El Tenerife aún conservaba algunos aficionados en el verano de 1986. Tenían mucho mérito. A lo largo de 25 años, desde aquel lejano ascenso a Primera División logrado en Almendralejo, el equipo blanquiazul había logrado un buen número de victorias... pero se contaban con los dedos de una mano las alegrías intensas que le habían dado a sus seguidores, de esas que se recuerdan durante años: el ascenso a Segunda División con García-Verdugo, la eliminación del Real Madrid en la Copa del Rey, el triunfo sobre la Las Palmas en ese mismo torneo y el último ascenso a la categoría de plata, con 'Terremoto' Fuertes en el banquillo y el público sacando a hombros a los jugadores. Y pare usted de contar. O lo que es lo mismo: muy poco en un cuarto de siglo. Es sabido que nadie se hace de un equipo para ganar siempre... pero sí al menos de vez en cuando.
Los acontecimientos más recientes no eran, precisamente, agradables de recordar: encierros en el vestuario, huelgas, una agresión de los aficionados al entrenador, peleas entre futbolistas, acusaciones al presidente, broncas continuas al equipo y un nuevo descenso a Segunda División B, consumado con menos de mil espectadores en las gradas del Heliodoro en la despedida liguera ante el Castilla. José López Gómez, que había dirigido la entidad durante catorce años repartidos en dos etapas, había abandonado el club en mayo. La única candidatura que se presentó a recoger una herencia de 300 millones de pesetas de deuda fue la llamada Alternativa Azul y Blanca, liderada por Javier Pérez y Pérez, un ginecólogo palmero de apenas 40 años. Ante la ausencia de otras opciones, su acceso a la presidencia fue progresivo. Así, el primer paso fue presentar su proyecto en una tumultuosa Asamblea de Socios que tuvo lugar en el salón de actos de la Jefatura Superior de Policía.
Luego, captaron el apoyo de CajaCanarias, del Cabildo Insular y del Ayuntamiento de Santa Cruz. Y tras una cita en el hotel Maritim (Los Realejos) habían ganado ya para la causa a los equipos tinerfeños de Tercera División. De allí salió un compromiso de seis puntos, en el que se detallaba que “la política deportiva de esta Alternativa se sustentará en la incorporación de jugadores procedentes en su mayoría del fútbol provincial”. Al no haber más aspirantes, y tras los plazos previstos, en junio se proclamó oficialmente como presidente a Javier Pérez. Y finalmente, el 18 de julio de 1986, en el Círculo de Amistad XII de Enero, en presencia de autoridades y medios de comunicación, Javier Pérez presentó a su equipo, compuesto por 21 miembros, en el que destacaban: Miguel Ángel de la Rosa y José Antonio Barrios, vicepresidentes; Enrique Roca, secretario general; José Felipe Concepción, secretario; Agustín Amaro, tesorero; Luis Bello, contador y portavoz; Pedro Suárez, Rafael Chávez, Eugenio Ibáñez, Manolo Medina, Teófilo Bello y Juan Amador, vocales.
El tiempo haría que siguieran caminos divergentes. Y en algunas ocasiones, enfrentados. Pero es justo que haya un agradecimiento a todos. Al menos, por su valentía.
(*) Capítulo del libro “El CD Tenerife en 366 historias” de Juan Galarza y Luis Padilla.