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Sobre este blog

El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

Editamos Ruth Toledano, Concha López y Lucía Arana (RRSS).

Las partituras animalistas de Noam Oxman

Noam Oxman
21 de septiembre de 2021 21:59 h

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Los retratos de tus animales de Noam Oxman se ven y se escuchan. En sus partituras aparece su imagen y al mismo tiempo la composición de Oxman que puede interpretarse y refleja su carácter y personalidad.

Habitualmente, el artista destina un porcentaje de esos ingresos a alimentar a gatos de la calle. Ahora proyecta componer una serie de obras para apoyar a diferentes organizaciones dedicadas a la causa animalista.

La Asociación Nacional Animales con Derechos (Anadel) ha sido la primera beneficiada. Anadel trabaja en defensa de los derechos de los animales, contra las diferentes formas de explotación y maltrato. La lucha antitaurina es una de sus líneas de trabajo, muy importante y exigente, por lo que cualquier apoyo es útil y necesario. “Las partituras de Noam —declaran— son verdaderas obras de arte que deleitan el oído y la vista. Estamos agradecidas y somos afortunadas por su apoyo. Su trabajo es delicado y magnífico”.

La belleza gráfica de las partituras se enmarca en una tradición con historia. Desde la antigüedad, se ha intentado escribir la música en tablillas cuneiformes, pergaminos, papiros, manuscritos, grabados, impresión con caracteres móviles, litografías, hasta las imágenes de ordenador. Hay un hilo conductor ininterrumpido de necesidades expresivas y voluntad de preservar un arte intrínsecamente efímero. Como en otras artes, la notación ha permitido desarrollos más complejos, como la polifonía, que habrían sido imposibles sin partitura.

En el medioevo, los amanuenses hacían verdaderas obras de arte en los íncipits (la primera letra del texto de las composiciones musicales), con miniaturas, pan de oro, filigranas, imágenes alusivas al tema de la pieza o alegorías de la música. Esta costumbre se mantuvo a la llegada de la imprenta, sobre todo en las elaboradas primeras páginas o portadas de las ediciones. Hasta para alguien que no sepa leer música, esas partituras son atractivas como imagen, pues transmiten una sensación de organización con una estética propia e inconfundible. Además, la caligrafía de famosos compositores y de anónimos copistas refleja con frecuencia su estilo, su carácter y su personalidad.

Noam Oxman (1991) ha ido más allá. Este músico talentoso vive en Jerusalén, donde estudió piano, jazz, composición y teoría musical en la Academia de Música y Danza, y es un virtuoso del acordeón, con el que interpreta cualquier género musical. Un día Oxman se hizo una pregunta: ¿habría una manera de combinar sus tres pasiones: los animales, la música y el dibujo? Así surgió Sympawnies, composiciones por encargo y partituras gráficas, que se basan en retratos de animales de familia.

Sympawnies es un juego de palabras en inglés que intercala la palabra paw (pata) en symphony (sinfonía). De modo similar, Oxman encuentra las palabras para los géneros o nombres de sus composiciones: por ejemplo, incluye tail (cola), dog (perro), cat (gato), wolf (lobo), rabbit (conejo), purr (ronroneo) en nombres como Quartail o Quartcat (cuarteto), Purrtita (partita), Adogio (adagio), Impawmptu (impromptu), Wolftz (vals), Moderabbit (moderato), Pawntasy (Fantasía). 

Para El Caballo de Nietzsche he podido conversar con este singular artista.

Háblanos de tu formación y de tu carrera musical.

Cuando era niño, siempre me fascinaron e intrigaron los intervalos, las armonías y la música que se puede crear cuando uno las domina. Desde que tengo recuerdos, siempre escuché y seguí cada sonido, desafiándome a mí mismo para tratar de descubrir los intervalos y armonías que se forman con sonidos aleatorios a mi alrededor. Mi primer instrumento fue la armónica y, después de unos siete años tocándola y explorando sus posibilidades en música popular y jazz, sentí que ya era hora de explorar nuevos campos armónicos yque la mejor manera de hacerlo era aprendiendo a tocar piano.

