Un Tenerife sin tensión ni fútbol regala los puntos al Lugo
El Tenerife regresó en Lugo a su versión de equipo inane y regaló los puntos al rival y un partido infame a los suyos. El grupo de Ramis concedió lo suficiente que se estila en esta Liga para salir mal parado. Antes del minuto 15, una cadena de desajustes para permitir un remate de Herrera (1-0) y recién comenzada la segunda parte (m.54), un golpe franco de Hugo Rama que no encontró rematador y se fue envenenando hasta coger al portero clavado en la línea. Dos apariciones, dos goles y a casa.
A falta de jugadores de banda —lesionados Suso, Shashoua, Bermejo y Nono—, cabía esperar de los blanquiazules un partido en tensión, madurándose, a la espera que surgieran los espacios para jugar a la contra cuando al Lugo le entrara la prisa. Pero la obra que firmaron fue el reflejo de caer en la trampa de creerse capaces de elaborar —mientras descuidaban la marca, como en el 1-0— y de no oponer la misma tensión que el equipo de Nafti, siempre con el punto justo de atención en las pugnas o la segunda jugada.
Jugó el Tenerife con ese punto de indolencia del otoño, frío como el ambiente e incapaz de pasar sin mácula la fase de tanteo. Y es verdad que notando la ausencia de jugadores naturales para jugar por los flancos, porque Pomares no tiene argumentos para actuar por delante de un lateral y Vada —que cumplió en el mismo puesto ante el Villarreal— hoy fue el Vada de la peor versión: nulo en el pase o lanzando un córner y sin una mala falta para colgar al área.
Sin extremos, tampoco hubo conexión con los atacantes. Apeh no ganó un solo duelo a Marcelo Djalo y por la zona de Sol, sencillamente, el balón no apareció en la primera parte. Sin jugadores para conectar con su delantero centro, el juego de Aitor Sanz o Zarfino se limitó a los pases de seguridad o a tratar de construir a partir de una segunda jugada que tampoco cayó de su lado. El capitán, además, lo pagó con una tarjeta innecesaria, picado con éxito por Manu Barreiro.
Las ausencias explicarían en otra ocasión el rendimiento, no hoy, cuando los presentes no tuvieron cuando menos la atención necesaria para que el partido no se descosiera a la primera oportunidad. Sin la motivación suficiente, al Tenerife le asomó su peor cara, como a cualquier equipo donde abunda poco la calidad técnica y debe nivelarse con la entrega.
Ni el gol de Herrera, ni el de Rama —donde reclamaron un fuera de juego de la línea de rematadores del Lugo que rompía Zarfino— sirvieron para activar a los de Ramis. El entrenador se decidió por los cambios tras un 2-0 que no esperaba y cuando poco podía arreglarse un partido, por lo demás, insoportable y jugado siempre a lo que quisieron los locales.
Visto lo que le quedaba al técnico como revulsivos, hizo lo previsible: primero probó a cambiar de exteriores —Jorge Padilla por Pomares y Javi Alonso por Vada para tirar a Zarfino al costado derecho—, una maniobra que solo dio para un arranque de ingenio del canterano para tratar de sorprender a Cantero, tan tarde como en el minuto 74. Y en la siguiente ventana, quitó a Aitor Sanz para darle descanso y reactivación a Folch y, como para que no se dijera, metió a Joselu por Apeh, igual de insustanciales el uno como el otro. De postre, Kakabadze por Moore: sin palabras.
Enfrente, el Lugo debió pellizcarse para entrar en calor y acabar de creerse la respuesta que encontraba. Le bastó no perder la concentración y tirar de la estrategia cargando el área chica en los córners o acumulando efectivos en las faltas laterales, como la del tanto de Rama, cuando buscaba un remate y se encontró con la impericia de Dani Hernández para atacar el balón antes de que se revolucionara con el bote.
Pero al ritmo que jugó el Tenerife, sin cambios habría pasado lo mismo. Fran Sol contactó con el balón por primera vez en el 63. La siguiente fue en el 78, cuando le puso de cabeza una prolongación espléndida a Joselu, que agarró el de Cartaya de aquella manera para enviarla por encima del larguero. Y todo así. Antes un tiro de Álex Muñoz (m.48) para abrir la cuenta de remates, otro intento desde fuera del área de Aitor Sanz (m.64) y los citados de Jorge y Joselu. Un balance indigno de un equipo que aspire a más que una permanencia sufrida.
(2) CD LUGO: Cantero; Campadabal, Venancio, Djalo (Carlos Pita, m.76), Canella; Hugo Rama (El Hacen, m.68), Juanpe, Seoane, Chris Ramos (Iriome, m.89); Cristian Herrera (Rodríguez, m.76) y Manu Barreiro (Carrillo, m.68).
(0) CD TENERIFE: Dani Hernández; Moore (Kakabadze, m.81), Sipcic, Bruno Wilson, Álex Muñoz; Vada (Javi Alonso, m.59), Aitor Sanz (Folch, m.73), Zarfino, Pomares (Jorge Padilla, m.59); Apeh (Joselu, m.73) y Sol.
ÁRBITRO: Gorka Saguez Oscoz (Comité vasco). Amonestó a Barreiro (m.35) y El Hacen (m.93) y a los visitantes Sipcic (m.15) y Aitor Sanz (m.36).
GOLES: 1-0, Cristian Herrera (m.12). 2-0, Hugo Rama (m.54).
INCIDENCIAS: Partido de la 22ª jornada de LaLiga SmartBank 20-21, jugado a puerta cerrada en el estadio Anxo Carro.
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