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Las carencias del Tenerife, retratadas por el Sporting

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —
20 de enero de 2024 23:17 h

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Aun con tiempo para reengancharse al tren de la promoción, el Tenerife camina por este enero de sobresfuerzos con mala cara y peor rendimiento, cediendo puntos a rivales cercanos y perdiendo crédito. Así lo de este sábado aguado en el Heliodoro, un partido del que empezó a apropiarse con un gol tras la única fase en la que lo buscó con sentido. Y que luego perdió por capítulos: un error grosero antes del descanso para habilitar el remate del 1-1 y una segunda parte en la que se fue cayendo hasta que Queipo hizo el definitivo.

Ganó el Sporting porque como el Elche una semana atrás fue mejor que el Tenerife en todo. Definió con pocas ocasiones, se hizo con el medio juego, ganó más balones divididos y corrió más y mejor en los dos sentidos. Salvo el tramo que le llevó hasta el gol de Corredera, el Tenerife fue el de los últimos meses en la Liga. Solo tiene un plan para abrir el marcador porque desde que encaja, en cualquier cruce de caminos no da con el adecuado.

Garitano rehízo el once post copero con las bajas conocidas –Aitor Sanz y Bodiger, sancionados–, Sergio y Corredera como único dúo de medios posible, Rahmani titular por Teto en la banda izquierda y Ángel como nueve de partida. José León ya vuelve a ser titular, pero no Sicpic, que espera su turno para el sábado de Piñata o los Idus de marzo. Si algo tiene claro el técnico es que Amo es un ingrediente imprescindible.

El Tenerife del primer tercio no le hizo ascos al partido. Se entregó a la búsqueda de los extremos como fuente de todos los bienes, activó a Corredera para que jugara hacia adelante y quiso ser tan dinámico como su rival. Pocos equipos de esta Liga tienen el ritmo que luce el equipo de Miguel Ángel Ramírez. Ataca cualquier espacio libre para generar superioridades y cuando busca un pase por dentro a la espalda de los centrales recurre a este Hassan, un velocista que tanto vuela con el regate largo como marea dominando la pelota al pie. De Hassan no llegaron los goles del Sporting, pero sometió a Medrano y a su zona a un despliegue repetido que terminó por fundir al lateral, cuando no a los centrales metido por dentro para acumular requiebros.

Hizo mucho el Tenerife –al cabo, lo mejor en su balance– cerrando caminos, o empantanándolos–, a Hassan. Impidió que pegara primero el Sporting y aguardó a que le rentara un ataque largo. Andando el 23, Rahmani se citó con Medrano en el área, le cedió el balón al lateral para que se quitara de encima a Rober Pier y la puso para el remate en el área chica de Corredera, que andaba por donde no suele. Metió el pie antes que Pablo García y obró el 1-0.

En ventaja, como suele, el Tenerife fue perdiendo a poquitos el empuje y el tino. Entre lo uno y lo otro, el Sporting perseveró hasta sacar petróleo de un mal saque de Soriano que cayó por la calle del diez a los pies de Rivera. A un par de metros, recibió luego Juan Otero y armó un tiro a veinte metros del portero que tocó lo justo a Gaspar para ensuciarle la parada que no fue. A un minuto de la pausa, recomenzó un encuentro que ya no sería igual tras el entreacto.

Ramírez movió fichas primero para demostrar quién iba más decidido a por los puntos. Con Nacho Méndez por Roque Mesa elevó el ritmo y acercó el balón al área local. Con Guille Rosas por Pascanu frescura para mejorar el freno a Luismi. Antes de que Garitano se decidiera a responder, relevó el lateral izquierdo con Cote por Pablo García.

Camino de un cuarto de hora que ya había descubierto la querencia del Tenerife a entregarse a una ida y vuelta continua que no le trajo más que desequilibrio y cansancio. A Teto le tocó hacer de Roberto López cuando Rahmani ya andaba sin triunfos y Gallego no dio con una maña que tumbara sin faltas a Izquierdoz, un puntal en la zaga gijonesa.

Cuando se decidió a mutar de golpe los extremos, el Heliodoro ya rumiaba un final trágico mientras rezaba en silencio por el puntito. Los cambios, como es demasiada costumbre en este Tenerife, no mejoraron nada de lo que ya estaba mal. Waldo se hizo carne tras setenta días en la grada y Álvaro Jiménez prosigue su aclimatación sin un mal gesto ni una buena obra. Además de los cambios insípidos, el problema de este Tenerife apunta a otras causas también recurrentes.

Y así, perdiendo en disputas, agotados los medios, con el Sporting creído en lo que hacía, llegó con naturalidad el golpe de Queipo, un tiro envenenado –cogiendo la curva necesaria para que no le fuera raso a Soriano– de este chico de la cantera de Mareo que ya le hizo daño al Tenerife en Gijón definiendo en velocidad. Mejor estrategia, jugadores más aprovechados y mejores recursos individuales. Perder como hoy no es accidente sino consecuencia.

(1) CD TENERIFE: Soriano; Mellot, Amo, José León, Medrano; Luismi Cruz (Waldo, m.71), Alex Corredera, Sergio González, Rahmani (Álvaro Jiménez, m.71); Roberto López (Teto, m.63) y Ángel (Enric Gallego, m.63).

(2) SPORTING DE GIJÓN: Rubén Yáñez; Pascanu (Guille Rosas, m.46), Izquierdoz, Róber Pier, Pablo García (Cote, m.61); Hassan (Djuka, m.80), Roque Mesa (Nacho Méndez, m.46), Rivera, Gaspar (Queipo, m.71); Otero y Campuzano.

GOLES: 1-0, m.23: Álex Corredera. 1-1, m.44: Otero. 1-2, m.85: Queipo.

ÁRBITRO: Luis Mario Milla Alvendiz (Comité Andaluz). Amonestó a Keko Piña, entrenador de porteros local (m.30), a Sergio González (m.58) y Enric Gallego (m.87); y a los visitantes Hassan (m.75), Cote (m.81) y Djuka (m.82).

INCIDENCIAS: Partido de la vigésimo tercera jornada de LaLiga Hypermotion (Segunda División) disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante 16.315 espectadores.