documental?

“De inicio, lanzar una serie de preguntas”, explica Voltes. “¿Cómo se estudian las emociones en cerdos?, ¿qué dicen los datos sobre sus vidas sociales y cómo éstas se ven condicionadas en las explotaciones?, ¿qué focos de malestar podemos encontrar en las granjas?, ¿cómo se investiga el efecto de las interacciones entre cerdos y seres humanos? Estas son algunas de las preguntas que abordaremos en los primeros cuatro episodios que constituirán el primer bloque temático”.

Y después de entretenernos mirando las explicaciones claras y amenas que Adrià Voltes hace en pantalla, la invitación a participar en los seminarios relacionados. El primero de ellos será, precisamente, con la colaboración del Santuario Gaia, que enamora a medio mundo con sus historias íntimas y a flor de piel acerca de los animales refugiados en sus instalaciones. ¿Serán sesiones para expertos o iniciados, o es algo para todos los públicos? “Planteamos los seminarios web como eventos abiertos que puedan tener lugar tras cada bloque temático”, nos cuenta Voltes, “de manera que en ellos se pueda tratar dudas y comentarios relativos al bloque correspondiente. Además, nos permitirán incorporar aspectos de actualidad y comentar nuevos estudios que no hayan quedado reflejados en los capítulos”.

Pero han pensado en todo, también en la falta de tiempo en nuestra sociedad intoxicada. Si no puedes leer, ver los reportajes o participar en los seminarios, vas a poder escucharlo todo en las adaptaciones podcast que tendrán los bloques temáticos (próximamente, en plataformas de gran alcance como Spotify).

Solamente queda invitaros a recibir, acoger con interés y cariño este nacimiento, que podría llegar bien lejos y cambiar el tono de muchas conversaciones, aparcando el protagonismo dominante en la forma ética de consumir (importantísima, sin duda) y situando el centro en la sintiencia animal. También en los diccionarios de nuestras sociedades especistas. 

Sobre este blog

El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

Editamos Ruth Toledano, Concha López y Lucía Arana (RRSS).

Etiquetas
stats