¿Para que viva el águila de Bonelli en Etxauri se tiene que cercenar la escalada? Así parece pensar el Gobierno de Navarra que se plantea cerrar más de la mitad de esta zona histórica por resultar, a su juicio, incompatible con la conservación. Es la situación actual y probable según se revela en el reportaje Etxauri se cierra. La regulación de la escalada en Navarra, en el que su departamento de Medio Ambiente no creyó conveniente participar, realizado por la asociación Escalada Sostenible y que está incluido dentro del documental Prohibido Escalar de próxima aparición.
Etxauri es una zona de escalada con vías desde 1902, que además, como asegura en el reportaje el alcalde de la localidad del mismo nombre, hoy contribuye a llenar de vida al pueblo gracias a sus cerca de 1.000 vías. De llevarse a cabo, el plan restrictivo de Medio Ambiente navarro no sólo mermaría una fuente de recursos, sino también acabaría con la experiencia de un plan de compatibilización de escalada y conservación que se lleva a cabo desde hace años.
Los biólogos Carmelo Fernández y Paz Azkona llevan siguiendo al águila de Bonelli más de veinte años, parte por encargo de la administración y parte a título particular. Las primeras nidificaciones de este águila vienen de los años 70, y desde los años ochenta han observado y analizado su evolución y comportamiento. Entre los años 1997 y 2000, gracias al Proyecto Life-naturaleza, pusieron en práctica varias medidas de restricción y regulación que plantearon previamente a los escaladores. Consiguieron así preservar el águila legislando con y no en contra de los escaladores, que pudieron seguir escalando en zonas donde un año determinado no nidificaba y renunciaban a otras mientras se equipaban nuevas vías en sectores alejados. De esta manera se convirtieron en un aliado para la conservación. “Fueron los escaladores quienes pusieron las placas informativas de prohibición en ciertos sectores, los que bloquearon algunas vías afectadas, los que informaron a sus compañeros de la situación y restricciones acordadas, etcétera” explica Carmelo Fernández.
Para estos biólogos, dado que la especie cambia de nido con frecuencia, sería necesario que la regulación se adaptase anualmente a las circunstancias, en lugar de una prohibición tan radical y absoluta. Conocedores de la situación delicada de la pareja de águilas de Bonelli de Etxauri, consideran necesario crear una “zona de refugio” para que se asiente y que además “ se adapten a unas ciertas molestias de los escaladores, algo que ocurría con los ejemplares que formaban las antiguas parejas”. se adapten a unas ciertas molestias de los escaladores, algo que ocurría con los ejemplares que formaban las antiguas parejas“Para que esta convivencia sea posible, y con independencia de que haya regulación o no, se debe emplear la técnica de ”hacking“ ya que ”los pollos nacidos y criados entre escaladores van a soportar mejor las molestias indirectas causadas por la actividad y que los escaladores, los que aún no estén convencidos, van a comprobar que la escalada no es incompatible con la presencia del águila de Bonelli y de otras especies rupícolas afectadas (alimoche, halcón, etcétera)“.os pollos nacidos y criados entre escaladores van a soportar mejor las molestias indirectas causadas por la actividad y que los escaladores, los que aún no estén convencidos, van a comprobar que la escalada no es incompatible con la presencia del águila de Bonelli y de otras especies rupícolas afectadas (alimoche, halcón, etcétera)”.
Sin embargo, seguir esa línea implica un trabajo que ahora el Departamento de Medio Ambiente parece no querer realizar amparándose en un proyecto europeo que, a juicio de Carmelo Fernández “poco o nada tiene que ver la con regulación”. Para él, es imprescindible que comience a regular con un marco consensuado y que “no nazca ya cerrada y con los afectados –que en este caso son escaladores y vecinos– en contra”.
El documental Prohibido Escalar de próxima aparición ha sido dirigido por Zaunka en colaboración con Canalillo Films.