El teclado me abrió un mundo completamente nuevo de posibilidades y me fui interesando cada vez más en la composición, por lo que mi profesor de piano me ayudó en mis primeros pasos, y al final de la escuela secundaria ya había compuesto algunas piezas. Al mismo tiempo estaba trabajando para mejorar mis habilidades para tocar jazz y prepararme para los exámenes de ingreso a la Academia de Música y Danza de Jerusalén. Después de estudiar un año en el departamento de piano de jazz, decidí mejorar mis técnicas de composición e ingresé al Departamento de Composición y Teoría Musical. Durante este tiempo también descubrí el acordeón, el instrumento que se convertiría en el centro de mi carrera musical, un instrumento que combina las posibilidades melódicas de un instrumento de viento con las posibilidades armónicas de un teclado. Desde que me gradué, me he dedicado a desarrollar mi carrera interpretando, componiendo y arreglando música, produciendo piezas para varios formatos en el estudio de mi casa y enseñando.

¿Cómo y cuándo empezaste a hacer las Sympawnies?

En la búsqueda de nuevas maneras de expresarme, creé Sympawnies, una nueva forma de arte que combina tres de mis mayores pasiones: los animales, la música y el dibujo. Me inspiré en la caligrafía única y estilizada de Juan Sebastián Bach, sobria y barroca al mismo tiempo, extravagante y contorneada, que a veces parece ocultar símbolos o significados, para crear formas gráficas hechas de notas musicales. El lenguaje musical que utilizo tiene una fuerte orientación clásica debido a la flexibilidad que proporciona.

Por lo menos el veinte por ciento de las ganancias de Sympawnies se dedica a alimentar gatos callejeros (aunque normalmente gastamos mucho más). Las personas me envían una foto de su animal, deciden cuán detallado quieren el retrato, y yo me pongo manos a la obra, tratando de reflejar la personalidad tanto en la imagen como en la música. Es un trabajo largo y minucioso, me lleva mucho tiempo. Por suerte, está teniendo mucha aceptación y tengo encargos hasta abril de 2022. La mayor parte de los encargos son animales de familia usuales, perros, gatos y conejos, aunque ya me han solicitado retratos de un burro, pájaros y hasta una serpiente.

¿Cuáles son tus estilos musicales favoritos?

Me gusta principalmente la música folclórica de todos los países del mundo. En la parte superior de mi lista está la música balcánica (rumana, serbia, búlgara, macedónica, etcétera).

¿Aprendiste a dibujar?

Cuando era niño, me fascinaban diferentes estilos de dibujo y pintura, como el Renacimiento, el Impresionismo, las caricaturas, estilos modernos y actuales. Solía dibujar y pintar mucho como pasatiempo. Traté de aprender técnicas de sombreado y perspectiva por mí mismo imitando diferentes estilos. No me considero un pintor, pero así fue como adquirí experiencia en esta práctica.

¿Cómo empezó tu relación con los animales?

Desde niño quise convivir con alguno pero mis padres no me lo permitían. Al mismo tiempo, comencé a tener conciencia de cómo la humanidad los maltrata. Cuando conocí a mi compañera de vida, Lihi, ella me volvió aún más sensible. Adoptamos a nuestro primer gato, O'Malley, que sobrevivía en la calle. Lihi había perdido a su amado perro a la edad de 18 años. Al principio no sabíamos cómo cuidar a un gato y cometimos algunos errores, pero lo tratamos como un miembro de nuestra familia. O'Malley nos abrió los ojos al sufrimiento de los gatos que viven en la calle. Al cabo de un tiempo adoptamos a Mazie y Michael. A día de hoy, los tres viven en casa, y además alimentamos a diario y llevamos al veterinario cuando es necesario alrededor de un centenar de gatos en nuestro barrio.

¿Te preocupa el maltrato hacia otros animales?

Muchos animales son maltratados y explotados de mil maneras: animales de consumo, animales de familia abandonados, animales silvestres. Quiero usar mi arte para ayudarlos con regularidad, recaudando fondos para organizaciones que se dedican a concienciar sobre la situación de los animales en el mundo. Voy a componer una pieza dedicada a cada forma de maltrato y la utilizaré para recaudar fondos para una organización que se concentre en esa causa. La primera pieza que he compuesto para este fin es el Paso DoBulle, una fanfarria para cuatro trompetas. El título es un juego de palabras entre pasodoble (un género muy asociado a la tauromaquia) y bull (toro). El 50% de las ventas de la obra será destinado a ANADEL, una organización que trabaja desde hace muchos años denunciando toda clase de maltrato animal y fomentando el respeto hacia los derechos de todos los animales.

El logotipo de tu productora musical, Noam Oxman Music, es un buey...

Es una alusión a mi apellido, Ox es buey y Oxman es también buey u “hombre buey”. Quizás estaba predestinado de alguna manera a defender a los toros…

NOTA DEL AUTOR:

Se puede contribuir a esta campaña adquiriendo la partitura en https://www.sympawnies.com/

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El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

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