“Estamos de vuelta después de 10 días en el Cho Oyu. Emelie Forsbeg ya está volviendo a casa y preparándose para la temporada de trail, yo iré hacia el Everest”. Éstas eran las primeras palabras de Kilian después de, posiblemente, haber alcanzado la cima del Cho Oyu. Así lo manifestaba en su blog. Debido a la mala visibilidad, y que la cima del Cho Oyu es plana y no en pico, Kilian no está seguro si alcanzó la cima verdadera o se quedó cerca.
Inspirados en la experiencia de Adrian Ballinger y el Emliy Harrington, que lograron viajar y subir al Cho Oyu en tan sólo dos semanas, este año Kilian había decidido intentarlo junto a Emilie Forsberg. La clave era escoger “una cima de 8.000 metros donde la aproximación fuera accesible y que pudiéramos llegar al campo base de manera más rápida que en otras montañas. Después de disputar la Mezzalama, y en sólo 3 días, estábamos en el campo base chino (4.900 metros). Al día siguiente subimos al campo base avanzado a 5.600 metros. Nos encontrábamos bien, pero el tiempo no era demasiado bueno.
9 días después de llegar, el 7 de mayo, fue el intento de cumbre. Comenzamos en el campo 1 (6.400 metros) a la una de la mañana. Era una noche muy fría y hacía mucho viento. Subimos hasta los 7.500 metros y esperamos a que saliera el sol para podernos entrar en calor un poco. De allí continuamos hasta la Banda Amarilla (7.700 metros). Allí Emelie decidió dar media vuelta. La previsión meteorológica era muy mala, y se esperaba que empeorara con nevadas muy fuertes. La ruta no estaba equipada, y en estas condiciones parecían demasiado expuestas para bajar con seguridad si se estaba muy cansado. Me quedé muy impresionado con ella, estaba subiendo muy bien, y eso que hasta entonces sólo había subido hasta los 6.000 metros.
Yo decidí continuar. La Banda Amarilla era una zona más técnica de lo que me esperaba y las condiciones eran complicadas, con hielo fino. Hacia los 8.000 metros comenzó a nevar muy fuerte, y desde allí continué hacia la última zona rocosa, hacia el plató de la cima. Continué subiendo con visibilidad cero hacia donde creía que estaba la cima. La cima del Cho Oyu no tiene forma de pico, sino que es más bien aplanado, así que finalmente llegué a algún punto que me pareció que era la cima. Sinceramente, no estoy seguro si lo era porque no se veía nada, sólo mis pies, pero estaba en algún punto cerca, y estoy muy contento. Eran las 3 de la tarde.
Sin perder tiempo empecé a bajar. Cogí una cuerda vieja y desde allí monté un rápel en la parte con más pendiente de la Banda Amarilla para poder bajar. Llegué al campo 1 a las 6 de la tarde. Emelie ya había recogido nuestra tienda y había bajado. Acepté una bebida caliente que me dio uno de los alpinistas que estaba allí ¡estaba helado! Después bajé al campo base avanzado, donde me estaba esperando Emelie. Fue un gran día en la montaña. Al día siguiente bajamos hacia el campo base y desde allí hasta Tingri“.