Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Feijóo confía en que los jueces tumben a Sánchez tras asumir "los números"
Una visión errónea de la situación económica lleva a un freno del consumo
OPINIÓN | La jeta y chulería de Ábalos la paga la izquierda, por Antonio Maestre

De Madrid a Roma: manifestaciones contra el macromatadero de Binéfar

'¡Piero, Piero, yo no te quiero!' o 'Abajo los muros de los mataderos' son lemas que retumbaban el pasado sábado en al menos 24 ciudades españolas. Desde Barcelona, Madrid, Valencia y Sevilla pasando por Santander, Huelva, Córdoba y Badajoz. A ellas se le suman dos ciudades europeas como son París y Roma, en conjunto más de 3.000 activistas en las calles pese a ser pleno agosto.

Todos ellos gritaban al unísono por el cese de actividad en el que pretende ser el matadero más grande de Europa, que ya está construido y en fase de pruebas, arrebatando diariamente 4.000 vidas a 4.000 seres inocentes que no querían morir. Cuando funcione a pleno rendimiento, serán más de 30.000 vidas diarias.

Desde todas las ciudades se leyó un mismo manifiesto publicado por la plataforma Stop Macromatadero de Binéfar, formada por los varios activistas veganos que se concentraron y acamparon en la localidad oscense cuando aún el matadero no era más que material de obra y trabajadores en una parcela. El manifiesto se leyó en castellano y traducido, según la ciudad, al catalán, al valenciano, al italiano y al francés.

En él se exponen los diferentes motivos por los cuales es inadmisible la puesta en marcha de un proyecto de tal envergadura: el asesinato de 32.000 cerdos al día. 32.000 vidas segadas violentamente cada día por la insaciable sed de beneficios de una industria basada en el consumo de cuerpos mutilados.

Afirman que “es cruel, ante la aplastante evidencia de que se trata de seres tan capaces de sentir dolor, miedo y tristeza, o de expresar alegría y afecto, como aquellos que llamamos 'mascotas' y consideramos miembros de nuestras familias”. Invitan a cambiar hábitos de consumo argumentando también lo innecesario que es utilizar productos de origen animal en la dieta, como han reiterado las principales autoridades internacionales en nutrición y salud. “Es innecesario, conociendo el posicionamiento de las asociaciones más importantes de nutrición y dietética del mundo de que la carne no aporta ningún nutriente no disponible en otros alimentos de origen vegetal”, y es “insano, como demuestran los cada vez más numerosos estudios que lo asocian directamente con las enfermedades coronarias, la hipertensión, la diabetes tipo 2 o diversos tipos de cánceres”.

A modo de ejemplo, se puede recordar la advertencia de la OMS sobre el impacto de la carne en la salud humana: “Hay pruebas convincentes de que el agente causa cáncer. La evaluación se basa generalmente en estudios epidemiológicos que muestran el desarrollo de cáncer en humanos expuestos.[...] En el caso de la carne procesada, esta clasificación está basada en evidencia suficiente a partir de estudios epidemiológicos que muestran que el consumo de carne procesada provoca cáncer colorrectal”.

El manifiesto apela también a argumentos ecologistas. Ese macromatadero, dice, “es insostenible, por el gran impacto medioambiental, tanto de las granjas intensivas, como de los propios mataderos, a raíz del enorme consumo de energía y agua potable y la contaminación atmosférica, de suelos y de aguas”.

Y es que, según se desprende del informe técnico registrado en el Ayuntamiento de Binéfar, este macromatadero emitirá 126 toneladas de CO2 cada día, el equivalente al que absorben 6.500 árboles al año, y 1,3 millones de metros cúbicos de basura contaminante cada año. A la espalda del macromatadero hay un gran embalse que hoy se puede rodear caminando. Cuando empiece a funcionar, el macromatadero captará el equivalente a dos piscinas olímpicas, 5.000 metros cúbicos de agua cada día, 60 litros por segundo.

Es por eso que, con todas las evidencias sobre la mesa, se habla de crueldad hacia los animales innecesaria, insana e insostenible, y concluyen: “Desde ningún punto de vista podemos justificar este auténtico holocausto, que no solamente atenta contra el derecho a la vida de unos seres conscientes y capaces de sentir, sino que también pone en peligro nuestra salud personal, la de nuestras comunidades y la de nuestra naturaleza”.

La Amazonia y los trabajadores, presentes en las protestas

En muchas de las concentraciones, como en las de Córdoba y Badajoz, se quiso hacer especial mención al medioambiente, en plena consternación social por los incendios en la Amazonia. Así, los activistas hacían esta reflexión: “Según la NASA son incendios extraños por encontrarse en estación húmeda permanente. Varios estudios en la Universidad de Yale evidencian que más del 80% de la deforestación en esta selva tropical es debida a la crianza del ganado y los monocultivos de soja”. En el caso de esta instalación, “el CO2 que emite y emitirá el macromatadero, el gasto de agua dulce y la contaminación en ríos de la zona deberían ser determinantes en el cese de la actividad”.

También se quiso hacer especial mención a la clase trabajadora. En palabras de un activista: “En un reportaje en TVP.info (cadena polaca) sobre el matadero en Kutno del mismo impulsor, varios trabajadores definían su puesto como esclavista, con jornadas laborales interminables, amenazas y agresiones en el puesto de trabajo”.

Quién está detrás del matadero

Litera Meat, S.L.U. nace en Binéfar (Huesca) en el año 2018 formando parte del Grupo Pini, que tiene centros de producción en Italia, Hungría y Polonia. Así es como sus promotores e inversores definen su actividad en la página web oficial del grupo: “Litera Meat, S.L.U. será el matadero del Grupo Pini más grande y moderno de España, cuyo objetivo es matar 7 millones de cabezas por año, 160.000 a la semana y 32.000 al día”.

