El modelo Bomio de la firma Trangoworld es una zapatilla concebida para aproximaciones algo técnicas, escaladas fáciles tipo cresta y, por su sobriedad estética, también pueden ser unas buenas compañeras en nuestra vida cotidiana.
Para poner a prueba las Bomio hemos ido a escalar a Ordesa, más exactamente a la vía Batxurizopa, entrando por la Anglada, donde escalamos los dos primeros largos con ellas puestas, además de para realizar algunas aproximaciones como a la cara norte de la Peña Montañesa o en los Meses en el Valle de Aragón. Pero, es más, también hemos querido probar su comodidad y para ello las he usado trabajando en La Casa de la Montaña de pie durante más de diez horas.
En cuanto a su respuesta en las aproximaciones por caminos fáciles, la pisada es buena y cómoda, pero cuando el terreno se vuelve agreste pierde algo de estabilidad debido, en mi opinión, a que tiene una suela demasiado alta.
A la hora de escalar con ellas en los largos fáciles, la adherencia es buena, pero para ser una zapatilla técnica la zona de los dedos es demasiado ancha y no conseguimos un buen tacto en el apoyo frontal. Un gran punto a favor es su ligereza, por lo que colgadas del arnés resultan bastante livianas.
La suela
En las zonas húmedas, a pesar de no tener membrana impermeable, se comporta muy bien y la transpiración es correcta. Su adherencia en mojado también es buena gracias a su suela: la Vibran Predator II.
Construcción
Está elaborada con piel de serraje, lo que le otorga robustez y una estética de gran longevidad. En el trabajo resultaron ser realmente cómodas, ya que la amortiguación funciona muy bien y la suela es muy flexible, además de ser realmente ligeras en el pie.