Tres puntos a la heroica y dos adioses con honores

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —
21 de mayo de 2023 01:47 h

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El Tenerife se empeñó con éxito hasta el último minuto en ofrecer a Carlos Ruiz y Luis Miguel Ramis la despedida con honores que merecían en su despedida del Heliodoro Rodríguez. Ganaron los locales por la vía de la épica a un Burgos notable hasta que se aculó sin remedio. Le salvó Caro en el último sexto con dos paradas prodigiosas, pero Waldo puso el estoque con un remate al límite en una jugada liosa en el área castellana. De paso, el Tenerife remontó un partido como anfitrión tras cuatro años intentándolo y cerró el curso casero como deseaba.

Por una vez cuadró la emotividad con los puntos y deja abierta el Tenerife la posibilidad de hasta ser séptimo a una jornada de echar la persiana al curso. Tendrá que ganar en Zaragoza y esperar por lo que hagan otros cinco rivales, pero le queda así un capítulo de cierre con una motivación adicional a la festiva de este sábado, en el que un futbolista ejemplar y un entrenador de los que dejarán huella decían adiós al Estadio.

Lo hizo el capitán –diez temporadas en la Isla y 286 partidos sin tacha en el compromiso– como titular y respondió como sabe pese a la falta de rodaje. Atento en todos los cruces, sin negociar prisioneros cuando tuvo que cortar con una falta de tarjeta la única vez que le superaron, si acaso le faltó acertar en la suerte del gol, más que lo buscaron una y otra vez los suyos con el balón parado. O en alguna segunda jugada, que andaba hoy el bastetano –“un blanquiazul y un birria más”, como ha recordado esta semana– desaforado por una última comunión con una grada que se le rindió desde que Quique Medina intuyó, en el verano de 2013, que Carlos y el Tenerife podían maridar. No se equivocó el entonces director deportivo, hoy apartado incomprensiblemente de una función que maneja desde la discreción como los más sabios.

Ruiz Aránega no acabó por acertar, pero se llevó una ovación tras otra de su parroquia: en la presentación inicial, en el minuto 14, cuando fue relevado por Sergio en el 75 y, finalmente, cuando le reconocieron sus compañeros con una camiseta firmada y el Heliodoro en la vuelta de honor por el césped. Se tocaba una y otra vez el escudo de una camiseta que prestigió casi trescientas veces en el once y las que no desde el banquillo, desagallado siempre por ayudar, animar, reconvenir. Una hermosa trayectoria la suya para dar lustre a la obra que comenzaron en 1922 Emilio Baudet y diez más.

Ganó el Tenerife a empujones un partido que se le complicó después de una obertura de veinte minutos con la frescura y el dinamismo que le han permitido que las diez de últimas jornadas no fueran un tedio decepcionante, una vez que convino que una segunda promoción se le hacía imposible.

Salió Ramis con los mismos que en Andorra de Aitor Sanz hacia arriba, recuperó a Nacho tras su sanción, devolvió a Mellot a su sitio –abocado a un traspaso el francés para hacer caja con un futbolista surgido del anonimato al que se le queda chica la Segunda– y dispuso a Carlos Ruiz como titular treinta semanas después. Una sola concesión obligada para un partido exigente ante este Burgos que ha sacado petróleo de su sistema y de un portero de manos soberbias: hoy una antes del entreacto a un remate a quemarropa de Gallego (m.13), dos más luego ante Mo Dauda (m.78 y m.90).

Amarrado al 5-2-3 sin delanteros que tanto le ha dado, el grupo de Julián Calero fue avisando –un cabezazo de Elguezabal que salvó Soriano con el pie (m.25)­­­­­– en lo que el Tenerife se gustaba, aunque fue caerse el ritmo local y que se aflojara en una sola jugada que apareció el gol de Gaspar. Definió el extremo gijonés, ganando la espalda a Mellot, una triangulación de Matos con Curro que este revolucionó con una asistencia al espacio en lo que se quedaba entre líneas y sin marca.

El 0-1 apagó al Tenerife hasta el descanso y, tras la pausa, en tanto Mo Dauda tomaba la escena del área y se citaba tres veces con Caro. Ratonero como segundo delantero, primero le probó –tras una asistencia impecable de Elady y un control acrobático– con un tiro que cogió puerta y salvó el meta achicándole el ángulo (m.78). Luego, tras un saque de esquina de Nacho, fue más listo que nadie para cazar una pelota sin dueño en el área chica y poner el 1-1. Y con el partido muriendo (m.90+3), le remató seco como la primera vez, pero Caro salvó con otra mano de mérito que le dejó noqueado.

Dauda, como el Tenerife, ya había entrado en una combustión tal que la acometida definitiva también pasó por él. Prolongó de cabeza para generar un remate en la olla de Sergio que llegó rebotado para que lo cazara Waldo en la segunda jugada sin que Caro pudiera corregir. El 2-1 hizo justicia con la insistencia local y permitió a los blanquiazules celebrar el tanto con Carlos Ruiz tal que hubiera sido suyo el tiro, aunque ya estaba sustituido. No siéndolo, pudo apuntárselo el central de Baza, que como tantas veces en estos diez años generó esa estimulación emocional que se echará de menos, en lo que le nace al Tenerife otro tipo con esta pasta de one club man. Larga vida.

(2) CD TENERIFE: Soriano; Mellot, Carlos Ruiz (Sergio, m.75), Kike Salas, Nacho; Teto (Elady, m.62), Aitor Sanz (Larrea, m.85), Alex Corredera, Waldo; Borja Garcés (Mo Dauda, m.62) y Enric Gallego.

(1) BURGOS CF: Caro; Aitor Córdoba, David Goldar, Grego; Areso, Atienza (Mourad, m.88), Elgezabal, José Matos; Curro Sánchez (Artola, m.88), Bermejo (Mumo, m.70), Gaspar (Juan Hernández, m.76).

GOL: 0-1, m.40: Gaspar. 1-1, m.80: Mo Dauda. 2-1, m.90+4: Waldo.

ÁRBITRO: Aitor Gorostegui Fernández-Ortega (Comité Vasco). Amonestó a Alex Corredera (m.35), Teto (m.50), Aitor Sanz (m.68), Carlos Ruiz (m.68) y Nacho (m.82), y al visitante José Matos (m.90+2).

INCIDENCIAS: Partido de la cuadragésima primera jornada de LaLiga SmartBank disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante 12.126 espectadores. Antes de comenzar el partido, se realizó un homenaje a los jugadores del Tenerife que consiguieron el ascenso a Segunda División en 1983. A la conclusión, a Carlos Ruiz y Luis Miguel Ramis por su último partido ante la afición local.