¿Podría un cuento infantil hacer que se tambaleara una dictadura? Parece que Franco pensó que sí pues Ferdinando el Toro no pudo ver la luz de forma legal en España hasta después de su muerte. Hitler pensó lo mismo, ya que en Alemania también fue prohibido. Y es que este toro llamado Ferdinando representaba mucho más que un animal cualquiera en una historia más para niños: era la personificación de alguien que rechaza lo que le imponen, lo dictado, la incapacidad de decidir sobre su propia vida y la barbarie de una supuesta tradición. “Hay muchos libros infantiles, pero pocos, muy pocos, que, después de más de 70 años de su primera publicación, sigan atrayendo y conmoviendo. Uno de ellos es Ferdinando el toro. El texto de Munro Leaf fue publicado en plena guerra civil española, como una bella aportación a la causa de la paz”. Así describen el libro en Loguez Ediciones.
Una historia que en su momento llamó la atención del mismísimo Walt Disney, quien en 1938 realizó un corto titulado Ferdinand the Bull, en el que contó las reflexiones del bueno de Ferdinand con tanto éxito que llegó a ganar un Óscar en la categoría de animación.
Casi ochenta años después se recupera esa historia para llevarla de nuevo al cine, esta vez como largometraje. Será de la mano de 20th Century Fox y, aunque habrá que esperar hasta el 22 de diciembre para disfrutarla de forma íntegra, ya nos hemos podido contagiar del espíritu de Ferdinand a través del trailer hecho público hace unos días.
La película estará dirigida por Carlos Saldanha, que contará con el equipo de Ice Age y de Río. Pondrán voz a los protagonistas actores como John Cena, Kate McKinnon, Gina Rodríguez, David Tennant, Anthony Anderson o el español Miguel Ángel Silvestre. La productora confía tanto en que Ferdinand conquiste los corazones de los espectadores que su estreno coincidirá en Estados Unidos con la mismísima Star Wars VIII: Los últimos jedi.
‘Toro corazón’
El toro Ferdinand nos devuelve el espíritu rebelde y sensible que su autor, Munro Leaf, le dio en 1936, y que fue ilustrado por Robert Lawson. “Parece que desde el día que naces la gente ya te tiene calado. Por tu físico, por cómo hablas, de dónde eres... Pero no es tan sencillo. Sobre todo si hablamos de mí. Mi caso es un poquito más... complicado”. Así se presenta el protagonista en los pocos minutos que hemos podido ver. Suficientes para saber que el llamado ‘toro de lidia’ prefiere oler flores y saludar a los niños, y que demuestra en cada escena que es ‘toro corazón’.
Su historia no es diferente a la de cualquier otro toro. En la dehesa, disfruta al aire libre, con los suyos, con la tranquilidad del campo. El problema viene cuando por su raza y por su apariencia los otros, los humanos, se empeñan en que sea algo que no es: un animal fiero.
La película, que tiene como escenarios animados lugares reales como el Puente de Ronda en Málaga o la plaza de Las Ventas en Madrid, dará mucho que hablar. No solo por su mensaje, claramente antitaurino, sino también porque señala estereotipos culturales que, pese al paso de los años, siguen vigentes en España. Ferdinand vive una aventura por el país –repleto de banderas españolas por si había alguna duda– con el único objetivo de volver a su hogar. En el camino contará con la mejor de las compañías: un grupo de otros animales llamados “inadaptados”, pero cuyo único crimen es no ser lo que se espera de ellos.
Es una historia antitaurina. Pero además es una historia sobre cómo las cosas no son como parecen, una historia que fomenta que no tenemos que ser como los demás nos imponen. Por algo los golpistas franquistas la tildaron de “propaganda pacifista” y Hitler la calificó de “propaganda democrática y degenerada”. Y es que el mensaje de Ferdinand el toro es claro: es mejor oler las flores que pelearnos.
¿Podría un cuento infantil hacer que se tambaleara una dictadura? Parece que Franco pensó que sí pues Ferdinando el Toro no pudo ver la luz de forma legal en España hasta después de su muerte. Hitler pensó lo mismo, ya que en Alemania también fue prohibido. Y es que este toro llamado Ferdinando representaba mucho más que un animal cualquiera en una historia más para niños: era la personificación de alguien que rechaza lo que le imponen, lo dictado, la incapacidad de decidir sobre su propia vida y la barbarie de una supuesta tradición. “Hay muchos libros infantiles, pero pocos, muy pocos, que, después de más de 70 años de su primera publicación, sigan atrayendo y conmoviendo. Uno de ellos es Ferdinando el toro. El texto de Munro Leaf fue publicado en plena guerra civil española, como una bella aportación a la causa de la paz”. Así describen el libro en Loguez Ediciones.
Una historia que en su momento llamó la atención del mismísimo Walt Disney, quien en 1938 realizó un corto titulado Ferdinand the Bull, en el que contó las reflexiones del bueno de Ferdinand con tanto éxito que llegó a ganar un Óscar en la categoría de animación.