Ya no hay más tiempo de pruebas o ensayos. El cuadro grancanario lleva algunos días en tierras cántaras preparando esta primera cita liguera con un proyecto renovado y de la mano de un entrenador que ha ilusionado a una gran parte de la afición, merced a su buen gusto por el fútbol de toque. Tras poner fin a la pretemporada con la conquista de la Copa de Canarias el Racing de Santander es la primera piedra de choque para calibrar las aspiraciones del cuadro amarillo.
En las últimas horas, las lesiones han jugado serios contratiempos a los planes de de Sergio Lobera, donde a parte de la lesión de Raúl Lizoain, que obligó a Alejandro a viajar a Santander de urgencia, David González ha tenido que retirarse antes de tiempo en las últimas sesiones preparativas. El jugador de la Feria es una pieza básica en el esquema de la UD y se convierte en seria duda para la primera cita, uniéndose a la ya conocida baja de Javi Castellano.
Con esto, Lobera se encuentra un centro del campo en cuadro y apenas inédito con el técnico aragonés, teniendo que apostar por la pareja Vicente-Deivid, dejando en el centro de la zaga a Murillo y David García. En cuanto a la defensa, el lateral derecho sigue siendo una incógnita, aunque Pignol se postula como titular en la derecha, al igual que Dani Castellano en la izquierda.
Por lo demás, el máximo dirigente del banquillo amarillo destaca el espíritu con el que afronta la plantilla el partido del El Sardinero, tratando de ser fieles la la filosofía de juego impuesta por Lobera a su llegada al club grancanario. “Esta UD Las Palmas tiene que tener personalidad y estilo. No hay ningún equipo que llegue al cien por cien, pero vamos a Santander con toda la ilusión”, reconoció el entrenador maño.
“Lo importante es que nosotros estemos bien. El Racing de Santander es un serio aspirante al ascenso y lo hemos estado siguiendo en más de tres partidos durante la pretemporada. El que haya cambiado de entrenador va a priorizar su aspecto defensivo, pero vamos con toda la ilusión”, comentó Lobera antes de partir a tierras penínsulares.
Con Fabri recién aterrizado en el banquillo cántaro, Las Palmas quiere aprovechar el desconcierto en el que se encuentra envuelto el conjunto local, tras el desastre que dejó Ali Syed con su marcha. Los tres primeros puntos en juego de una temporada muy larga, en donde el regreso de hombres importante a las filas de la UD esperan dar un empujón al equipo para ser un aspirante serio al ascenso, desde que se ascendiese de la categoría de bronce hace ya seis temporadas.