La Liga Guerreras Iberdrola contará la próxima temporada con dos conjuntos canarios, Rocasa Gran Canaria y Balonmano Salud Tenerife, creados en los barrios Las Remudas y La Salud, respectivamente, desde donde han alcanzado altas cotas.
El Rocasa fue fundado en 1978 por su actual presidente, Antonio Moreno, vecino del barrio capitalino de Schamann, que fue destinado como docente al Colegio Público de Las Remudas.
“Empezamos con el atletismo, y Paco Álvarez, profesor y por entonces secretario de la Federación de Balonmano de Gran Canaria, me animó a que introdujese este deporte, y comenzamos con equipos cadetes e infantiles masculinos y femeninos”, ha señalado.
En la temporada 1987-88, el Balonmano Remudas ascendió a la máxima categoría, en la que se ha mantenido hasta ahora y donde es el equipo más veterano.
“Nunca me imaginé que el Rocasa llegaría tan alto (esta temporada ganó la Copa EHF Challenge europea y su primera Liga), porque al principio solo nos preocupaba que los jóvenes hiciesen deporte. El secreto para llegar tan arriba es echar muchas horas de trabajo”, ha asegurado.
El Rocasa contó en la temporada recién concluida con 500.000 euros de presupuesto, y confía en alcanzar los 600.000 el próximo curso.
“Tenemos algo más de 200 abonados, y debemos darnos con un canto en el pecho, porque somos los que más aficionados tenemos después del fútbol y el baloncesto”, ha indicado.
La entidad teldense, que según su presidente ha contribuido a mejorar la imagen de Las Remudas en el exterior, tiene 18 equipos y cerca de 300 jugadores federados, y además atiende a 2.500 niños de ambos sexos de 15 colegios teldenses.
“Realizamos una importante labor social, y aparte nuestro primer equipo femenino se basa en la cantera, potenciada con algunos refuerzos foráneos”, ha comentado.
De cara a la próxima temporada, el club seguirá con Carlos Herrera y Roberto Santana en su cuerpo técnico, y fichará a tres o cuatro extranjeras.
El veterano dirigente, de 67 años, ha asegurado que barajan contar con seis refuerzos, y también ha manifestado que pese al crecimiento de su entidad, seguirá en Las Remudas.
“Jugando en la capital tendríamos más seguimiento y dinero, pero ya dejaríamos de ser el Rocasa Remudas. Apostamos por la labor social que hacemos en el barrio, con un equipo que es patrimonio de toda Gran Canaria”, ha dicho.
Por su parte, el Balonmano Salud tinerfeño, presidido por Javier Doblado, quien con 37 años es gerente de una inmobiliaria y asimismo director deportivo en su club, fue creado en 1986 para darle al barrio de La Salud una alternativa al fútbol y al baloncesto.
Su primer equipo femenino, entrenado por Octavio Pérez, juega en el Pabellón de La Salud (con capacidad para 600 espectadores, igual que la cancha del Rocasa), y registró una media de 150 aficionados en la fase regular de Liga.
El equipo santacrucero ascendió con un presupuesto de 120.000 euros, y espera subirlo hasta los 150.000 en División de Honor, donde tienen como objetivo la permanencia.
El BM Salud se sustentó con la aportación de siete extranjeras y cuatro peninsulares, además de las canteranas Sthepania Oliveira, Romina Silva y Lara Coello, más las grancanarias Ariadna González y Arabia Peña. Curiosamente, el Rocasa cuenta también con dos jugadoras de la isla vecina, casos de María González y Arinegua Pérez Risco.
El Salud quiere hacer un proyecto estable, permaneciendo varios años en División de Honor, e ir subiendo su nivel deportivo.
“La Salud es una zona obrera y muy humilde, y nosotros le ofrecemos el balonmano en nuestro pabellón y actividades extraescolares en tres centros y en el colectivo de El Rocío”, ha dicho.
El BM Salud tiene conjuntos en todas las categorías de base, y suma 137 licencias de jugadores de ambos sexos.
“Queremos contar en tres o cuatro años con entre 8 y 10 jugadoras de la cantera en el primer equipo”, ha afirmado el presidente, para quien el Rocasa es un espejo en el que mirarse.