El joven argentino Juan Martín del Potro, sexto cabeza de serie, apartó a Rafa Nadal de la opción de conquistar su decimocuarto torneo Masters Series -ahora Masters 1.000-, e igualar así a Federer en lo más alto, después de doblegarle en Cayo Vizcaíno en tres sets por 6-4, 3-6 y 7-6 (3), en un partido mayúsculo que se prolongó durante tres horas.
Del Potro apenas cuenta con 20 años -cumplirá 21 en septiembre-, pero desarrolla ya un tenis muy completo y afina una derecha que puede convertirse en decisiva dentro del circuito. El de Tandil ha ido madurando en Cayo Vizcaíno hasta someter al número uno mundial, al que nunca antes le había ganado un set en cuatro enfrentamientos.
El argentino se apuntó una de las mejores victorias de su corta carrera porque por momentos Nadal volvió a ser mágico para salvar hasta tres pelotas de partido en el tercet set y enviarlo al juego de desempate.
El balear recordaba entonces a ese jugador irreductible que ya le arrebató cinco puntos de partido a Nalbandian en Indian Wells. En el tiempo extra, incluso, la cinta le proporcionó una oportunidad al español, que se situó con un 3-2 favorable, pero Del Potro no cesó en su empeño, siguió golpeando con su derecha, ya a pecho descubierto, y terminó enviando a la lona a Nadal.
Un triunfo sobresaliente, de los que marcan tendencia e incluyen a Del Potro entre los futuribles ganadores de un Grand Slam. El mérito es además doble porque supo regresar a un partido de vaivenes, de cambios de estado de ánimo y que arregló cuando ya portaba la bandera blanca de rendición en el tercer set.
Perdía 3-0 porque Nadal había variado el rumbo de un partido que le fue esquivo hasta el cuarto juego del segundo set. Un revés a dos manos paralelo y uno de los saltos que reserva sólo ya para momentos especiales, y que tanto exhibió otrora, le devolvió la grandeza.
El balear equilibró el encuentro y sumó dos breaks consecutivos para dirigir el partido hacia la lógica. Entonces Del Potro regresó al partido y lo hizo a 'derechazos', siendo agresivo y profundo, y obligando a Nadal a defenderse muy lejos de la línea de fondo.
Fue entonces la victoria de la paciencia, del temple. Del Potro sumó cuatro juegos consecutivos y Nadal sólo pudo hacerle en ese periodo cuatro puntos. El argentino arrinconó al español con 6-5 a su favor. Dispuso de hasta tres puntos de partido, pero dos aces y un fallo de Del Potro prorrogaron el encuentro.
Una nueva lección de genio del número uno que esta vez no achicó a Del Potro. El argentino, ya maduro, continuó su labor de desgaste con la derecha para someter por fin a uno de los grandes y sellar su pase a semifinales en Cayo Vizcaíno, donde le espera el vencedor del duelo entre Andy Murray y Fernando Verdasco.