Miguel Heras ha ganado la II edición de Transvulcania 2010 rebajando en 50 minutos el tiempo marcado en la primera edición a pesar de que, según sus palabras, sufrió problemas antes de cubrir la mitad del trayecto. Unos problemas que estuvieron a punto de hacerle abandonar.
“No me he encontrado muy bien en la primera parte, he sufrido muchísimo” declaraba nada más cruzar la línea de meta. “Este tipo de carreras, en las que la primera parte son todo subidas y toda la segunda siempre es bajada, siempre hay que dejar algo para el final porque si no, sufres”.
En su segunda edición, Transvulcania volvía a despertar los elogios de los participantes. El propio Miguel Heras, hermano del ciclista Roberto Heras, se manifestaba acerca de la dureza de la prueba y la organización asegurando que “no tengo nada que objetar sobre la organización, nada malo, el trazado es precioso y todo me ha encantando así que menos de diez no puedo darle”.
En cuanto a la dureza del trayecto, el ganador apuntaba al primer tramo en el que “no he corrido nada a gusto, me ha castigado mucho las piernas. La segunda es un poco mejor pero ya tenía tocadas las piernas”. Una mente fuerte es la clave para este tipo de pruebas, aseguraba a su llegada y manifestó su intención de repetir el próximo año “si no pasa nada porque hay muchos factores, la salud, el trabajo, porque yo no vivo de esto”.
Miguel Heras, que sumaba los dos puntos valederos para tener acceso a la mítica Mont Blanc, correrá la carrera gala previa competición en la Ultra Trail Navarra, una de las más duras con más de 100 kilómetros de recorrido y desniveles que duplican la Transvulcania.
Francisco José Rodríguez, segundo
La segunda posición fue para el palmero Francisco José Rodríguez, que manifestó su agradecimiento “a la organización”. En tercer lugar entraba en la meta el catalán Jordi Martín que explicaba su estrategia siguiendo a Salvador Calvo que defendía título y de quien afirmó “es muy grande”.
Precisamente el leonés, Salvador Calvo, ganador de la primera edición el pasado año, sufría problemas físicos con vómitos y una caída producto del cansancio acumulado tras correr una dura prueba en Australia de la que “no he descansado mucho” afirmaba en la línea de salida antes de iniciar la prueba.
El italiano Marco Olmo, en quien estaban puestas muchas miradas por su condición de tricampeón del mundo a sus 64 años, no pudo igualar el tercer puesto cosechado el pasado año y llegó más allá del décimo puesto entre los aplausos del público que, ya en la primera edición, se volcó con el veterano corredor.