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El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

Editamos Ruth Toledano, Concha López y Lucía Arana (RRSS).

Posdata: Cerremos Vivotecnia por los animales

Alrededor de tres mil postales fueron entregadas por la Asamblea Antiespecista de Madrid a la empresa Vivotecnia, en cuyos laboratorios se produjeron los actos de violencia extrema hacia los animales que destaparon hace dos años la activista Carlota Saorsa y la organización Cruelty Free International

Paloma Serrano

19 de julio de 2023 06:01 h

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Hay costumbres que no deberían perderse, como la de enviar postales en verano. Aquellas tarjetas con una foto y un reverso en el que resumir en pocas palabras todo lo que decir a aquellas personas que echamos de menos, ese acto epistolar que parece algo anticuado, en las últimas semanas ha vivido un resurgir en las tiendas de cosmética Lush de Madrid. Durante el pasado mes de abril, entre los días 14 y 24, se recogieron casi tres mil postales con un mensaje de rechazo hacia el laboratorio Vivotecnia.

En la parte frontal, una foto tomada por Carlota Saorsa, obtenida durante su investigación dentro del laboratorio de Tres Cantos, que fue publicada en 2021. Un perro de raza Beagle nos mira y estira su pata entre las rejas de una jaula, debajo el eslogan 'Cerremos Vivotecnia por los animales', la campaña que está llevando a cabo la Asamblea Antiespecista de Madrid. En el reverso, un mensaje que recuerda esas imágenes donde los animales son vejados, humillados y tratados con extrema crueldad, expresando el rechazo hacia las horribles prácticas de este laboratorio, que hoy en día sigue operando con total normalidad y recibiendo contratos con dinero público, como son los casos del CSIC o el Instituto de Biomedicina de Valencia (IBV).

La cadena de cosmética Lush, contraria a los ensayos en animales, otorgaba en su última edición el Lush Prize a Carlota Saorsa y al abogado de Cruelty Free International, Carlos Contreras. Es el premio mejor dotado del mundo en materia de lucha contra la experimentación animal.

Galardonados en la categoría de concienciación pública por el trabajo realizado para sacar a la luz las imágenes obtenidas dentro del laboratorio, el jurado reconocía así la valentía y el compromiso de los premiados dando a conocer la realidad que sufren los animales dentro del laboratorio.

Con motivo de este premio, y coincidiendo con el trabajo que se está realizando desde la Asamblea Antiespecista de Madrid, durante el mes de noviembre de 2022 la empresa de cosmética inglesa estuvo informado en sus establecimientos a la clientela de la existencia de esta campaña, para que se sumara a la iniciativa de activistas contra la experimentación animal. El pasado mes de abril se retomó esta idea, haciéndola coincidir con el segundo aniversario de la publicación de las imágenes de la investigación y con la celebración, el 24 de abril, del Día Internacional del Animal en Laboratorio.

Tras recoger las cerca de tres mil postales que la gente firmó y depositó en las urnas de las principales tiendas de Lush en Madrid, el pasado 16 de junio representantes de la Asamblea Antiespecista de Madrid se personaron en las instalaciones del laboratorio en Tres Cantos para hacer su entrega en mano a los destinatarios de las misivas.

Tras cruzar la puerta principal del edificio Qube del Parque Tecnológico de Tres Cantos, una recepcionista nerviosa informaba a las mensajeras de que aquel no era el lugar para depositar paquetería, invitándoles a abandonar el vestíbulo de inmediato. Tras este primer intento de entrega fallido, las activistas contactaron por teléfono con Vivotecnia para informarles de que tenían una entrega de mercancía pendiente. Al otro lado del teléfono una voz informaba de que el punto de descarga habitual está situado en la parte trasera del edificio. Cargadas con las urnas llenas de postales, las portadoras se dirigieron hacia el lugar indicado, donde encontraron al personal de seguridad del edificio dispuesto a intimidar y disuadir de la entrega de postales.

Pocos minutos después aparecieron cuatro coches de la Guardia Civil para identificar a las personas que cargaban los cerca de trece kilos de postales y solicitar que no se grabase nada. Una vez llevado a cabo ese control, poco habitual en la entrega de correspondencia ordinaria, la Benemérita insistió en que las activistas debían abandonar el recinto privado, impidiendo así la entrega de las postales que tantas personas habían firmado.

En un ejercicio de matar al mensajero, resulta sencillo cerrar la puerta a la persona que trae las malas noticias, pero sabemos que eso no puede acabar con el mensaje de rechazo que lanza la sociedad hacia las sucias prácticas de la experimentación en animales. Finalmente, esos kilos de postales quedaron en manos de un trabajador que garantizó su entrega a la empresa. Queda la esperanza de que cumpla su palabra y confiar en que las postales lleguen a su destino. Pero sabemos que para seguir escribiendo la historia de la liberación animal es necesario que el mensaje trascienda a toda la sociedad y que tanto instituciones como organismos públicos se comprometan y empiecen a apostar por una ciencia ética, sin experimentación animal.

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