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El mar viste de luto, cierran los CIE y la gestión migratoria evidencia sus debilidades en plena crisis sanitaria

Imagen de archivo de 23 personas rescatadas al sur de Gran Canaria por Salvamento Marítimo.

Natalia G. Vargas

Las Palmas de Gran Canaria —

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Tres semanas después de que España se confinara para contener un virus que arrastra miles de vidas a su paso, el mar también se vistió de luto. Al menos 43 personas murieron, entre ellas niños, en una patera que naufragó en su intento de llegar a Canarias desde Marruecos el 3 de abril. El Centro de Coordinación de Rescate Marítimo de Rabat rescató a 21 supervivientes y recuperó dos cadáveres. El resto, sigue perdido en el fondo del océano y no podrá ser recuperado por las familias. Según la ONG Caminando Fronteras, ya son 245 vidas las que se ha cobrado en el primer trimestre de 2020 la ruta canaria en doce naufragios. Un 90% de los cuerpos no han sido recuperados. En cuanto a los desaparecidos, al menos un 30% son mujeres y niños. 

Pese a que a comienzos del mes de marzo la llegada de embarcaciones a las Islas frenó la tendencia que seguía desde 2019, el 20 de marzo llegó la primera del estado de alarma. Seis de los 45 migrantes que ocupaban la embarcación, en su mayoría malienses, fueron desplazados desde Arguineguín hacia centros de salud por presentar síntomas de hipotermia y golpes en los brazos. Desde entonces, en estos 30 días de confinamiento, el Archipiélago ha recibido 483 supervivientes. Entre ellos Mace, una niña de entre siete y ocho años que se subió sola a una patera en el Sáhara Occidental, tal y como publicó Efe. Su madre murió y su padre vive en Francia, o eso cree ella. Poco después, el Gobierno de Canarias encontró una familia para la menor. 

Pese al aislamiento, el protocolo que sigue Cruz Roja a pie de playa sigue siendo el mismo, aunque aplicando las medidas de protección recomendadas por el Ministerio de Sanidad. A partir de este punto, la crisis del coronavirus ha forzado a las administraciones a tomar medidas que velen por la salud pública. Entre ellas, el cierre de los CIE o la habilitación de nuevos espacios de acogida. Al mismo tiempo, ha dejado en evidencia la necesidad de, según organizaciones especializadas, replantear el sistema de gestión Contagios en los CIE

Contagios en los CIE

Pocos días antes del 14 de marzo, se restringieron las visitas en el CIE de Barranco Seco, en Gran Canaria, y las personas que iban llegando a las Islas y fueran susceptibles de ser expulsadas dejaron de ser internadas en estos espacios, pasando a ocupar plazas de acogida en distintos establecimientos alternativos habilitados por las administraciones y gestionados por ONG como Cruz Roja o CEAR. A pesar del aislamiento de los internos, Barranco Seco no era un lugar seguro. La plataforma Canarias Libre de CIE reivindicó que era necesario liberarlos ya que, el cierre de fronteras no permitiría la deportación de los migrantes y, además, mantenerlos encerrados vulneraba su derecho a la salud, ya que dadas las condiciones del edificio era imposible mantener la distancia interpersonal recomendada por las autoridades sanitarias al compartir seis personas una misma habitación y al compartir espacio con agentes de la Policía Nacional que tenían contacto con el exterior.

El 27 de marzo se confirmó la previsión, cuando el juez de control de Barranco Seco, Arcadio Díaz Tejera, anunció que dos jóvenes habían dado positivo en la enfermedad. El virus fue propagándose por el CIE, convirtiéndolo en una “ratonera” ante el “hacinamiento” en el que se encontraban los internos. Por ello, el magistrado ordenó su desalojo y cierre. Lo mismo sucedió en Hoya Fría, con dos policías afectados por la enfermedad y con 25 migrantes que habían cumplido ya los 60 días máximos que pueden estar apresados mientras se tramita su expulsión, por lo que pasaron a ocupar plazas de acogida humanitaria de Cruz Roja. 

Cerca de un centenar de personas que antes estaban recluidas ahora están en libertad, pero no se descarta la posibilidad de que una vez finalizado el estado de alarma vuelvan a entrar en los CIE. Díaz Tejera explicó a esta redacción que debe analizarse la situación de cara persona, comprobar si hay convenio de repatriación con sus países de origen o si pueden reagruparse con familiares. Sin embargo, el juez insiste en tener en cuenta la situación de la pandemia en África para evitar que Europa siga propagando el virus en el continente.

“Regularización ya”   

El parón que atraviesa España ha bloqueado y ralentizado aún más los trámites para regularizar la situación de las personas migrantes en el país. Por ello, CEAR impulsó una recogida de firmas para pedir al Gobierno central que siga la estela de Portugal y ponga en marcha un proceso de regularización extraordinaria para permitir que las personas en situación administrativa irregular accedan a sus derechos en igualdad de condiciones. La ONG recuerda que la Oficina de Asilo acumula más de 100.000 expedientes de asilo pendientes.

Esta campaña saltó en redes este lunes bajo la consigna “Regularización ya”, donde la población migrante, altos cargos de las administraciones públicas y asociaciones antirracistas reivindicaban la necesidad de salir de esta crisis sin dejar a nadie atrás. “Es la Ley de Extranjería la que nos obliga a vivir mínimo tres años en situación irregular, sobreviviendo en la economía sumergida y vulnerabilizadas a todo tipo de opresiones. Es hora de acabar con eso”, subrayó SOS Racismo.

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