MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
El FC Barcelona agrandó su apego al buen fútbol en el choque ante el Racing de Santander (1-4), donde volvió a bordar en construcción y definición para sumar pleno de victorias en estas cuatro primeras jornadas de Liga, que parece será un mano a mano entre culés y merengues.
El equipo de Pep Guardiola torpedeó a los cántabros con una grandísima facilidad. Con Keita como enlace en la medular --incansable en la recuperación-- el Barça apostó por ataques largos con posesiones insufribles para el Racing y con un Ibrahimovic que tardará poco en hacer olvidar a Eto'o, si es que ya no lo ha hecho.
El sueco estuvo de diez. El espigado ariete anotó el primero con un escorzo raro entre su hombro izquierdo y la cabeza, y regaló a Piqué el tercero en lo que será la asistencia más bonita de la Liga. De un taconazo dejó sólo a Piqué y evitó a cinco defensas montañeses, que aún seguían buscando la pelota en sus pies.
Piqué, claro está, no falló delante de Toño. El canterano blaugrana es todo un experto en áreas contrarias, sobre todo cuando le llama Vicente del Bosque y dejó un 0-3 a los 26 minutos que antes se había encargado de colear Messi con otro tanto de altura tras asociarse con Xavi, otro que nunca desentona.
El argentino tiró una finta magistral que suponía aclarar su posición en el campo y disparó a puerta con la misma tranquilidad que colocación. El Barça era pura precisión, una sinfonía que sonaba a las mil maravillas y de la que el conjunto racinguista había sido mero espectador.
Ya en la segunda mitad, los catalanes, que perdieron a 'Ibra' por un golpe en el tobillo, bajaron el ritmo y dejaron pensar a su rival, que maquilló la contienda con un golazo de Óscar Serrano, que marcó por la escuadra tras librarse de Márquez gracias a un caño. Antes, Messi había dejado su huella en El Sardinero con un gol fenomenal, con todos los atributos para calificarlo de bello. El Barça arrasa, el Barça es una máquina perfectamente dirigida.
EL SEVILLA METE LA DIRECTA.
Por su parte, El Sevilla sumó su tercera victoria consecutiva ante un Mallorca que llegaba al Pizjuán con números inmaculados. Los de Manolo Jiménez aplastaron al cuadro bermellón a base de fútbol, confianza y acierto de la segunda línea, que ha recuperado la fuerza necesaria de la mano de Didier Zokora.
El conjunto nervionense ha ganado todos los partidos desde su debut en Mestalla y ha cogido una fuerza que le hace ser el principal escollo en esta liga de dos gigantes, en la que parece difícil asomar la cabeza si no cuentas con un presupuesto desorbitado. Los andaluces caminan decididos y hoy dieron un paso al frente.
El Mallorca no conocía la derrota y el Sevilla se la presentó de primera mano. El tanto que abrió la cuenta fue obra de Squillaci, que cabeceó un pase, también con la testa, de Escudé a la salida de un córner para batir a Dudu Aouate, que se quedó clavado en el sitio.
El segundo llegó sólo ocho minutos después, cuando Jesús Navas firmó una preciosa jugada por el costado derecho que Diego Perotti sólo tuvo que empujar en la misma línea de gol. Desde esa primera media hora, el equipo sevillano siguió con la batuta del encuentro, pero no encontró el camino del gol. Premio más que suficiente para sumar tres puntos y coger aire en el atropellado calendario de esta temporada.