El presidente de la UD Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez, ha lamentado que el Cabildo de Gran Canaria difundiera por Twitter un mensaje que “no se esperaba”, en el que sugería que podía haber incumplido su contrato de patrocinio al incluir la bandera de España en la camiseta.
Según Ramírez, el club tomó esa decisión sin consultársela a ninguno de sus patrocinadores porque consideraba que era su responsabilidad y que no contravenía su contrato con el Cabildo, cuya cláusula 9c le prohíbe introducir en “la parte central” del frontal de la camiseta (donde luce la publicidad de Gran Canaria) “cualquier otro nombre, marca o producto de otro patrocinador” sin autorización expresa del Instituto Insular de Deportes.
A juicio de la Unión Deportiva, bordar la bandera constitucional de España bajo la marca del fabricante de sus equipaciones no supone introducir ninguna marca en la camiseta, ni vulnera los compromisos suscritos con el Cabildo.
Ramírez también ha querido matizar que el FC Barcelona entendió que la UD Las Palmas luciera en su camiseta la bandera de España e, incluso, algunos de sus directivos le agradecieron el “tono conciliador” del comunicado con el que lo explicaron.
“Entendieron que el posicionamiento previo del Fútbol Club Barcelona -que había defendido públicamente ”el derecho a decidir“ de los catalanes- hacía que cupiese esperar que otro compañero de la Liga también se posicionara”, ha manifestado Ramírez.
En vista de que a la UD Las Palmas le correspondía jugar en el Camp Nou en la misma jornada en la que la que el Parlament había anunciado el referéndum sobre la independencia, el club grancanario entendió que debía hacer patente su compromiso con “un país unido”.
La UD Las Palmas, ha explicado su presidente, considera que “la sociedad civil tiene que adoptar un papel comprometido, sobre todo en momentos especiales en los que el país atraviesa encrucijadas históricas”, y que, como club, decidió aprovechar la “plataforma mediática” que le ofrece el ser uno de los 20 equipos de Primera División “para invitar a un clima de concordia en un escenario que todo el mundo esperaba que fuera de mucha hostilidad”.
“Quien lea nuestro comunicado no encontrará en él ningún reproche, ni tampoco advertirá ninguna posición enfrentada al que era nuestro anfitrión, el FC Barcelona”, ha añadido.
Ramírez ha rechazado, además, que se pretenda atribuir la suspensión de la comida entre directivas a la difusión del comunicado en el que la UD Las Palmas anunciaba que jugaría con la bandera de España bordada en pecho, junto a la fecha “01-10-2017”, porque el trato que recibieron “en todo momento fue cordialísimo”.
Esta decisión, ha explicado el dirigente canario, la tomó el Barça antes de que se hiciera público el comunicado y Las Palmas la entiende, porque en esos momentos la entidad catalana estaba pendiente de múltiples gestiones con la Generalitat, los Mossos, la Federación Española de Fútbol y la propia Liga sobre si el partido se suspendía o, si como ocurrió, se jugaba a puerta cerrada.
Ramírez ha subrayado, de hecho, que Las Palmas no tiene nada que reprochar al Barça en su decisión de que el encuentro se jugara sin público, porque cree que quería evitar en una jornada de mucha tensión que se produjera una invasión masiva del terreno de juego.
La UD Las Palmas reconoce que para los aficionados del equipo que viajaron desde Canarias hasta Barcelona para ver el partido y se quedaron a la puerta del estadio tuvo que ser una situación “muy frustrante”, pero entiende que la directiva presidida por Josep Maria Bartomeu estaba pensando en “una responsabilidad mayor”, la de garantizar la seguridad dentro del estadio.
De hecho, subraya el presidente de la Unión Deportiva, para el propio FC Barcelona la decisión por la que se optó también resultó “traumática” y ha provocado dimisiones en su junta directiva.