El Grupo Pini está liderado por Piero Pini, un empresario italiano que se ha visto inmerso en problemas con la justicia por fraude fiscal. En 2016, Pini fue detenido en Polonia, acusado de una supuesta estafa que, según la Fiscalía de aquel país, había realizado a través de una empresa similar a la que está funcionando en Binéfar. Volvieron a detenerle por el mismo motivo en Hungría en marzo de 2019 por riesgo de fuga, ocultamiento, intervención ilícita en el procedimiento y riesgo de repetición.

A pesar de los escándalos públicos de Piero, la consejera de Economía e Industria del Gobierno de Aragón, Marta Gastón, remarcó que los asuntos “personales y privados” del empresario italiano detenido en Hungría no tienen porqué entorpecer el desarrollo empresarial del proyecto. Gastón reconoció que no ha contactado, ni tiene intención de hacerlo, con la empresa. Además, defendía que el gobierno autonómico ha mantenido siempre una actitud vigilante con el proyecto desde sus inicios, como con el resto de proyectos de interés para Aragón.

La celebración de estas manifestaciones no estaba exenta de polémica, ya que apelaba directamente a un cambio de hábitos de consumo, pero no hubo incidentes. En la mayoría de las ciudades la convocatoria se hizo a través de la plataforma Save Movement

Pese a ser una manifestación más que polémica, ya que se pone en duda los hábitos de consumo y el valor moral de las personas que, desde fuera, ven a los manifestantes chillar, excitados e incluso molestos, no se han registrado incidentes significativos. Esto se debe a que en su mayoría de ciudades la convocatoria se hizo a través de la plataforma Save Movement, que está compuesta por grupos de todo el mundo que dan testimonio del sufrimiento de cerdos, vacas, gallinas y otros animales explotados por la industria. El objetivo es crear conciencia sobre la realidad de estos animales desde su nacimiento en las granjas hasta su llegada los mataderos, ayudar a quienes quieren dar el paso al veganismo y construir un movimiento por la justicia animal a partir de la compasión y la empatía.

Muchas personas se acercaron interesadas en lo que los manifestantes estaban diciendo. Susana, organizadora de la manifestación en Sevilla, comenta: «Una niña nos señaló a lo lejos y le dijo a su madre que ella debería estar aquí con nosotros, y también un hombre nos explicó su horrible experiencia trabajando en una granja de pollos. Fue sobrecogedor“. Mario, activista en la protesta de Badajoz, relata: ”Nos encontramos con mucha gente que no sabía por qué estábamos ahí, así que decidí ir a imprimir los carteles que anunciaban la manifestación a una copistería que estaba cerca de donde nos reunimos. La muchacha de la tienda nos hizo precio porque también era vegana y quería apoyarnos. Esto, en una ciudad de poco más de 150.000 habitantes, es casi milagroso“.

En múltiples ocasiones instancias de reconocimiento mundial se han mostrado partidarias de promover un estilo de vida vegano, ya que ayuda a reducir drásticamente el daño al medio ambiente y a todos los animales, humanos o no, avanzando de este modo hacia un estilo de vida sostenible con un consumo más responsable de los recursos naturales.

Por ejemplo, en su Informe de 2018 sobre la brecha de emisiones para el Medio Ambiente, la ONU afirma: “Los sistemas alimentarios desde la producción hasta el consumo tienen el potencial de mitigar hasta 6,7 gigatoneladas de CO2 equivalente, que solo es superado por el sector energético. Necesitamos una transformación global de la alimentación en los próximos 12 años en los que el desperdicio de alimentos se reduzca a la mitad y las dietas y la salud mejoren a través de la disminución de la ingesta de proteínas animales. También debemos incentivar la agricultura sostenible y climáticamente inteligente y poner fin a la actual situación alimentaria injusta en la que más de 820 millones de personas están desnutridas”.

En definitiva, una sociedad vegana es símbolo de mayor compasión y consciencia con los demás y su entorno: un reflejo de una comunidad que ha sabido dejar atrás la crueldad y la explotación en su viaje hacia el progreso. El veganismo, más allá de un estilo de vida alternativo comprometido con un mundo más justo, es una proyección de futuro necesaria en medio de una crisis climática efecto de un consumo y desarrollo irresponsables.

Es por esto que el pasado 24 de agosto salieron a la calle activistas de toda España y parte de Europa: para exigir un cambio en la manera de hacer avanzar el país, reclamando justicia y dignidad para aquellos que sufren por la avaricia humana, haciendo ver que los valores y la ética deben estar por encima del mero beneficio personal y económico. Por ello, ni en Binéfar, Huesca, ni en otros lugares donde hay proyectados macromataderos, como Zafra, Extremadura, cesarán sus acciones de activismo y concienciación. Hasta que toda jaula esté vacía.

'¡Piero, Piero, yo no te quiero!' o 'Abajo los muros de los mataderos' son lemas que retumbaban el pasado sábado en al menos 24 ciudades españolas. Desde Barcelona, Madrid, Valencia y Sevilla pasando por Santander, Huelva, Córdoba y Badajoz. A ellas se le suman dos ciudades europeas como son París y Roma, en conjunto más de 3.000 activistas en las calles pese a ser pleno agosto.

Todos ellos gritaban al unísono por el cese de actividad en el que pretende ser el matadero más grande de Europa, que ya está construido y en fase de pruebas, arrebatando diariamente 4.000 vidas a 4.000 seres inocentes que no querían morir. Cuando funcione a pleno rendimiento, serán más de 30.000 vidas diarias.