Sportlite 30 de Osprey, simplicidad técnica

Por Salvador Martínez

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Osprey vuelve a cedernos uno de sus modelos para que lo probemos a fondo. En este caso nos ocupa un súper ventas de la marca, el modelo Sportile 30, una mochila técnica que apunta a ser la elección ideal para los que buscan la dosis perfecta de funcionalidad, comodidad y diseño sostenible en sus actividades.

Después de más de un mes a cuestas con esta mochila versátil y polivalente hemos acumulado un montón de buenas sensaciones que nos llevan a la conclusión de que es un modelo top en es su rango de cubicaje. Pero pasemos a ver que nos vamos a encontrar cuando adquiramos esta mochila.

La Sportlite 30 destaca desde el principio con su diseño minimalista y muy bien pensado. Esta mochila nos demuestra claramente que no es necesario sacrificar prestaciones aunque busquemos ligereza y simplicidad. Nos encontramos con un producto diseñado principalmente para actividades de senderismo, trekkings o ascensiones ligeras que en su medida de 30 litros es excepcional para pasar un día perfecto con todo lo necesario dentro.

No obstante, reconocemos que nos ha parecido excepcional para el día a día, para llevar a cabo rutinas tan habituales como ir al rocódromo, o como mochila para hacer viajes urbanos de un par de días.

Los detalles

En primer lugar destacar que la carga superior ayuda a una organización impecable y facilita el acceso a los elementos esenciales.

Presenta tres compartimentos con distintas capacidades: uno principal que ocupa toda la longitud de la mochila, otro secundario que también ocupa la longitud, pero con menos capacidad y que cuenta con dos bolsillos interiores de malla muy útiles, y un tercero más pequeño y muy útil para los elementos que necesitemos tener más a mano como una navaja, el frontal, el móvil, etc. Todos estos compartimentos se encuentra cerrados por unas cremalleras recias y de gran calidad que añaden resistencia al conjunto.

Dentro de su diseño también veremos tres bolsillos exteriores. Dos de estos bolsillos son laterales y de malla para botellas de agua y que permiten un acceso rápido y cómodo a la hidratación. Podemos confirmar que son muy, muy cómodos, y similares a los que presentan otros modelos de Osprey que ya hemos probado con anterioridad. El tercer bolsillo es frontal y viene reforzado con nylon. Es amplio y recio, y en él podríamos guardar, por ejemplo, hasta unos crampones en el caso de que los necesitemos.

También tenemos que resaltar, entre otras bondades de este modelo, las correas de compresión superiores de liberación rápida, y la ranura para fijación de luz intermitente en la base del panel frontal que añade un toque de seguridad adicional en condiciones de visibilidad reducida. Las cintas laterales de compresión son perfectas para poder llevar unos bastones o cualquier carga externa de forma cómoda y ergonómica.

Como en el modelo Talón 33, que tuvimos la oportunidad de probar hace poco, el compartimento para la bolsa de hidratación es externo (pegado a la espalda) para facilitar su manipulación. Nos parece un sistema cómodo y muy práctico que nos gusta especialmente.

Como ya hemos dicho anteriormente es una mochila muy cómoda y estable con una espalda diseñada con el sistema AirScape™ típico de la marca que demuestra un compromiso entre el confort y la ventilación. La lámina de soporte de espuma Atilon permite un movimiento dinámico del cuerpo (se adapta perfectamente), mientras que la espuma estriada con canales cubierta de malla garantiza una ventilación máxima sin comprometer la estabilidad y la comodidad de la mochila.

En cuanto a las hombreras, éstas son de EVA flexible con buena ventilación y nos proporcionan un ajuste cómodo y seguro, con una regulación pectoral que incorpora un silbato de seguridad para situaciones de emergencia.

El cinturón lumbar, con su espuma EVA ventilada y muy flexible, nos garantiza un transporte estable y cómodo, con un cierre ErgoPull que asegura un ajuste eficaz y distribuye el peso perfectamente en nuestra cadera.

Este cinturón lumbar cuenta además con un par de bolsillos, uno de malla y otro cerrado con cremallera, los cuales son muy útiles y operativos para llevar pequeñas cosas que necesitemos a mano como comida, una brújula o un GPS.

La Sportlite 30 está fabricada principalmente con nailon de alta tenacidad 100D reciclado y aprobado por bluesign®, lo que nos asegura un modelo comprometido con la reducción del impacto ambiental. Los tratamientos DWR realizados sin PFC/PFAS y el uso de nailon reciclado 420D con certificación bluesign® como refuerzo en la parte inferior muestran, una vez más, el compromiso y dedicación de la marca hacia una fabricación responsable.

En definitiva, la Sportlite 30 e de Osprey es una mochila resistente, muy cómoda y ligera de apenas 800 gramos con una capacidad perfecta para actividades de un día.

Como he señalado con anterioridad es un producto polivalente ideal para días de senderismo o ascensiones y, a la vez, para ir al rocódromo, la universidad o dar un paseo por la ciudad. Además es, sin duda, una mochila excepcional, versátil y de gran calidad que podremos usar durante años.