Julián Santos, presidente del San Isidro, “firmaría ahora mismo sufrir igual” ante el Monzón de Huesca que ante el Caravaca, rival de la primera eliminatoria, “y ascender” a la Segunda División B.
El mandatario del conjunto tinerfeño manifestó que tras la goleada (5-1) sobre el Caravaca le pidió a los jugadores en el vestuario “que no nos hagan sufrir tanto”, aunque admitió que si al final el equipo pasa la criba definitiva “dará igual cómo sea”.
En todo caso, si pudiera elegir Julián Santos apostaría por sacar un resultado más asequible en el partido de ida ante el Monzón, que se celebrará el domingo en Huesca, para luego tratar de sentenciar en el campo de La Palmera.
Para esa cita los directivos del San Isidro sondean la posibilidad de declararla día del aficionado para generar un lleno histórico en el recinto de Granadilla.
Julián Santos confesó que a partir de la remontada postrera ante el Caravaca cree que “los milagros existen”, ya que de hecho al ver una pancarta que pronosticaba el 5-1 “me reí, pero al final sucedió”.
Con vistas a la próxima eliminatoria, el presidente del San Isidro destacó que el equipo está “con la moral muy alta” pero advirtió de que “habrá que ir con cuidado”, y nada mejor que fijarse en el ejemplo del Caravaca.
“Quién les iba a decir que con el 3-0 de la ida o con el 2-1 no iban a pasar”, analizó Julián Santos, quien reconoció que en el descanso “empecé a pensar en la planificación de la temporada que viene en Tercera”.
Por último, indicó sobre las quejas del Caravaca por la actuación del colegiado Manuel Aboy Rivas que en directo “estaba muy nervioso y no me di cuenta de muchas cosas” pero que luego vio el partido por la televisión “y en efecto ellos perdieron mucho tiempo”.
“Si piensan que nos beneficiaron, nosotros también lo podemos pensar del partido de ida”, argumentó el presidente del conjunto tinerfeño.