El modelo 9.81 Engage de Garmont son unas zapatillas todoterreno muy ligeras, publicitadas para “actividades de ritmo rápido, incluso en terrenos irregulares”, pero que, usadas para trotar algún día y realizar trepadas fáciles, se nos antoja como un calzado cómodo de aproximación y trekking.
Nacida a los pies de Montebelluna (Italia), el “Silicon Valley” del calzado deportivo, Garmont fabrica calzado para alpinismo, montañismo y trekking desde hace décadas, concretamente desde 1964. Está claro que 60 años de experiencia confeccionando prendas para los pies es un gran bagaje como para que no fallen en las zapatillas que ponemos hoy a prueba.
El terreno de juego en el que hemos realizado el test ha sido el Pirineo y el Prepirineo aragonés, principalmente en algún recorrido por montaña, aproximaciones y descensos a vías de escalada, alguna escalada fácil (III/IV+) en conglomerado y caliza, algún trote y un par de vías ferratas. La mayoría de las actividades se han realizado en días calurosos, aunque algún día, mientras corríamos por la noche, ha resultado fresco.
En primer lugar me gustaría destacar que soy reticente a la incorporación de membranas impermeables-transpirables en el calzado ligero para correr y, personalmente, creo que en esta zapatilla se ha acertado de lleno al buscar algo ligero y “fresco” que respire, sabiendo de antemano lo que tenemos “entre los pies”. Todo un acierto.
Obviamente habrá que tener en cuenta sus limitaciones por ese mismo motivo, pero a cambio, si se mojasen, secan bastante rápido.
Horma ancha, empeine alto
Es un tema recurrente, pero de nuevo, y como de costumbre para la gente que somos de pies complicados, probablemente, con estas dos palabras mágicas, acabo de alegrarles el día.
Curiosamente, las marcas italianas suelen fabricar horma estrecha, pero esta zapatilla, con un pie ancho y extremadamente cabo (altísimo de empeine) ha resultado muy cómoda, sin terminar al final del día con los típicos dolores que te produce el calzado normal.
En fin, un placer al ponernos la zapatilla y una descanso brutal cuando nos la quitamos sin dolores. El ajuste, con el sistema de lazado muy ancho, es bastante preciso, sin llegar a ajustar como una zapatilla técnica de aproximación.
Construcción
Es un calzado confeccionada con una mezcla de materiales sintéticos reciclados en una perfecta combinación de los tejidos empleados y un lazado bastante preciso, y sobretodo cómodo, que nos garantiza una transpirabilidad prácticamente total gracias a la ausencia de membrana.
Toda la parte superior está realizada con una malla de poliéster 3D muy potente, que ha sido generado a partir de PET reciclado. Se intuye un tejido duradero, a la par que, sin duda, sostenible.
Esta construcción, en conjunto con la lengüeta de microfibra fina, pero acolchada con un refuerzo de malla bi-elástica, y solidaria con el cuerpo de las zapatillas, nos ofrece el calzado que buscamos para ir rápidos y ligeros en nuestras escapadas por el medio natural. A esto hay que añadirle un sistema de lazado que reparte la presión de forma uniforme y genera un conjunto más que aceptable.
El lazado, que parte de la zona media de la zapatilla, sin llegar a apretar en la parte más ancha del pie, es un cordón “tipo” que, a través de varios ojales y cintas, se remata en la parte superior por medio de1 ojal metálico en el tobillo, lo que nos permite elegir el grado de ajuste y sujeción final.
La entresuela, fabricada en EVA para buscar una mayor amortiguación y capacidad de respuesta, es efectiva en terreno abrupto y en las bajadas si vamos cargado. Insistimos que se ha probado corriendo, y no solo no ha resultado cómoda para su concepto, sino que en distancias cortas (de entre 6 y 8 kilómetros) y desniveles intensos nos transmitió siempre buenas sensaciones.
La puntera está reforzada con una protección plástica, y la goma de la suela sube hasta muy alto.
Quizás se hecha de menos un tirador en la parte trasera para facilitarnos el calzado de la zapatilla, pero al ser ancha, no hay pegas. Sí que dispone de tirador en la lengüeta, donde colgaremos las Engage de un mosquetón al arnés para escalar si es menester.
Suela
Por otro lado, es calzado con una adherente suela Vibram y, pese a no estar diseñada para trepar, nos hemos encontrado muy cómodos con las Garmont 9.81 Engage en terreno técnico.
Con un taqueo medio, sin ser agresivo, damos fe que la adherencia en seco es muy buena, y en mojado supera a la mayoría de suelas convencionales de marcas reconocidas.
Es muy flexible, y la hemos sentido bastante precisa, con un buen “grip”, pudiendo llevarla tanto como zapatilla de aproximación de escalada, aprovechando su bajo peso, como si así se desea en terreno asequible tipo cresta o trepadas de hasta IIIº con la garantía de que hasta en mojado no perderemos pie fácilmente.
En el apartado “estabilidad”, y debido a su escasa rigidez y tobillo muy bajo, hay que prestar atención en casos de tobillos inestables. No es el modelo más idóneo.
Para finalizar la parte técnica, remarcar que con un peso en báscula de 350 gramos para un 44 EU, nos ha parecido un peso muy correcto para zapatillas que probablemente portearemos en el arnés.