Hace unos días tuvieron que hospitalizar a Martín, tenía fiebre y el diagnóstico de coronavirus fue positivo. Más que su propia salud, su mayor preocupación eran sus dos gatos, con los que convive desde hace años. Dejarlos solos y que pudieran morir de hambre le causaba una gran angustia.
Ramón vive en situación de calle desde hace varios meses. Se quedó sin trabajo y no pudo afrontar el pago de un alquiler, así que solía dormir en un parque de Barcelona con su perro, Sam. Ahora, con la situación de confinamiento obligatorio, Ramón tiene que ir a uno de los albergues destinados a personas sin hogar, pero allí no pueden entrar animales.
Teresa siempre ha tenido una sensibilidad especial para los animales, de hecho ha ayudado en muchos rescates. Ahora, que ya es mayor, convive con tres perros que son su alegría de vivir. Su salud está delicada y, con la crisis sanitaria, no se atreve a sacarlos a pasear. Sus vecinas le plantearon “deshacerse” de ellos, algo impensable para Teresa, así que buscaron ayuda en internet y se encontraron con que existen asociaciones que, en medio de una pandemia mundial, centran sus esfuerzos en brindar sosiego a las personas que no pueden ni imaginar el romper su vínculo con sus animales, pero tienen dificultades para atenderlos.
El confinamiento causado por la crisis sanitaria nos ha obligado a parar a todos y está perjudicando de muy diversas maneras y de forma muy cruda a los colectivos en situación de vulnerabilidad: personas mayores o afectadas por el virus, mujeres víctimas de violencia machista y aquellos que viven en la calle están pasando por momentos de incertidumbre por motivos de salud y seguridad. Cuando estas personas conviven con animales, la relación que tienen con ellos suele ser una gran fuente de apoyo emocional. En ocasiones, la única razón para seguir.
Una solidaridad que protege el bienestar de todos, personas y animales
El objetivo de las asociaciones que la Coordinadora de Profesionales por la Prevención de Abusos, CoPPA, quiere reconocer a través de la Edición 2020 de su recién creado Premio PASSOS -Personas y Animales a Salvo SOS- es proteger y cuidar del vínculo entre las personas y sus animales, evitando en la medida de lo posible que tengan que separarse. Con este fin, las entidades FEEL y HOPE & HELP han tejido una red de recursos con voluntarios y casas de acogida. Debido a la especial vulnerabilidad de las personas mayores y las dificultades que este colectivo está pasando ante la pandemia de coronavirus, ASTE BCN, entidad colaboradora de CoPPA, que trabaja para mejorar la calidad de vida de la tercera edad, ha respaldado este premio.
La Asociación FEEL comenzó a operar en Madrid en 2019, si bien sus fundadoras llevan muchos años viviendo la realidad de las separaciones de personas de colectivos en situación de vulnerabilidad y sus animales. A través de una amplia red de casas de acogida y de voluntarios, debidamente capacitados para operar con las precauciones necesarias durante una crisis como la que estamos sufriendo, están atendiendo todos los casos que surgen estos días.
“Desde los programas de Acogida Temporal, Apoyo Domiciliario y Apoyo en Situaciones de Vulnerabilidad Económica, intentamos dar a estas familias multiespecie, que se encuentran en situación vulnerable, el apoyo necesario para continuar juntas. Puede ser una acogida durante periodos de hospitalización o ingreso en casas de acogida para mujeres víctimas de violencia, alimentación o tratamientos veterinarios, atención domiciliaria, ya sean paseos de perros u otros cuidados, para que las personas puedan centrarse en su recuperación sin estar angustiadas por el bienestar de sus animales”, explican Conny Duarte y Olga Portilla, fundadoras de la entidad.
“Estamos enormemente agradecidas por este reconocimiento a nuestro trabajo de muchos años, sin el que FEEL no habría visto la luz. El premio PASSOS nos da fuerza para seguir trabajando en la concienciación de la sociedad sobre la importancia del lazo afectivo entre las personas y sus animales, y nos proporciona medios para cubrir más casos, algo muy necesario en este momento”, añaden.
El objetivo de la Fundació HOPE & HELP, que desarrolla su labor en Barcelona, es evitar la soledad y el abandono de personas y animales, trabajando para que especialmente los mayores no se vean obligados a separarse de sus compañeros no humanos en caso de enfermedades, ingresos hospitalarios u otras dificultades.
“Habitualmente contamos con más de 80 voluntarios activos que van a pasear a los perros de personas que, por un motivo u otro, no pueden hacerlo”, nos cuenta Anna Faura, fundadora de la asociación. “Ahora, durante la crisis sanitaria, nuestra mayor preocupación es la de no poder llegar a todas aquellas personas que están sufriendo en silencio el confinamiento con un perro al que no pueden sacar, y aquellas que ingresan en hospitales y cuyos animales van directos a las perreras. Nosotras hemos acudido a todas las instancias competentes, pero si no nos avisan, no podemos actuar. Por eso, este reconocimiento en forma de premio es muy importante para nosotras”.
Un llamamiento a la sociedad y a las instituciones
Desde CoPPA, asociación internacional dedicada a la protección de personas y grupos vulnerables, declaran: “Nos ha parecido importante conceder el premio PASSOS, con una dotación de cinco mil euros, compartidos por las dos organizaciones, para reconocer la importante labor que están realizando estas entidades en un momento de especial complejidad”.
Además de los casos activos que ya estaban gestionando antes de la pandemia, ambas asociaciones se han organizado para capacitar a sus voluntarios y preparar sus casas de acogida para poder atender a más personas y animales durante esta crisis, que está azotando especialmente a Madrid y Barcelona. “A través del premio queremos hacer también un llamamiento a los servicios sociales, a las instituciones competentes y a las personas particulares para que acudan a estas entidades cuando se encuentren con casos en los que las personas necesiten ayuda para poner a salvo a sus animales queridos, evitando así que tengan que sufrir la pérdida de sus compañeros o de su relación con ellos”, añaden desde CoPPA.
Si la maravillosa y solidaria labor de estas organizaciones ya era necesaria antes de la pandemia, ahora se ha vuelto imprescindible. Gracias a estas iniciativas, personas en situación de riesgo como Martín, Ramón, Teresa y los animales con los que comparten la vida pueden seguir disfrutando del vínculo mutuo que tantos beneficios les aporta. Porque en estos momentos tan duros de aislamiento, miedo e incertidumbre, todos necesitamos saber que nuestros seres queridos están bien, sean de la especie que sean.