La Federación Andaluza de Fútbol ha abierto un expediente, entre otros, al técnico canario Álvaro Pérez, por el intento de agresión sufrido por un colegiado granadino en Ceuta así como sus dos auxiliares, a uno de los cuales llegaron a golpear al término de un encuentro del grupo X de Tercera División.
Los incidentes fueron reflejados por el colegiado granadino José Manuel Rica Alarcón en un anexo al acta del partido celebrado el pasado domingo en el estadio municipal Alfonso Murube entre el Atlético de Ceuta y el Pozoblanco, que acabó con victoria de los cordobeses por tres goles a dos.
Rica Alarcón explica que los hechos ocurrieron en la zona de vestuarios y que se puso en peligro la integridad física del equipo arbitral y si no fueron reflejados en el acta del encuentro se debió a que “serían motivo de un empeoramiento de la situación”.
El colegiado refleja que el partido se disputó sin la presencia de miembros de las Fuerzas de Orden Público, aunque añade que “pude ver un equipo de seguridad compuesto al menos por tres personas, dos hombres y una mujer, pero no asistieron al equipo arbitral en ningún momento”.
El árbitro denuncia en el acta que fue insultado y zarandeado por directivos del Atlético de Ceuta, “mientras que mis asistentes fueron insultados y zarandeados por las personas no identificadas que se encontraban en la zona de vestuarios. Ni miembros de la seguridad ni del club nos auxiliaron”.
Rica Alarcón dice que temió por su integridad física cuando el trío arbitral fue rodeado por más de 20 personas que profirieron insultos y amenazas.
El árbitro granadino reflejó en el anexo al acta que el entrenador del Atlético de Ceuta, Álvaro Pérez -exDirector General de Deportes del Gobierno de Canarias-, se dirigió a él gritándole “eres un sinvergüenza y todo lo que te pase lo tienes merecido”.
El árbitro añadió en el acta que el delegado del Atlético de Ceuta, José Javier Lorente, le comunicó al colegiado que no podía pagarle el recibo arbitral (381 euros) porque no había caja suficiente.
Añade que los colegiados salieron escoltados por la Policía Nacional hasta que se subieron a un taxi, seguidos por un coche patrulla y una vez en el puerto la pareja de la Policía Nacional los acompañó hasta la zona de embarque.