Objetivo: play off

Permanencia. Posiblemente la palabra más repetida en el discurso amarillo desde el inicio de temporada y la que más división ha creado en la hinchada amarilla. Los más optimistas -los inconformistas- nunca se apearon de la intuición del alto potencial de la plantilla, manteniendo en el alegato el hecho de que el club cuenta con varios efectivos pretendidos por equipos de Primera y otros tantos que bien podrían mirar de frente a algunos colegas de la máxima categoría del fútbol español.

Los más pesimistas -los conformistas- daban por bueno y celebraban el hecho de que un equipo de bajo presupuesto y con una plantilla basada en la cantera se mantuviese lejos de la zona peligrosa de la tabla. Sin espacio a la exigencia, pese a las características del equipo, y resignados a aplazar un año más la lucha por la vuelta de un club histórico a la categoría a la que pertenece.

Ha triunfado el optimismo. Es posible aspirar a algo más que a permanecer otro año en Segunda. En Girona, Murcia, Vigo y Almería dan fe. En sus cuatro últimos encuentros, los amarillos han experimentado un cambio radical en su fútbol para dar la razón a los inconformistas y demostrar, por fin, el alto fútbol que emanan las botas de los jugadores de la entidad de Pio XII.

Con la máxima de tratar al balón como se merece, grabado en los estatutos insulares a lo largo de la historia, y la de poner la meta rival como principal objetivo desde que el cuero comienza a rodar, la Unión Deportiva ha dejado de ignorar las primeras partes de las contiendas y el tener más en cuenta el juego del oponente que el propio. Marcando el modus belli en cada encuentro, se han alzado para mirar por encima del hombro a equipos de la más alta talla en la categoría, golpeando enérgicamente la puerta que da acceso a la clase alta, a los colosos de la guerra del ascenso.

Ante el Almería, y a pesar del resultado, los amarillos demostraron que, aunque el rival venga a no dejar jugar, se puede imponer el fútbol grancanario. Logrando hacer del guardameta el principal protagonista desde el pitido inicial, invalidaron el intento destructivo de los almerienses e impusieron su filosofía inapelablemente. Sólo el despiste y la mala fortuna evitaron que la justicia otorgase la totalidad de los puntos al más meritorio.

Lanzados y en racha a por los puestos con premio, los insulares han conseguido que el graderío del Gran Canaria muestre ahora un ambiente excepcional. Los teleespectadores han dejado de aburrirse con un equipo mediocre que ha desterrado las expulsiones para sufrir un número muy aceptable de amarillas y que ha dejado de hacer aguas por las bandas para ofrecer una defensa férrea y oficiosa y un motor ofensivo versátil en el que cada atacante juega un papel imprescindible sin depender de Jonathan Viera. En definitiva, se han erigido en merecedores de colarse entre los contendientes en la lucha por el ascenso en los play off.