El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.
Ya ha pasado más de una semana desde ese momento y, sin embargo, los animales siguen en sus jaulas. No sabemos cuántos, no sabemos de qué especies, ni sabemos en qué estado se encuentran
Desde que hace unos días la organización Cruelty Free International destapó en este mismo medio el impecable trabajo de investigación de la empleada de Vivotecnia Carlota Saorsa (obviamente, un pseudónimo), las redes han ardido, los medios de comunicación han cubierto la noticia, la comunidad científica se ha visto obligada a reaccionar, la sociedad civil, activistas y entidades han mostrado su repulsa y varias denuncias están en marcha. Y sin embargo, las víctimas siguen en sus jaulas.
El pasado jueves, 8 de abril, fue un día frenético para las editoras de este blog y para mí misma. Cruelty Free International hacía públicas, tras muchos meses de impecable investigación, el vídeo con terribles imágenes de la crueldad perpetrada contra los animales en el laboratorio Vivotecnia de Madrid.
Ya ha pasado más de una semana desde ese momento y, sin embargo, los animales siguen en sus jaulas. No sabemos cuántos, no sabemos de qué especies, ni sabemos en qué estado se encuentran. A pesar de las preguntas que desde diferentes instancias se han planteado a los responsables, no sabemos aún a ciencia cierta si el veterinario que supuestamente está a cargo de la seguridad de estos animales, tras clausurar la Comunidad de Madrid el laboratorio, es externo o personal de la propia Vivotecnia.
Activismo y sociedad civil marcando el camino
Tras el primer estupor –las imágenes son tan gore que parecen mentira– fueron las y los activistas quienes reaccionaron presentándose ante las puertas de Vivotecnia para exigir la liberación de los animales. #RescateVivotecnia se convirtió en trending topic y siguió siéndolo en los días posteriores. La petición de firmas en la plataforma Change para cerrar el laboratorio ha superado ya el medio millón de personas.
Durante tres días seguidos activistas se presentaron ante el edificio de Vivotecnia en Tres Cantos y no pararon hasta obtener un compromiso por parte de las autoridades de que los animales serían rescatados. Más de 300 entidades (y subiendo), entre las que se encuentran santuarios, protectoras y asociaciones de operadores jurídicos, se han unido para enviar un comunicado oficial exigiendo el cierre del laboratorio y el traslado de los animales a lugares seguros.
La actriz Nathalie Poza, que participó en varias de estas concentraciones, la última el pasado jueves ante el Juzgado de Colmenar Viejo, teme que el ruido nos haga perder el foco de lo importante: “Esas medidas cautelares no se pueden abandonar, allí dentro siguen los animales y también las personas que son, supuestamente, responsables de su sufrimiento”.
La actriz quedó muy impactada al conocer la investigación. “No podía dormir, me iba al teatro y me venían constantemente las imágenes de lo que estaba ocurriendo en Vivotecnia. En la obra que estamos representando damos voz a un tipo de injusticias. Éstas son diferentes, pero la lucha es la misma, salir de un sistema de explotación en el que siempre sufren los más indefensos”, declara Poza. “Es necesario también abrir un debate sobre las causas por las que aquellos oficios relacionados con el uso de animales, como mataderos o laboratorios, al final pasan por la deshumanización y desembocan en violencia y tortura”, añade la actriz.
¿Y qué hicieron los otros medios de comunicación?
Tardaron unas horas, pero finalmente reaccionaron. Y es que estábamos, y seguimos, ante algo muy gordo. Laura L. Ruiz, periodista freelance, señala: “Este caso ha sobrepasado las secciones de medio ambiente y sociedad. Televisiones, radios, periódicos digitales, todos se han inundado con imágenes de las protestas. Periodistas generalistas se han acercado al mundo de los derechos animales. No entienden cómo el trato que demuestra esta investigación puede ayudar a la ciencia”.
Pero esto no ha hecho más que empezar. “Ahora el reto mediático es la continuidad de la noticia hasta que esos animales sean liberados y puestos en un lugar seguro”, añade Ruiz. “Habrá que relatar las insuficiencias en los registros por parte de la Administración, la dejadez de funciones por parte de la Comunidad de Madrid, la falta de transparencia en la investigación, incluso a las partes denunciantes. Son muchos los frentes que las y los periodistas debemos afrontar en este caso para completar nuestra función social”.
