Casuco, preocupado por una posible relajación ante la Ponferradina

Juan Martínez Casuco, entrenador del Tenerife, reconoció hoy que tiene “cierta preocupación” por la “excesiva relajación” que ha detectado en el entorno blanquiazul, que no dentro del vestuario, donde “somos conscientes de la dificultad” que entraña el partido del domingo.

Casuco advirtió de que “en esta categoría ningún equipo es malo ni flojo” y que la Ponferradina “vendrá a engancharse al tren de la permanencia”, de ahí que apelara al “máximo respeto” hacia un rival del que valoró su capacidad ofensiva y la experiencia de sus jugadores.

De entre sus individualidades citó a los centrocampistas Dani Boreguero y Nacho y a los delanteros Baha y David Rodríguez, aparte de otros tantos que hacen del conjunto castellano leonés “un rival peligroso por nombres”.

Reseñó que si para la Ponferradina el partido del domingo “es casi definitivo, para nosotros también lo es”, ya que en caso de sumar los tres puntos el Tenerife prácticamente aseguraría su continuidad en la Segunda División.

El preparador blanquiazul, que tendrá las bajas por lesión de Frankowski e Iriome, aunque por contra recuperará a Manolo Martínez, indicó que “no tiene por qué haber muchas variantes” en el once inicial con respecto al que alineó en Lorca, si bien confirmó la presencia de Ángel, quien “ha pedido paso” con su hat trick.

Casuco explicó que la presencia de jugadores del filial en los entrenamientos de esta semana se debe a la cantidad de ausencias por lesiones y que dará prioridad a los de la primera plantilla que no han tenido muchas oportunidades, si bien no descartó que algún canterano entre en alguna convocatoria o incluso debute en Segunda.

Hizo una alusión especial al portero Raúl Navas, de quien destacó que “se merece un encuentro porque ha entrenado todo el año como un señor a pesar de no haber podido jugar, nunca ha bajado la guardia”.

Por lo demás, insistió en que su continuidad en el banquillo del Tenerife la próxima temporada depende de lo que decida el club, que es el que “tiene la última palabra” e hizo hincapié en que la valoración de su trabajo se debe hacer “sobre lo que ha hecho el equipo hasta ahora, no sobre lo que haga en el tiempo que queda”.