La regatista grancanaria Tara Pacheco reconoce que, aunque aún queda mucho tiempo para Tokio 2020, quiere competir por tercera vez en unos Juegos Olímpicos, esta vez formando tándem con el cántabro Fernando Echávarri, con quien acaba de conquistar el Trofeo Princesa Sofía en la clase Nacra 17.
La suspensión del último día de regatas en la competición de Mallorca no empañó el papel realizado por Pacheco y Echávarri, que a partir de junio tienen previsto comenzar a entrenar con el denominado barco volador, mucho más rápido que su actual catamarán.
“El último día del Trofeo Princesa Sofía había vientos de 35 nudos y era imposible navegar, porque es muy peligroso y las embarcaciones sufren roturas, como pasó en la clase 49erFX (reservada a féminas), en la que se partieron siete palos. Pese a ello, quedamos muy satisfechos con el triunfo, que yo dediqué a mi abuela materna, fallecida días antes”, asegura.
“Tokio 2020 queda aún muy lejos, pero nuestras miras son esas. Nuestro objetivo es ver cómo nos desenvolveremos en el barco volador, que se prevé que nos lo entregarán en junio. Con esa embarcación empezaremos a entrenar para estar lo mejor preparados de cara a los Juegos, aunque lo mejor será ir paso a paso”, indica.
Pacheco, que a sus 28 años reside y entrena habitualmente en Santander y lleva ya una década fuera de la isla dedicada a la vela, comenta que ya han tenido un primer contacto en Galicia con el barco volador, que es similar a las embarcaciones de la Copa América.
“El diseño del barco volador es básicamente igual que nuestra actual embarcación, aunque la navegación será mucho más rápida. Ese barco me requerirá más esfuerzo como tripulante, y quizás el trimado y la puesta a punto del mismo será diferente. Incluso, el peso de la tripulación al completo puede que sea mayor y deberé ganar tres o cuatro kilos”, apunta.
“Fernando y yo nos compenetramos bastante bien. Él lleva el timón y yo estoy dedicada al trimado de las velas, y ahora estamos preparando nuestra próxima competición, el día 25 de este mes de abril en Hyeres, en la Costa Azul francesa, en una regata clasificatoria para la final de la Copa del Mundo que se celebrará en Santander”, revela.
Pacheco viene padeciendo desde hace algún tiempo una epicondonitis (inflamación) en el codo del brazo izquierdo, aunque ha podido seguir entrenando y compitiendo gracias a realizar un intenso trabajo de recuperación con un fisioterapeuta de la Real Federación Española de Vela.
Al contrario de lo que pudiera pensarse, por estar ambos regatistas en la elite mundial, Echávarri y Pacheco no están becados, por lo que Tara busca junto al Ayuntamiento de Mogán -localidad donde reside su familia- un patrocinador que la ayude a costear los gastos anuales de material.
Tara Pacheco, que se siente “muy orgullosa” de pertenecer al Club Regatas Suroeste de Mogán fundado por Pillo Laforet, intensifica su preparación de cara a Hyeres con dos sesiones de gimnasio diarias durante seis días a la semana y horas de navegación junto a Echávarri, con quien espera repetir en Francia el éxito cosechado en Mallorca.