En este sentido merece una mención especial el artículo de Sonia Martínez en El Salto Diario sobre los avales y subvenciones que Vivotecnia recibió del fondo de capital riesgo INICAP, participado por la Comunidad de Madrid, así como de Avalmadrid y de la propia CAM.
Las contradicciones de la comunidad científica
La experimentación con animales está cuestionada desde la propia comunidad científica desde hace décadas, no solo por las innegables implicaciones éticas y morales que acarrea, sino por sus discutibles resultados que, en un gran porcentaje, no son extrapolables al cuerpo humano.
María Suñol, doctora en neurociencia, considera que la reacción de muchas instituciones biomédicas en las que se investiga regularmente en animales está siendo reveladora. “Solo aquellas salpicadas por el escándalo han rechazado públicamente lo sucedido. La mayoría de institutos que, por el momento, no se han vinculado a Vivotecnia, han optado por no posicionarse públicamente y, en algunos casos, su respuesta ha sido enviar un comunicado interno rechazando lo acontecido, recordando los protocolos de bioética y apelando a la responsabilidad individual”, observa Suñol.
Lo que, según la investigadora sí parece común en todos los casos, ya sea a través de comunicados o por la ausencia de ellos, es la clara intención de desmarcarse del maltrato animal y de representarlo como una excepción. “Resulta alarmante que algunos centros reconocidos por su excelencia investigadora guarden silencio ante esta situación. No es admisible que la responsabilidad a la hora de experimentar con animales, o de reportar situaciones sospechosas, recaiga en los investigadores”, señala Suñol.
Denuncias administrativas y penales
Cruelty Free International, CFI (antes la British Union for the Abolition of Vivisection, fundada en 1898) es una organización que realiza campañas centradas en la abolición de todos los experimentos con animales. Es por ello que la empleada que captó las imágenes en el laboratorio durante dos largos años se dirigió a esta entidad.
“Hemos solicitado el decomiso cautelar de los animales, conforme a lo previsto en el artículo 339 del Código Penal”, nos informa Carlos Contreras, abogado que asesora a CFI en este caso. “Es necesario que se actúe con carácter urgente para salvaguardar la seguridad y la vida de los animales que se encuentran en el laboratorio”.
Ante las evidencias de maltrato, la Comunidad de Madrid suspendió la actividad de experimentación en el centro. “Los animales deben salir de allí, para ser atendidos por veterinarios y profesionales que garanticen su absoluta independencia de Vivotecnia”, añade Contreras. “Sobre la medida cautelar, recordar que en la totalidad del territorio español se han venido solicitando, y concediendo, decomisos cautelares de animales durante la instrucción judicial”.
Además de la inicial denuncia interpuesta por CFI ante la Fiscalía de Medio Ambiente de Madrid, y posteriormente el escrito presentado ante el Juzgado solicitando medidas cautelares, otras entidades como Animanaturalis, FAADA o PACMA han iniciado también procesos judiciales en paralelo o han anunciado su personación en el procedimiento incoado por el Juez.
“El uso de animales con fines de experimentación es una actividad legal, siempre y cuando se cumplan los requisitos contemplados en el Real Decreto 53/2013, de 1 de febrero, por el que se establecen las normas básicas aplicables para la protección de los animales utilizados en estas prácticas”, recuerda la abogada Anna Mulà, Vicepresidenta de INTERcids, operadores jurídicos por los animales.
La empresa también puede verse condenada a sanciones económicas. “Con independencia de la calificación de los hechos de maltrato animal del artículo 337 del Código Penal por un juez penal, y de la responsabilidad civil, de las imágenes se desprende también la comisión de otras infracciones administrativas, distintas al maltrato animal, que llevaría aparejada elevadas multas para la entidad”, añade Mulà.
¿Estará la justicia a la altura? Por mucho que algunos se empeñen en hablar de “situación excepcional” y de “casos aislados”, lo único excepcional que hay aquí es la valentía de Carlota, que durante dos años se dejó la piel para que hoy nos creáis cuando gritamos que la explotación a los animales nunca es ética, nunca es justificable y jamás se puede realizar asegurando su “bienestar”.
Para este sábado, 17 de abril, están programadas concentraciones en muchas ciudades por toda España.
Sobre este blog
El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.
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