El Midi D´Ossau, con sus 2.884 metros sobre le nivel del mar, es uno de los picos más altos de Pirineos en el que habrá que echar las manos a sus verticales rocas vayas por donde vayas. Salvaje, elegante, alto, majestuoso, bicéfalo, innumerables son los adjetivos que se le pueden dar. Es una mole vistosa desde casi cualquier sitio algo elevado en los alrededores cercanos, y lejanos. Y es tan característica su figura, que resulta poco menos que imposible confundirlo. Complejo encontrar los pies de vías, complejo navegar por sus paredes, complejo el abandono, compleja la bajada....
El Midi está formado por una roca de origen volcánico parecida al granito, una roca efusiva llamada andesita, lo que le hace parecer de un color verdoso muy característico, acentuado por los afloramientos de liquen, abundantes al ser una zona bastante húmeda. De hecho, se encuentra en territorio francés por completo, vertiente norte del Pirineo, pese a estar a escasa distancia del límite fronterizo hispano-galo.
Y la Madre Naturaleza lo hizo tan bien, que en vez de dejarnos el típico volcán de las postales con su forma cónica de pendientes suaves y uniformes, nos dejó un laberinto de paredes, viras, chimeneas, en el que cualquier ascensión supone un reto desde que dejas el suelo firme hasta que vuelves a él.
El “sistema” está compuesto de varias cimas o puntas, 5 concretamente, independientes entre sí pero estrechamente vinculadas. Por una parte, debemos diferenciar las dos cimas principales, el Grand Pic y el Petit Pic. El Petit ya cuenta como una de ellas. Las otras cuatro que nos restan, se encuentran en el Grand Pic, y son las Puntas de España y Francia, al Sur y al Norte respectivamente, y las otras dos son las de Aragón y la Jean Santé.
La roca, no es demasiado rugosa ni adherente, pese a tener una textura bastante similar al granito. Y hasta su escalada es bastante similar, con multitud de fisuras perfectas y placas lisas como platos de porcelana. En condiciones húmedas habrá que prestar especial atención a las zonas con liquen, pues resbala como si las hubiésemos untado de grasa.
El equipamiento, escaso, suele ser a base de clavos. Clavos viejos. Clavos oxidados. Clavos que hubo y ya no hay. No hay que olvidar que prácticamente nadie lleva a escalar clavos. Y mucho menos maza. Con los materiales que tenemos a nuestra disposición hoy en día prácticamente se puede subir por cualquier vía clásica sin clavar, y eso tiene varias lecturas. Una es que vamos más ligeros y dejamos todo como estaba antes de pasar por allí. Otra, que según se van rompiendo los seguros antiguos, los arrancamos, o simplemente se salen debido a los procesos de frío-calor, nadie los repone. Y ahí es donde nos podemos llevar las sorpresas en este terreno, tanto para escalar las vías como para rapelar por determinados sitios de la montaña.
A cambio, la escalada protegida con seguros flotantes, como friends y empotradores, es un verdadero placer. Sus fisuras perfectas nos obsequiarán con seguros flotantes a prueba de bombas, en los que en alguna ocasión puede ser más difícil sacarlos que ponerlos. Independientemente de todo lo dicho, en este tipo de vías y medio, no es ninguna tontería llevar una pequeña maza y algún pitón en el fondo de la mochila.
La escalada en el Midi produce una atracción inevitable se mire por donde se mire, pues se le podría considerar una escuela en sí, a no ser por la envergadura y dificultad de la mayoría de sus vías; sus escaladas, son más típicas del arco alpino que del Pirineo, con largas aproximaciones y descensos no siempre fáciles, búsqueda de itinerarios no a veces muy claros, etc.
No está de más recordar el terreno por donde nos moveremos: Alta Montaña, con los peligros que conlleva, tanto objetivos como subjetivos, y remarcar que hasta que no estamos en casa de vuelta no hemos acabado la actividad. El descenso por su vía normal en caso de niebla es complicado por la facilidad para desorientarse o perderse. Además, nos deleitará con tres chimeneas que debemos destrepar o rapelar para llegar al suelo firme. También recordar que es una montaña aislada, con lo que las tormentas se enganchan con bastante facilidad, y está a casi 3.000 metros de altitud, con lo que un día malo en agosto, puede llegar a ser muy malo…
Vía Fouquier (650m./MDinf). Cara Este del Grand Pic. Tiempo: 4-7 horas.
Abierta por B y G. Fouquier y J. L. Perés el 7 de septiembre de 1968, cotándola como grado Difícil y de 650 metros de longitud.
Recorre la Cara Este del Grand Pic, desde la base hasta donde tumba en el canchal llamado Rein de Pombie, en una búsqueda de las debilidades de la vertiente, por una muralla que nos podría parecer mucho más difícil de lo que resulta al final.
Cierto es, que el grado máximo a encontrar es de V+ (1 paso), ya en la parte alta, y el resto, es una sucesión de muros y fisuras sobre el IV/IV+ con algún paso aislado de V.
Pero también es cierto, que comparando esta vía con otras de montaña, tipo Espolón de los Franceses a Peña Vieja o la archiconocida Cepeda al Urriellu, la Fouquier resulta más compleja en general, independientemente que en un momento puntual puedan las otras tener un paso más difícil. Si esas son MD o MD-, creo que no se le debe dar menos a ésta, y una cotación global de MDinf, puede hacernos una idea de lo que nos espera, tanto subiendo, como bajando.
