El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha gastado en los campos de fútbol de La Ballena, desde 2002 [año de la inauguración del recinto] hasta 2009, algo más de cuatro millones de euros en reformas. Ahora, pese a los esfuerzos económicos realizados [en la construcción de las instalaciones se emplearon otros seis millones de euros], el Consistorio capitalino ha optado por renunciar a otra remodelación de las canchas [cuatro de los siete terrenos de juego están en mal estado porque se ubicaron sobre una parcela que no reúne las condiciones idóneas] y convertirá ese espacio en una gran zona verde.
En octubre de 2002, meses antes de las elecciones municipales, José Manuel Soria [en ese momento alcalde de Las Palmas de Gran Canaria], inauguró en el barranco de La Ballena el proyecto de instalaciones deportivas más ambicioso de su mandato: siete campos de fútbol que servirían para dotar a la ciudad de una zona que, cada fin de semana, disfrutarían algo más de 600 jóvenes deportistas.
Poco después de su inauguración surgieron los primeros problemas, ya que la zona sobre la que se construyó la instalación estaba situada en un barranco que durante años sirvió como vertedero. La obra, desde el principio, presentó errores de
Continuo goteo de dinero
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria empleó seis millones de euros en la construcción de los campos de La Ballena y tras su inauguración aprobó una primera partida de 1,5 millones de euros para corregir los primeros desperfectos. Una segunda tanda de ayudas, de otros 1,5 millones de euros, sirivieron para solucionar los continuos problemas que siguieron apareciendo en la zona. La última remesa presupuestaria destinada para el recinto situado en Ciudad Alta superó ligeramente el millón de euros, según fuentes consultadas por CANARIAS AHORA.
Ahora, el grupo de gobierno de Las Palmas de Gran Canaria ha optado por trasladar a Tamareceite a los clubes que habitualmente utilizaban los campos de fútbol de La Ballena. Además, ha aprobado un plan para mejorar otros terrenos de juego situados en la capital [el Chano Cruz de San José] y para construir otros [Lomo Blanco], y estudia la posibilidad de afrontar otros proyectos similares en diferentes zonas de la ciudad.