La Policía se abre paso entre los vecinos de Tunte y consigue alojar a los migrantes en el centro previsto
La Policía Nacional se ha abierto paso ante la barricada organizada por vecinos y vecinas de Tunte y ha conseguido alojar en el centro previsto a 28 de los migrantes que llegaron el pasado sábado a la isla y que dieron negativo por COVID-19. La protesta fue ganando en tensión durante la tarde y, aunque los agentes no utilizaron la fuerza, un joven sí que fue esposado durante casi una hora, aunque finalmente no fue trasladado a comisaría. Los integrantes de la protesta llegaron incluso a impedir a los periodistas de la TV Canaria que grabaran y se vieron obligados a refugiarse en su furgoneta: “No nos van a dejar por racistas”, aseguraba una de las vecinas.
Pese a que los agentes trataban de dispersar la protesta, los integrantes insistían en que no se moverían del lugar, que pasarían la noche allí y habría “fuegos artificiales”. A la llegada del alcalde accidental, Samuel Henríquez, comenzaron a gritarle y a afearle que no había aparecido por la zona en todo el día. Sobre las 23.00 horas, la barricada se fue dispersando y los concejales del municipio se quedaron razonando con quienes allí permanecían. El Aula de Naturaleza Virgen del Pino ha acogido a 28 migrantes que dieron negativo en la prueba de COVID-19 y no a la totalidad de las personas que llevan durmiendo desde su llegada el pasado sábado en el muelle de Arguineguín, como temían los habitantes del pueblo. La Policía Nacional custodiará el centro desde esta noche.
La barricada se ha iniciado desde esta tarde y fue convocada a través de las redes sociales. El motivo era expresar el rechazo a que se trasladara a este punto a los 71 migrantes que llegaron en patera el pasado sábado a la isla y que llevan tres noches durmiendo en el Puerto de Arguineguín. El ambiente se ha puesto cada vez más caldeado a lo largo de la tarde, pese a que desde el Ayuntamiento confirmaban que solo serían trasladadas al municipio las personas que dieron negativo en la prueba de COVID-19 y no las 12 que sí dieron positivas. Finalmente, solo fueron alojados 28 migrantes en el centro.
“No nos moverán” o “el pueblo unido jamás será vencido” son algunas de las consignas que han coreado tras los contenedores de basura que han colocado para impedir el paso. Han insistido en que continuarán en este lugar, incluso harán retenes, porque aseguran que tienen miedo a ser contagiados de coronavirus por estas personas.
Uno de los vecinos, Jose Luis Araña, ha llegado a asegurar que “mañana no, pasado cuando esto esté armado, cogemos los marrones a cuesta y le prendemos fuego a este sitio”, animando al resto del grupo a continuar con la resistencia.
Los integrantes de esta iniciativa, que según la concejala de Medianías, Recursos Humanos y Disciplina Urbanística de San Bartolomé de Tirajana, Pino Dolores Santana (CC) está orquestada por la oposición, han tratado también de impedir que la Policía Nacional entrara sobre las 19.30 horas de esta tarde en las instalaciones donde se pretenden albergar a estas personas. La concejala subraya que es “una pena” que se reconozca ahora a San Bartolomé de Tirajana como un pueblo racista, cuando no lo es.
Cuando avanzaba la tarde y después de hablar con los agentes otro de los vecinos tomaba el megáfono y explicaba que si habían llegado hasta ahí deberían continuar la protesta, que se prolongó hasta las 23.00 horas.
Cuando la situación estaba más calmada, sobre las 22.30 horas, Samuel Henríquez apuntó a este medio que “las cosas han ido cambiando a lo largo del día” y que la comunicación con Delegación del Gobierno cree que no ha sido adecuada, ya que el grupo de gobierno se enteró por vecinos del trasladado de migrantes, por lo que recalcó que podría haber más coordinación. “San Bartolomé es un pueblo solidario, tenemos este centro y había 80 personas que estaban ya integradas en este barrio ya que los migrantes vivían con la gente del pueblo y se relacionaban”. Sobre la imagen de las protestas señaló que “esto no representa al pueblo de Tunte, para nada tiene que ver con nuestro municipio”.
Por su parte, el concejal de Urbanismo y Turismo, Alejandro Marichal, señaló que tampoco está de acuerdo con la forma de proceder de Delegación del Gobierno: “No tiene sentido llevarse a los migrantes que ya estaban integrados por otros y crear una alarma social innecesaria”, apuntó. “No es una cuestión de racismo ni mucho menos, estaban conviviendo con nosotros más de cien”, insistió, para añadir que la preocupación del pueblo es por el coronavirus y que hay gente muy mayor.
El alcalde en funciones manifestaba antes de que subiera de intensidad esta protesta que las ochenta personas que hasta ahora ocupaban el Aula de Naturaleza sean desplazadas a otros centros. “Son personas que se habían integrado en el pueblo, que participaban de sus actividades. Este nivel de integración ha costado meses. No ha sido fácil para nadie, pero por fin se han convertido en unos vecinos más. Estamos hablando de. personas que buscan una nueva vida e integrarse. En Tunte lo hemos conseguido, no entendemos esta decisión”. En los mismos términos se mostró después la concejala de CC, su socia de gobierno, al asegurar que la decisión de trasladar a los migrantes se había tomado sin contar con el Ayuntamiento, aunque censuró estas protestas que daban una imagen “racista” del pueblo.
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