El fútbol es así de imprevisible. Como la vida misma. Marcelino saboreaba desde el banquillo la primera victoria del Real Zaragoza en la Liga y acabó en las entrañas del Estadio de Gran Canaria, a grito pelao, contra Marcos Márquez y los suyos: “¡Cobardes, que sois unos cobardes!”.
Dicen en el Zaragoza que MM, autor del empate (2-2), le soltó una hostia a Pulido en pleno rostro, ya en vestuarios. Nadie lo vio. Pero lo que nadie se perdió -menos el cuarteto que debía impartir justicia- fue el puñetazo en la barriga de Pulido a Márquez, para dejarle sin aire, fuera de combate, en la última jugada del partido: cuando MM era la baza principal amarilla para buscar un sueño de 3-2 que nunca llegó.
A torta limpia y lengua caliente acabó una bacalá que sólo se animó a la hora de juego. Cuando el cansancio y los cambios -acertados unos, a peor otros- desataron en ambos el corsé de respeto que se impusieron desde el arranque electrizante, con Ewerthon en boca de gol fallando una pica en Flandes ante Santamaría. Y Pablo Sánchez encarando, al instante, a López Vallejo para no llegar por poco a portería vacía.
Fue ese el momento de una Unión Deportiva que sin Miguel Cobas -recae de una vieja lesión de rodilla que le tendrá k.o. como mínimo varias semanas- quiso sentirse igual de dulce con un novato Miguel García en su columna vertebral, pero se convirtió en dominadora previsible de media hora de fútbol en la que, aún así, sólo disparó una vez entre los tres palos.
Tampoco hizo nada el equipo de Marcelino, acogotado en su titubeante vuelta a Segunda, y en esos minutos de desconcierto maño la UD perdió su gran ocasión de noquear a un rival con mal de altura: con los laterales amarrados ante el peligro potencial, Jorge desdoblándose arriba y abajo con la lengua fuera y Miguel García más perdido que el barco el arroz, ni Sergio ni Nauzet ni Pablo compartieron la fe de Marcos de llegar a cada balón. Y a fe mía que llegó él sólo a unos cuantos. Pero solo.
De poco sirvió. De vuelta del vestuario -todavía sin hostias- el Zaragoza se puso a mover la pelota con Caffa de referente. Aún así, Miguel García tuvo una inmejorable ocasión para batir a López Vallejo. Pero su chut se fue a las nubes, justo cuando Juan Manuel había movido el banquillo: hizo debutar a Amaral por un apático Sergio y dio la mediapunta a Nauzet sólo unos minutos, hasta que lo sustituyó, cuando mejor se movía el canterano, por Saúl. Un minuto antes Caffa había encontrado el agujero que dejaba Amaral por la derecha para batir, de tiro cruzado, a Santamaría, con David García vendido.
Pintaban bastos. Sin Cobas, sin Nauzet, con dos debutantes como pulpos en garajes y con el Zaragoza a favor del viento, poco se podía esperar. Pero en nada, la primera pelota que tocó Saúl acabó en un jolgorio de empate que presagiaba la mayor de las remontadas de la UD Las Palmas. Como en los viejos tiempos. Y todo fue al revés: el Zaragoza se envalentonó y Las Palmas, sin mediocampo, perdió el sitio en un césped en pésimo estado y se dejó comer por un equipo con jugadores de Primera que encontró en la banda derecha amarilla un filón. Hasta que Ewerthon se resarció de su error inicial y cabeceó cómodo a gol un centro al área a diez minutos del final, despoblando la gradas.
Olía a la primera derrota amarilla en casa. A casi todos menos a Marcos Márquez. El Pichichi encontró, a cinco minutos del final, un centro de Saúl que fue escorado a la cabeza de Pablo Sánchez para que éste se vacilara a la defensa zaragocista y cediera a MM el honor de un empate vital. Un empate con sabor a victoria que soñó también Las Palmas antes del último golpeo del partido. Se prestaba a lanzar una falta al área zaragocista en el último instante del tiempo añadido cuando Pulido decidió que MM no debía intervenir en cualquier posible remate. Le dio un puñetazo en la barriga al sevillano que le obligó a ser atendido fuera del campo, mientras los suyos lanzaban al área y su cabeza no estaba para lo que exclusivamente debía estar: rematar a las mallas de López Vallejo. Y nada más.
Ficha técnica2. UD Las Palmas:
Santamaría; David García, Samuel, López Ramos, Dani López, Nauzet (Saúl, min. 64), Jorge (Vicente Moscardó, min. 76), Miguel García, Pablo, Sergio (Amaral, min. 56) y Marcos Márquez.
2. Real Zaragoza: López Vallejo, Herrero (Paredes, min. 65), Pulido, Pavón, Pignol, Arizmendi (Caffa, min. 54), Zapater, Generelo (Hidalgo, min. 69), Jorge López, Ewerthon y Braulio
Goles: 0-1, min. 63: Caffa. 1-1, min. 66: Saúl. 1-2, min. 79: Ewerthon. 2-2, min. 85: Marcos Márquez.
Árbitro: Pérez Montero (andaluz). Expulsó a Zapater (min. 90), por dos tarjetas amarillas. También mostró cartulina de este mismo color a sus compañeros Pavón, Paredes y Ewerthon; así como a los isleños David García, Pablo, Vicente Moscardó, Amaral y López Ramos.
Incidencias: un total de 17.332 personas acudieron al Estadio de Gran Canaria. Las subcampeonas olímpicas en Pekín Paola Tirados y Thais Henríquez -natación sincronizada- realizaron el saque de honor. Gran presencia de políticos en el palco, desde el presidente y el vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Pérez (PSC-PSOE) y Román Rodríguez (NC), hasta el vicepresidente y la consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias, José Manuel Soria y Mercedes Roldós (PP).