La española Mireia Belmonte, campeona en la final de los 200 mariposa en los Juegos Olímpicos de Río 2016, afirmó este miércoles que “toda la vida” había soñado con el oro, por lo que el día de hoy es para ella “especial” y “difícil de olvidar”.
“Ha sido un día bonito y difícil de olvidar”, dijo en la rueda de prensa posterior a la ceremonia de entrega de medallas. Fue la que la catalana, de 25 años, disfrutó como primera clasificada tras dos medallas de plata en Londres 2012 y el bronce en los 400 estilos con el que inició su andadura en la ciudad carioca.
La nadadora de Badalona aseguró que su éxito en Río de Janeiro es el premio a “muchos días de trabajo” y a su empeño en seguir adelante pese a haber pensado en más de una ocasión “que no valía la pena”. “Pero siempre tienes ese objetivo final por el que luchas y trabajas cada día”, comentó.
Mireia Belmonte, que en la final se impuso en un ajustado mano a mano a la australiana Madeline Groves, recordó que el año pasado llegó a pensar que no se recuperaría de la lesión que sufrió en los hombros y que tendría “muy difícil llegar a estas Olimpiadas”.
“Gracias a dios he llegado bien, de la mejor manera posible. Si ha sido así no es solo por mí, sino también por Fred (Vergnoux), que me ha sabido motivar y aguantar”, abundó.
Preguntada por sus sensaciones antes de la final, Mireia Belmonte explicó que las emociones “son difíciles de controlar”. “Cuando tienes una final olímpica cuesta no ponerse nerviosa y no soñar con lo que puede pasar. Cuesta controlar los nervios y la emoción. Ha sido un día bonito y difícil de olvidar”, expuso.
Sin apenas tiempo para descansar, ya que después de su comparecencia ante los medios tendrá que pasar el control antidopaje y hacer trabajo de fisioterapia para descargar sus músculos, afrontará mañana la prueba de 800 libre.
“Será un día complicado. Hoy va a ser un día largo con todo lo que conlleva la ceremonia y el antidoping”, valoró antes de advertir que, dadas sus rivales en la serie, deberá firmar el mejor registro para hacerse un hueco en la final.
Con cuatro medallas en Juegos Olímpicos, Mireia Belmonte se situó a solo una de igualar el registro del palista gallego David Cal quien, con cinco, es el español con mejor historial en el evento. “Yo voy día a día y si viene, encantada”, sentenció Belmonte.
El técnico de Mireia Belmonte, el francés Fred Vergnoux, ha recordado tras el triunfo de su pupila, que “hace cuatro años”, después de su subcampeonato en los Juegos de Londres 2012, le dijo que iba a ganar. “Lo ha hecho esta noche en Río de Janeiro”, ha celebrado emocionado el entrenador galo.
“Para el resto de su vida se va a despertar diciendo: soy campeona olímpica. Esto nadie se lo va a quitar. Ha hecho lo máximo que hay en el deporte. Estoy sin palabras”, ha agregado. Vergnoux, que ha explicado que el plan era “apretar en el último cien”, ha afirmado que esta victoria “ha sido la última pieza del cuadrado de Rubik”.
“Lo ha hecho como lo hemos preparado en el papel. En el último cincuenta he visto la luz. He dicho: esto es para ella. Me he asustado un poco en el último diez porque sabemos que la japonesa (Natsumi Hoshi) aprieta al final”, ha valorado.
Vergnoux ha considerado que la decisión de no competir el pasado año en los Mundiales de Kazan (Rusia) fue buena ya que les permitió “invertir tiempo de descanso, de trabajo con el fisioterapeuta y hacer un ‘reset’ total física y mentalmente para poder apretar todo el año. Ha sido un año increíble de trabajo”, dijo.
El francés ha deseado que el “ejemplo de Mireia” sirva para evidenciar que “es posible ser español y ganar los Juegos Olímpicos”. “Esto tiene que animar a mucha más gente. Ella no es la más talentosa, de hecho, es la más pequeña de la final, pero lo ha conseguido a base de trabajo, con las ganas y la pasión que tiene para esto”, abundó.