El Bangú del ‘maestro’ Zizinho visita el Heliodoro

ACAN

Santa Cruz de Tenerife —

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El Bangú, el equipo de Zizinho. Ése fue el conjunto que llegó a la Isla el 22 de mayo de 1954 para medirse al Tenerife en medio de una expectación pocas veces vista. A lo largo de los años, por el Stadium habían pasado los mejores equipos de España y algún club europeo de primer nivel. Pero el Bangú era diferente, era un notable representante del fútbol brasileño, de los campeones sin corona, de los que en el Mundial de 1950 arrasaron a la que durante décadas fue la mejor España de todos los tiempos y a los que sólo una mala tarde –el célebre 'maracanazo' ante Uruguay – les privó del título mundial.

Brasil nunca perdonó a los protagonistas de aquella derrota. Y en aquel elenco había futbolistas formidables. Con el tiempo sólo indultó a Tomás Soares da Silva (1921-2002), Zizinho, que forma con Pelé y Garrincha la santísima trinidad del fútbol brasileño. En 2001, la Federación de Historia y Estadística del Fútbol, la IFFHS, le colocó como cuarto mejor jugador brasileño del siglo XX por detrás de los citados y de Zico, otro campeón sin corona. Conocido como 'maestro Ziza', marcó 31 goles en los 54 partidos que jugó con Brasil, cifra deslumbrante para un futbolista que nunca fue delantero.

Ala derecho en la posición de la épica, Zizinho fue en realidad un espíritu libre que con el Bangú se dedicó casi en exclusiva a participar en giras por todo el planeta en las que exhibía su talento. Ese año, tras disputar catorce partidos en Europa (Francia, Alemania, Austria y Gran Bretaña) en sólo dos meses, con una sola derrota, se estrenaba en España en el Heliodoro, todo un honor para la Isla. Por el camino habían caído Toulouse (1-0), Bayern Munich (4-0) o Lens (2-0). Y el Tenerife era sólo un equipo que acababa de finalizar su primera temporada en categorías nacionales. Y en Segunda División, además.

Al día siguiente de su llegada, pese a estar agotados por la gira, los brasileños ofrecieron una exhibición sobresaliente. El Tenerife plantó cara con dos goles de Mora y Tomás, pero ya perdía 2-4 a poco del final cuando Lucas, el ariete del Bangú, se llevó de cabeza un balón en mediocampo y, dándole tres y cuatro golpes con la cabeza, sin dejar caer el esférico al suelo, avanzó a toda velocidad hasta el área de Cuco. Y cuanto el portero salía del arco, dejó caer el balón y lo colocó por encima del portero local con un suave disparo. La pelota nunca tocó el suelo y los pañuelos poblaron las gradas para saludar ese tanto, el 2-5 definitivo.

Dos días después se llenó casi por completo el Heliodoro. La mayoría quería ver una nueva exhibición del Bangú, que además había tenido tiempo de descansar y podía incluso ofrecer mejor rendimiento. Sólo vieron al Tenerife. Los brasileños disfrutaron sin medida de la noche chicharrera y se habían relajado más de lo debido. Y los blanquiazules firmaron, según un veterano cronista, “la actuación más completa que hayamos visto”. Ganaron por 4-0 con dos goles de Tomás y uno de Paquillo y Bolea, todos logrados en la segunda parte. Y el de Bolea, tras regatear a cuatro adversarios. Los protagonistas de la gesta deben permanecer en el recuerdo.

Fueron Garatea; Chicho, Isal, Perla; Villar (Muñoz), Fernández; Tomás, Julito, Lasquivar (Mora), Iriarte y Paquillo (Bolea). Aunque Tenerife no debe olvidar que por el Stadium pasó una vez el maestro Zizinho.

(*) Capítulo del libro ‘El CD Tenerife en 366 historias. Relatos de un siglo’, del que son autores los periodistas Juan Galarza y Luis Padilla, publicado por AyB Editorial.