El pasado viernes, 24 d agosto de 2018, nos dejaban dos leyendas del alpinismo y la escalada, Jeff Lowe y Tom Frost. El primero, sin duda, uno de los alpinistas más fuertes de su generación y más influyentes del panorama internacional, nos dejaba a los 67 años de edad tras lidiar durante años con una grave enfermedad degenerativa. Lowe vivió una vida llena de emociones que cambió radicalmente tras su ascensión en solitario por la norte del Eiger en 1991. El largometraje Metanoia recoge su historia.
Al igual que Jeff Lowe, el también norteamericanos Tom Frost, una figura muy destacada del panorama internacional, fallecía a los 81 años de edad de cáncer. El californiano fue uno de los pioneros de la escalada y de la fotografía durante los años dorados de Yosemite, un lugar del que se enamoró y que le hizo convertirse en una de las figuras más relevantes a nivel mundial. En 1960 Frost ascendería junto a Joe Fitschen, Chuck Pratt y Royal Robbins, The Nose en solo 7 días, un hito para la época. Un año después abriría, tras nueve días y medio de escalada, la segunda vía junto a Pratt y Robbins: Salathe Wall. El estilo impecable que usaron, tan solo trece parabolts (para al primera a The Nose Warren Harding, Wayne Merry y George Whitmore habían usado 125), convirtieron la escalada en un monumento a la escalada en libre y la gran obra de Frost. En 1964 Tom se embarcaría de nuevo con Robbins y Pratt, y esta vez también Yvon Chouinard para abrir North America Wall en El Capitan, una de las vías más duras de la época.