El fin de la mala racha

La Unión Deportiva Las Palmas ha conseguido tres puntos de oro en un estadio que nunca se les dio bien. Una mala primera parte que acababa con el 1-1 en el electrónico gracias al primer gol de Portillo como amarillo, precedió a una segunda en la que los amarillos dominaron con autoridad y merecieron el gol conseguido por Ruymán en la recta final del partido.

Juan Manuel Rodríguez volvía a las sorpresas en el once inicial. Roque estrenaba titularidad con la camiseta amarilla en detrimento de Sergio Suárez y, finalmente, Portillo ganaba la partida a Quiroga como hombre más adelantado del equipo titular.

Ya se sabía a lo que iba a salir el Celta y no defraudó a los más de 30.000 espectadores que se dieron cita en Balaídos. El cuadro gallego controlaba el encuentro desde el pitido inicial mientras la UD corría detrás de la pelota. Poco tardaría en llegar el primer susto, este de categoría, con un clamoroso fallo a puerta vacía de David Rodríguez, estrellando el esférico en el larguero.

Los de Juan Manuel se animaban con alguna incursión aislada al campo rival de manos de Vitolo, pero sin causar apuros a la meta de Yoel. No pintaban bien las cosas para la UD en el primer tramo del encuentro, pero, como todos sabemos, el fútbol es caprichoso.

Roque pone un gran centro de córner y, tras la prolongación de Vicente, Portillo remataba a placer y ponía el primer gol del encuentro en el casillero del cuadro visitante. El madrileño marcaba el primero con la casaca amarilla, mostrando sus credenciales para mantener la titularidad. Las dos sorpresas de Juan Manuel, protagonistas del tanto.

Poco duraría la alegría a la entidad de Pío XII. La defensa amarilla fallaba una vez tras otra y en una de esas sucedía lo inevitable. David Rodríguez esta vez no perdonaba al recibir sólo en el área y mandaba al traste la alegría de los insulares. Graves problemas defensivos los acusados en Balaídos.

El árbitro también pondría su granito de arena en detrimento de la Unión Deportiva. A las dudosas tres tarjetas sacadas en menos de 26 minutos a la defensa insular, se sumaba un error claro al anular un gol a Vicente Gómez cuando este se encontraba en posición legal. Sin embargo, más evidente que la actuación arbitral era el mal partido que desarrollaba la UD en la primera parte, por lo que poco valía refugiarse en los errores del colegiado.

Con la sensación de absoluta vulnerabilidad defensiva, la UD se marchaba a los vestuarios con la necesidad de una reestructuración urgente en varias zonas del campo. La inexistente medular amarilla encomendaba el ataque a la vultuosidad de Viera y Vitolo y a las acciones a balón parado.

La UD cambia a su mejor versión

Tras los 15 de descanso, las sensaciones del cuadro amarillo mejoraban notablemente. Los primeros minutos transcurrían en campo vigués con la UD al mando del encuentro. Eso si, sin poner nervioso a Yoel, quien no tenía que intervenir hasta el minuto 15 en el segundo tercio. Un espectacular disparo de Roque desde lejísimos obligaba a exigirse al máximo al cancerbero para enviar el cuero a córner. Buen partido del canterano del cuadro amarillo, que, sin duda, se reivindicaba como un activo del primer equipo.

El encuentro cambiaba notablemente, igualándose la batalla por el control del juego. La UD requería de más profundidad e intentar probar más suerte desde lejos. Roque servía de ejemplo minutos atrás y Vicente tomaba recorte con un potente chut que ponía difíciles las cosas a Yoel, pero el guardameta respondía a la perfección y la sacaba con una gran intervención.

La UD dominaba ligeramente ante el letargo del club local, que olvidaba el ataque para centrarse en frenar los intentos de los amarillos. En uno de estos veríamos la cara y la cruz, el cielo y el infierno en una acción de Vitolo. El canterano recibía un espectacular pase por alto y, tras un control de fuera de serie y un regate al portero de auténtico crack, cometía un fallo de principiantes. Se le hizo la puerta pequeña cuando no había barreras para el gol y fallaba un gol totalmente hecho ante la incredulidad del aficionado amarillo.

Pocos minutos después, volvía a quedarse un jugador de la UD sólo ante Yoel, esta vez Sergio Suárez, pero volvía a resistirse el gol con otra gran intervención del cancerbero local. La UD volvía a merecer la victoria, pero los problemas en la definición restaban notablemente el protagonismo al dominio claro de los amarillos.

Sin embargo, esta vez sí haría acto de presencia la justicia. Tras un corner despejado, Ruymán se hacía con el balón en la frontal y, sin pensárselo dos veces, disparaba a la desprotegida meta viguesa y subía el segundo al marcador. La UD necesitaba intentarlo desde fuera y así llegó el merecido gol de los amarillos en la recta final del encuentro.

Tras los excesivos 5 minutos de alargue, el árbitro de llevaba el silbato a la boca y pitaba el final, materializando la merecida victoria amarilla. Tres puntos de oro los que consigue la UD en su excursión a tierras gallegas, permitiendo seguir manteniendo a la vista el tren que lleva a los puestos altos de la tabla. Con 11 puntos, los de Juan Manuel dormían en octava posición a tan sólo 3 de la cabeza y distanciándose notablemente de la zona de peligro.

Ficha tecnica:

Celta: Yoel, Hugo Mallo (Bellvís, m.50), Catalá, Jonathan Vila, Roberto Lago, Joan Tomás (Iago Aspas, m.70), Bustos, Orellana, De Lucas (Dani Abalo, m.61), Álex López y David. Entrenador: Paco Herrera

UD Las Palmas: Barbosa, Pignol, Diego Herner, Laguardia, Ruymán, Javi Castellano, Vicente Gómez, Jonathan Viera (Quiroga, m.90), Roque (Francis Suárez, m.81), Vitolo y Portillo (Sergio Suárez, m.77). Entrenador: Juan Manuel Rodríguez

Goles: 0-1 Portillo, m.21; 1-1 David, m.31; 1-2 Ruymán, m.87

Árbitro: Santiago Jaime Latre (Huesca). Amonestó a los locales Álex López (m.72), Bellvís (m.86), Roberto Lago (m.88) y Orellana (m.88). Amonestó a los visitantes Diego Herner (m.3), Laguardia (m.24), Portillo (m.26), Roque (m.55), Vicente Gómez (m.89) y Sergio Suárez (m.91).

Incidencias:

Encuentro disputado en Balaídos. Octava jornada de la Liga Adelante 2011-2012.

Así lo vivimos, con la narración de Daniel Lobo y los comentarios de Naré Sánchez.