El Tenerife cumple con una buena primera parte para empatarle al Espanyol
El CD Tenerife se redimió del disgusto frente al Mallorca con un notable ante el Espanyol, el otro ascendido a Primera, en un partido en el que no renunció a los titulares disponibles y exhibió su verdadera capacidad. Se adelantó tan pronto como en el 5 con un tiro lejano de Pomares que sorprendió a Diego López, le pudo a los pericos hasta el descanso y luego —además de un golazo de Raúl de Tomás— solo sufrió cuando no tiró de todo el fondo de armario para meter oxígeno en el medio juego.
El balance del penúltimo acto es, con todo, satisfactorio, no tanto por un empate que impide a los blanquiazules alcanzar los 55 puntos del curso de Baraja, como porque fue capaz el grupo de Ramis de negarle ocasiones de oro a Espanyol y no caerse siquiera en el último tramo, con el equipo local refrescado y arrumbado a un triunfo que le aseguraba el título.
El Tenerife capeó el arranque que podía esperar, pero en cuanto le negó la pelota al Espanyol se encontró con el 0-1, una mezcla de la consecuencia del talento de Shashoua al arrancarse en la línea de tres cuartos con una conducción que dejó detrás a David López y un balón al área que salió rebotado hasta el flanco de Pomares. El lateral emuló a Álex Muñoz para atreverse con un tiro lejano. Le pegó casi de puntera, no muy fuerte, pero sí abriéndole un ángulo al disparo que se convirtió en imposible para Diego López.
Un gol amaneciendo el partido podría haber cambiado el guion de este partido, nunca el de este, que dejaba los ataques madurados para el Espanyol y las contras y el juego directo para un Tenerife que solo se permitió, una vez, un fallo de marca en un remate de Melendo (m.25) tras servirle desde el lado izquierdo un Pedro más veloz que cualquier par con el que confrontara.
Antes (m.10) y después (m.27), trataron los locales de rentabilizar sendos tiros libres de Embarba (fáciles para Serantes), mientras acumulaban gente por delante del balón, los interiores siempre con querencia a asociarse por dentro, los laterales profundos para colgar y colgar. Contra esa estrategia, el Tenerife fue siempre fiable y no anduvo en problemas más que con algunos errores de Javi Alonso. Le quedó grande el encuentro al mediocampista adejero —siempre entregado, impreciso en el toque—y le sobró media hora final en la que parecía hiperventilado.
Tanto esfuerzo blanquiazul para ensuciar la obra del Espanyol, empeñado en no renunciar a ninguna carrera que obligara al rival a un pase extra, acabaría pasando factura tras el entretiempo, cuando Ramis movió ficha a destiempo ante un Espanyol ya refrescado con Puado y Melamed, primero, y Raúl de Tomás. El casi pichichi de la Liga se fabricó en dos minutos un golazo desde veinte metros, un tiro con el empeine imposible para Serantes, por más que se lanzara el portero a la escuadra a mano cambiada, dando la impresión de poder hacer más.
El empate no descompuso al Tenerife, solo que no repostó hasta casi diez minutos después con relevos que ni le dieron más aire arriba ni le permitieron guardarse el balón con más de cinco pases cuando lo tuvo. Hizo mucho Aitor Sanz tapando y otro poco Alonso —ya había fallado en la defensa de un córner que permitió un remate al larguero de Dimata (m.48)— y Suso. Cuando robó, el balón salió en largo buscando una contra imposible. Y mientras encimó, solo tuvo el Espanyol otro remate lejano, ahora de Embarba (m.90+3), que Serantes corrigió evitando el 2-1.
Todo el protagonismo ofensivo de los tinerfeñistas, en una segunda parte dedicada a evitar otras vías de agua que la abierta por De Tomás, fue un arranque en solitario de Moore (m.68) que no cogió puerta. Vada, tan buen pelotero con espacio entre líneas, desesperó con fallos de infantil en pases de vuelta, y Nono o Shashoua no dieron con la tecla buena cuando trataron de encontrarse. Y, después, Valera no hizo de Valera, Jorge no encontró complicidades cerca del área ni Suso espacios para sus carreras.
Un empate, al cabo, para apuntar en mejores condiciones a la despedida frente al Real Oviedo, por más que ande este Tenerife de mayo limitado en la rotación por la realidad de sus suplentes: unos fuera de forma y otros reaparecidos de la nada justo cuando el tiempo de exhibirse se agotó.
(1) RCD ESPANYOL: Diego López; Óscar Gil, Lluis López, Cabrera, Adrià Pedrosa; Dardee, David López (Bare, m.75); Embarba, Melendo (Puado, m.46), Vargas (Melamed, m.46); y Dimata (Raúl de Tomás, m.60).
(1) CD TENERIFE: Serantes; Moore, Sipcic, Sergio, Pomares; Nono (Jorge, m.71), Aitor Sanz, Javi Alonso, Vada (Suso, m.80); Shashoua (Valera, m.71) y Fran Sol (Joselu, m.89).
ÁRBITRO: Óliver de la Fuente Ramos (Comité castellano-leonés). Expulsó a Darder (m.89) por protestar. Amonestó a Pedrosa (m.42), Embarba (m.85) y al técnico ayudante Dani Pendín (m.67); y a los visitantes Nono (m.49), Pomares (m.66), Luis Miguel Ramis (m.67) y Serantes (m.89).
GOLES: 0-1, Pomares (m.5). 1-1, Raúl de Tomás (m.62).
INCIDENCIAS: Partido de la 41ª jornada de LaLiga SmartBank 20-21, jugado a puerta cerrada en el RCDE Stadium.
0