Sin historia. O la misma de casi siempre. La UD aguó su particular fiesta de la permanencia pero no pasa nada: ya lo advertía David García, lesionado y vestido de calle (yuyu), con los resultados en la mano antes de la soporífera tarde en Siete Palmas, como fiel reflejo del pensamiento oficial: “Si ganamos tendremos la permanencia asegurada y si perdemos no pasa nada, seguiremos con la misma ventaja y una jornada menos”. Así seguimos. Y no es plan mental, oiga.
Las Palmas podría, de vez en cuando, darse un alegrón de los grandes al cuerpo. En el campo. Por ejemplo: cerrar una semana en la que las grietas del vestuario han quedado al despelote -de las críticas de Aday a lo que se cuece ahí dentro a la poca delicadeza del presidente con Aythami, aunque sepa todo Arguineguín las condiciones de su renovación- y sacar pecho como gusta a más de uno: objetivo cumplido y nos sobra hasta la campaña electoral, ¿viste?
Pero nones. Este equipillo del alma se las trae consigo mismo. Se lo ponen a güevo Alavés -¡qué cruz!- y Castilla y no sabe aprovechar el momento álgido de la soporífera tarde de este sábado de mayo. Que más de uno dejó atrás en la playa mujer, niños y hasta suegra mosqueados porque La Nuestra -solidaridad, compañeros- no daba el partido en directo. Y con la calufa autopista pa'rriba más de dos se merecen algo más que este triste “pues no pasa nada”. Algo pasa y que no se preocupe nadie: no está en juego la permanencia. Lo que está en juego es demostrar, en el campo, que este equipo tiene fuelle. Fuera del campo es otra historia.
Porque la fiesta de la permanencia no tuvo historia. Bueno, sí, vale: cuatro ocasiones claras de Las Palmas para romper el marcador en la primera parte. Viyuela no está para definir por la zurda; a Darino, de lateral, si le llega a entrar ese superchut a los 20 minutos, la grada le amplía el contrato; Ione delante del portero, de Marcos Márquez, pues tampoco es para rasgarse las vestiduras; y Nauzet Alemán, aunque la toca y cómo, no es Nauzet Alemán.
Fueron los cuatro huys de una primera parte en la que el Albacete controló y anuló con Zahínos y David Sánchez a Nacho Garro y Cobas pero que sólo hizo daño con un cabezazo de Calle con manopla genial de Nacho González a la base del poste. Un partido de esos en los que, aunque sí estaba de titular, se echaba de menos a Roberto Trashorras.
Y tras el descanso tampoco apareció ni el gallego ni el empuje de otros envites amarillos. Sólo se contabilizó un pase en profundidad, demasiado escorado, que Marcos Márquez envió al exterior de la red poco antes de que la medular amarilla hiciera aguas de verdad, se colara Calle por el carril de Castillo y acabara el delantero botado en el área. Penalti y gol. Tres puntos que vuelan del Gran Canaria.
No olía aquello a remontada como hace quince días ante el Hércules. Tocaba perder otra vez en casa y ya van tres partidos -milagro herculino incluído- en que el fortín como local no se traduce en la seguridad necesaria. Que nadie se asuste ni grite más de la cuenta: la permanencia se encarriló noqueando hace una semana al Alavés. Y caerá más temprano que tarde. Para diseñar otros planes mentales, oiga.
Ficha técnica
UD Las Palmas (0)
Albacete Balompié (1)UD Las Palmas
Albacete Balompié
Gol0-1Calle
Árbitro
Incidencias