JEREZ DE LA FRONTERA, 3 (EUROPA PRESS)
El FC Barcelona amplió su renta respecto de líder tras imponerse al Xerez por 0-2, gracias a un testarazo de Henry y una vaselina letal de Ibrahimovic, en un partido de la jornada 15, adelantado por el periplo culé al Mundialito de clubes, y donde los blaugrana continuaron con su excelente bagaje de partidos ganados tras doblegar a Inter de Milán y Real Madrid.
El equipo de Pep Guardiola llegaba con resaca a Jerez, pero con una sonrisa gigante, síntoma de su pletórica semana ante dos rivales de postín. Este miércoles cambiaba por completo el decorado al medirse a un rival inferior, de esos ante los que se suelen ganar las Ligas.
Guardiola dejó en el banco a Iniesta, Messi e Ibrahimovic, recurso por el que apostó en la segunda mitad, cuando los 'azulinos' aumentaron el nivel de su juego y los centros por banda. Ahí estuvo Dani Alves, el mejor escudo para estas situaciones, y también un desafortunado Orellana, el jugador xerecista que más veces pudo asomar a los suyos al empate.
Pero para provocar la reacción local, algo desesperada en los instantes finales, el Barça se había adelantado gracias al primer tanto del partido, obra del francés Thierry Henry. El ariete galo materializó con la testa un centro medido desde el costado izquierdo, que nació en las botas de Maxwell.
No obstante, el gol no hizo otra cosa que adormilar a los pupilos de Guardiola, algo hundidos en el campo y dando la iniciativa a los de Ziganda, que sólo han logrado cuatro goles en lo que va de campeonato doméstico. Parecía el mundo al revés, y lo era, pero lo fue sólo cuestión de minutos, lo mismo que necesitó el Barça para encauzar el envite a su vera.
Tras la marea de la delantera andaluza, con gran corazón y gran inocencia, el Barcelona necesitó sólo tres minutos para que Messi estrellara el balón al palo y que, poco después, asistiese a Ibrahimovic para lograr el 0-2 definitivo. El sueco, con un toque sublime, batió por el aire a Renan. Demasiado bonito para ser el final. El Barça es más líder y el Xerez sólo sabe resignarse.