El Tenerife se repuso a una primera parte contemplativa en la que encajó un gol con una segunda en la que acabó de despertarse gracias al VAR. Un penalti correctamente señalado permitió que Elady hiciera el 1-1 –luego de que tuviera que repetirse por adelantarse el portero para detener el tiro de Gallego– y abrió la espita de la letalidad del grupo de Ramis cuando juega a campo abierto. En la más clara, Gallego se redimió aprovechando el rechace a un disparo de Álex Muñoz y fijó un 1-2 que coloca a los blanquiazules en el pelotón de los aspirantes al ascenso directo.
La sexta victoria del curso lejos del Heliodoro revela la fortaleza mental y competitiva del Tenerife. Tan capaz de achicarse en el primer acto para madurar el éxito, esperando en el alambre a que no le marquen, como letal cuando el paso atrás del rival y el campo se le abre y amanecen los espacios en el ida y vuelta. En esa propuesta que puede entenderse especulativa como medida, el Tenerife tiene más recursos que casi nadie en la Segunda. Este domingo, además, sumó a la causa a Andrés Martín, decisivo en la génesis del gol definitivo.
La primera entrega le duró a los blanquiazules lo que tardó la Deportiva en ajustarse en la presión. El equipo de Bolo mejora el toque con criterio con una entrega innegociable. Peleó todos los balones divididos –y ganó la mayoría–, se fue a las pugnas con más ardor que su rival y tiró su línea a cuarenta metros del portero para obligar al Tenerife a jugarla en largo si la sacaba Soriano y a ensuciar la conexión de los medios con Elady y Gallego. Mollejo y Bermejo, amontonado el ataque blanquiazul en un callejón, no olieron una, más allá de algún arrebato sin sentido.
Cómodo en su papel, los locales avisaron con dos ocasiones francas –un remate picado de Medina que salvó bajo el larguero Corredera (m.15) y, especialmente, un mano a mano de Baeza con Soriano que desbarató el portero a la argentina (m.22)– y tuvieron la paciencia justa para encontrar destensado al Tenerife en lo que buscaba y buscaba una segunda jugada en la frontal que le diera el éxito.
Así fue que con una combinación fabricó el 1-0. Desalambrado el grupo de Ramis –acomodado con un empate que sentía controlado–, se inventó un pase filtrado Agus Medina que salvó la línea de medios, cayó a Dani Ojeda encarado en la frontal del área, se asoció en corto con Enrich y al cruce fue flojito León. Total, que la pelota salió rebotada para caerle mansa a Yuri y sólo tuvo que colocarla lejos de donde podía tapar Soriano. Frisa el brasileño la cuarentena, pero esas no las perdona.
La Deportiva hizo tras el entreacto lo que el Tenerife antes. Tiró Bolo a los suyos a su campo, aflojó un punto la presión y comenzó a liberarse el juego de su rival, que no anduvo fino, pero comenzó a caer al área con más frecuencia. Lo justo para que Gallego atinara con el primer remate entre palos –un cabezazo manso para Lucho (m.50’)– en lo que la Ponferradina comenzaba a dudar de su plan. Tuvo un último arrebato con un rechace dentro del área que mal aprovechó Baeza y al que respondió seguro –siempre anda seguro este portero– Soriano. Hasta el 97, en lo que el Tenerife golpeaba dos veces, a los locales no le dieron ni los cambios ni su entrega más que para multiplicar los balones colgados al área.
Por el camino, al Tenerife se le apareció el VAR para despertarlo del todo. Copete cortó con la mano un pase y casi cuatro minutos después andaba Gallego listo para definir ante Lucho García. Le adivinó el colombiano el tiro, pero adelantando su reacción antes de tiempo, y se apoderó Elady de la repetición para no fallar esta vez. Hecho lo más difícil tras una hora larga de espesura, quedaba por ver la auténtica capacidad de pegada del Tenerife, que marcó como tantas veces en la temporada. Una salida jugada a la corta por Sergio, un taconazo de Míchel a la calle del seis y ahí un control de Andrés Martín para ponerla a veinte metros para la carrera caballuna del doctor Muñoz, un tiro seco de los suyos –al que el portero solo pudo oponer un rechace– y una definición de nueve bien colocado de Gallego, listo para hacer un suyo otro error de Copete en el control del balón sin dueño.
En busca del 1-2, Ramis movió mejor que Bolo sus fichas. Metió a Michel para armarse con Andrés y Elady en una segunda línea tras Gallego y por ahí fluyeron las vueltas, también la del gol definitivo. Con diez y la continuación para defender el resultado, sufrieron más los suyos en apariencia en lo que aseguraban un éxito que le obliga a colgarse el cartel de aspirante, dentro de un cuarteto en el que puede que lo de ser el tapado le rente más que las urgencias de Eibar, Valladolid y Almería. Se verá.
(1) SD PONFERRADINA: Lucho García; Paris, Copete (Saverio, m.82), Pascanu, Ríos Reina; Baeza (Cristian Rodríguez, m.65), Paul Anton (Edu Espiau, m.82), Agus Medina, Dani Ojeda; Sergi Enrich (Naranjo, m.64) y Yuri.
(2) CD TENERIFE: Soriano; Mellot, Sergio (Sipcic, m.87), José León, Pomares (Álex Muñoz, m.65); Mollejo (Michel Herrero, m.77), Aitor Sanz, Álex Corredera, Bermejo (Andrés Martín, m.65); Elady y Enric Gallego.
GOLES: 1-0, Yuri (m.42). 1-1, Elady (m.71). 1-2, Enric Gallego (m.79).
ÁRBITRO: Gorka Sagués Oscoz (Comité vasco). Amonestó a Dani Ojeda (m.18), Paul Anton (m.61), Copete (m.73), Ríos Reina (m.75) y Yuri (m.90+2).
INCIDENCIAS: Partido de la 25ª jornada de LaLiga SmartBank 21-22, jugado en el campo de El Toralín. 4.963 espectadores, con aforo reducido al 75% por la crisis sanitaria.