La Unión Deportiva Vecindario continúa sin poder certificar un triunfo lejos de su estadio y prolonga su gafe a domicilio, ya que en los diecisiete desplazamientos ofrece un pobre bagaje de tres empates y catorce derrotas.
Ni siquiera marcando tres goles lejos de su estadio, como este domingo ocurrió en Ponferrada (3-3) y tal y como hizo en su comparecencia en La Condomina frente al Real Murcia (4-3), le alcanza al conjunto de Castro Santos para romper su sequía como equipo visitante y es precisamente esta ausencia de alegrías en territorio ajeno lo que ha precipitado su descenso a Segunda B, aún no certificado de manera matemática pero ya inevitable por las diferencias en la tabla.
El conjunto de Santa Lucía no logra ganar en su condición de visitante desde que se impusiera en Cartagena el pasado junio (0-1), con un gol de Suso Ruano, en la liguilla de ascenso a Segunda que acabaría culminando con éxito.
Desde entonces, y salvando las presencias en Lorca, Castellón y Ponferrada, saldadas con reparto de puntos, cada salida ha finalizado con resultado adverso.
“Espero que alguna vez suene la flauta porque no es normal que un equipo finalice una temporada sin ganar fuera”, ha dicho Castro Santos cada vez que se refiere a esta larga colección de tropiezos del Vecindario.
Ni siquiera la recuperación de jugadores importantes como Xisco o Markel Bergara, que han dejado atrás sus lesiones, ha ejercido de revulsivo.