Tras un inicio del Mundial de Fórmula Uno en el que sólo ha estado en condiciones de luchar por acabar en los puntos en las tres primeras carreras, el español Fernando Alonso (Renault) se encomienda al próximo Gran Premio, el de España, con la esperanza de que las anunciadas mejoras técnicas en el R28 conviertan al Circuito de Cataluña en el lugar que marque el punto de inflexión de una temporada que se antoja cada vez más complicada.
Hasta ahora Alonso sólo ha podido pelear por tratar de salir con puntos de Australia, Malasia y Bahrein. En la primera carrera, en Melbourne, el español supo sacar tajada de una carrera caótica para llevarse a casa cinco puntos, pero en Malasia la situación real de su mecánica quedó patente y sólo pudo obtener un botín de un punto.
Este fin de semana en Bahrein, Alonso se quedó fuera de los puntos por primera vez en lo que va de temporada. En Sakhir Alonso no tuvo opción alguna de pelear por entrar entre los ocho mejores. Su coche no dio de sí y sus esfuerzos no tuvieron recompensa.
Alonso está en una clara inferioridad mecánica que le impide acercarse, ni de lejos, al rendimiento que ofrecen los Ferrari, los McLaren y los BMW Sauber, los tres equipos que están a una clara distancia del resto. Además, él mismo considera que Renault es el octavo de una parrilla de once equipos.
El R28, el coche de Alonso, tiene claras carencias en cuestiones como la tracción, la aerodinámica y la estabilidad en las frenadas. Todo ello hacer que el monoplaza esté estancado en un grupo de segunda categoría que sólo puede ver de lejos los alerones traseros de los coches de los tres equipos en punta. Y ya hasta alguno más ha pasado a estar por delante.
Entre el 14 y el 16 de abril próximos el Circuito de Cataluña será el escenario de unos entrenamientos previos al Gran Premio de España, que se disputará en ese mismo escenario once días más tarde.
En Montmeló (Barcelona) Renault, ante la imposibilidad de hacer mejoras en unos motores congelados en su desarrollo desde 2006 y durante cinco años, tiene previsto probar, entre otras soluciones, un amortiguador de inercias que permita a sus coches aumentar la estabilidad del tren delantero para reducir el subviraje, es decir, la tendencia del coche a perder la línea de trazada por el tren delantero.
A la espera del 'i-damper'
El llamado ahora 'i-damper' es un ingenio del que disfrutaron los coches de Renault en 2006, hasta que fue prohibido por no ajustarse al reglamento. Los demás equipos encontraron una solución para disponer de él de forma legal, al integrarlo en las suspensiones, mientras Renault carece hasta ahora de él.
Ahora se espera ésta como una de las soluciones que ayude a Fernando Alonso a tratar de volver a estar delante, si no con el objetivo de alcanzar victorias, sí de intentar pelear por estar en el podio, algo que, ahora mismo, se antoja imposible. Se estima que la ganancia del asturiano sería de entre dos y tres décimas de segundo por vuelta.
La aerodinámica también es otro caballo de batalla que complica la existencia a Alonso. Por diversas complicaciones técnicas, el R28 es un coche muy complicado de ajustar en cuestiones aerodinámicas para cada gran premio. Si se consigue que sea rápido en las rectas, se pierde tiempo en las curvas. Y viceversa. En Barcelona habrá novedades en este sentido.
La cuestión es que en el Gran Premio de España el resto de equipos también tienen previsto introducir mejoras. Ferari, McLaren, BMW Sauber trabajan sin descanso para seguir progresando, lo que complica aun más la tarea que Renault tiene por delante. Nadie descansa.