No es una vía de iniciación, más bien es una “Grande Course” pirenaica, en la que una mala planificación o ir lentos puede obligarnos a hacer uso de los frontales sin haberlo previsto.
Christian Ravier, Rainier Munsch y Rémi Thivel, en su libro Roca, nieve y hielo en los Pirineos la describen como “bella escalada que ofrece dificultades medias, principalmente en placas”. Y curiosamente, aparte de recomendar algunos friends y empotradores, añaden 3 o 4 clavos. Ahí queda eso.
Los largos descritos en esta reseña se han basado en el croquis de Luichy, y ha sido básicamente una sucesión de tiradas a tope de cuerda, empalmando largos, que se dejan muy bien. Excepto las dos primeras reuniones que están montadas (cuatro largos originales), el resto se pueden montar al gusto donde nos apetezca o nos permita el material.
Para buscar el inicio de la vía seguir por la base de la pared hasta llegar a una especie de triángulo de roca blancuzca con una fisura muy difícil a su izquierda y unos techos encima, que evitaremos en el L1. Clavo al inicio.
LARGOS
L1 55m/IV+.(L1+L2). Clavo al inicio que sirve como “R”. Identificar antes el diedro gris del L2. “R” con 2 clavos al pie del diedro gris.
L2 60m/Vº.(L3+L4). Largo espectacular. En la repisa antes de las fisuras del L4 original hay una “R” con 2 clavos. La fisura lateral (derecha), que desemboca en la vertical, se protege muy bien.
L3 60m/IV+.(L5+L6 (mitad)). Alargando seguros se hace muy bien la travesía. Más espectacular que difícil.
L4 60m/IV+. (L6 (mitad)+L7). A navegar se ha dicho… para buscar donde colocar la “R” y continuar después... Tendencia a derechas en los últimos metros, buscando el diedro característico.
L5 45m/IV. (L8). Buscar el paso en el diedro y montar “R” al gusto.
L6 50m/IV+. (L9). Dirigirse hacia los techos, buscando la zona más franca, y roca sin musgo. No ir a la izquierda, hay un clavo y unos cordinos que nos pueden llevar al huerto.
L7 60m/IV+. (L10+L11 (mitad)). Por la derecha sale bien, y alargando seguros se puede agotar cuerda.
L8 60m/IV. (L11 (mitad)+L12). Recto hacia el techo característico. Gran bloque a su izquierda.
L9 60m/Vº/A0. Unos metros a la izquierda se ve un cintajo negro. Ir hacia él. Está preparado como estribo, aunque hay “cacho” buscando (V+). Seguir hacia la otra vertiente, y por chimenea salir al espolón.
L10 35m/IV. Ir a montar bajo la chimenea de salida, muy característica y tétrica.
L11 40m/IV. Escalar la chimenea y montar reunión a la salida preferentemente. Si se sigue hasta el final de la vía, las cuerdas rozan de una forma más que considerable, incluso sin haber puesto seguros. Confirmado.
A partir de aquí tenemos dos opciones: seguir a la cima o volver al refugio. Para ir a cima simplemente seguir en dirección ascendente por la senda del Rein de Pombie hasta la misma, a la que llegaremos en una media hora. Si optamos por el descenso seguimos la senda del Rein, pero cuesta abajo.
GUÍA PRÁCTICA
APROXIMACIÓN
Desde el aparcamiento, a 1.700 metros, cruzar la carretera en busca de una pista que baja hacia el río, y que seguiremos hasta cruzar por un puente. Poco después dejar la pista para girar a la derecha por el prado, siguiendo por los claros trazos de senda, dejando siempre a nuestra izquierda los recintos ganaderos. Alcanzaremos el marcadísimo camino que sin pérdida sube zigzagueando una fuerte pendiente hasta el collado a 2.129 metros, y a partir de ahí llanea por una zona pedregosa hasta el Refugio de Pombie, 2.031 metros. La duración variará en función de nuestra prisa (y forma física) entre 45 minutos y 1 hora y 30 minutos.
No es necesario subir agua hasta ahí si no tenemos previsto beber por el camino, pues hay una fuente en el refugio.
Una vez en el refugio, el sendero con dirección Norte atraviesa el caos de rocas de la morrena en dirección a la muralla de Pombie, y nada más pasar el desagüe del Corredor Pombie-Suzon hay que empezar a localizar la entrada de la vía, situada en una zona blancuzca a la izquierda de unas gradas muy características. En la base de la vía suele haber un nevero bastante grande que dura hasta bien entrada la temporada, aunque depende de los años.
Desde el refugio unos 30 o 40 minutos.
DESCENSO
Una vez en la cumbre habrá que deshacer el camino hasta el punto en el que hemos salido de la vía. Buscaremos una cruz de hierro enorme que es la señal que marca la entrada a la tercera chimenea (importantísimo con niebla, peligro de embarque permanente). A partir de aquí, el camino es bastante evidente. Seguir los hitos, precaución de no tirar piedras a la gente que pueda ir por debajo pues hay bastante terreno suelto; hay que tender siempre hacia nuestra derecha según descendemos. Una vez en la segunda chimenea, rápel de 30 metros, o destrepe, y seguimos la senda hasta la primera chimenea, y otro rápel de 20 metros, o destrepe, nos depositará en el inicio del camino de vuelta al Refugio de Pombie, el cual desharemos para llegar al coche.
MATERIAL NECESARIO
Semáforo de aliens, BD 0,5-2, juego de empotradores. Cintas largas. Cuerdas de 60 metros.
MEJOR ÉPOCA
De finales de mayo a principios de octubre.