El Tau Cerámica sufrió ante un encomiable Iurbentia Bilbao Basket, pero ha acabado imponiéndose casi por la mínima (68-66) y alcanzando su octava final de la Copa del Rey, la quinta en los último siete años.
El equipo vitoriano lo ha pasado mal al principio cuando se le fue el Iurbentia de 13 puntos; después fue capaz de remontar y verse casi ganador marchándose de 10 a tres minutos y medio para el final; y a punto estuvo de echar por la borda ese trabajo en unos segundos finales en los que el conjunto visitante se acercó a uno (67-66).
Las cosas no fueron a mayores en los últimos instantes y el Fernando Buesa Arena y Vitoria disfrutarán de la segunda final con su equipo en liza, que esperan ganar como en 2002.
Pete Mickeal (26 de valoración), inconmensurable tras su salida a la cancha al final del primer cuarto; Tiago Splitter, también clave entrando casi a la vez que su compañero; y por momentos la muñeca de Igor Rakocevic; fueron los baluartes de la victoria local.
Enfrente, el Iurbentia luchó todo lo que pudo y en algunas fases del partido casi contra todo, contra un gran equipo, contra un ambiente en contra y contra las propias limitaciones (la ausencia de Lucas Recker, el precario estado físico de Martin Rancik, las faltas de Fred Weis y al final la lesión del propio Rancik).
Llegó a dar la impresión en ocasiones que iba a poder con ello, pero al final claudicó. Aunque lo hizo como lleva toda temporada., dando la impresión de ser un equipo en el más amplio sentido de la palabra.
El partido comenzó con el Iurbentia mucho más puesto que el Tau, que parecía agarrotado y tenía numerosos problemas para anotar. Weis mandaba en las zonas y Marcelinho se imponía también en la dirección. Así, el equipo bilbaíno ponía rápido amplías distancias en el marcador, hasta trece puntos del 3-16 que reflejaba el marcador a falta de 2:40 para el final del primer cuarto.
Un arreón local en ese tiempo provocó un parcial de 7-0 que dejaba el desastre del Tau en sólo seis puntos de desventaja para el segundo cuarto.
En ese segundo parcial de diez minutos cambió radicalmente las cosas, aunque los visitantes aún se colocaron 12-20. A Weis le pitaron pronto la tercera falta personal, el Iurbentia fallaba sus tiros y el conjunto vitoriano volteaba el encuentro (24-20) gracias sobre todo a los tiros libres (15 lanzó en ese cuarto).
Acertaron mucho en ellos Mickeal y Splitter, claves en la recuperación de su equipo también con otras canastas y fortaleciendo el rebote de su equipo. Recuperó algo el pulso el Bilbao Basket tras el 28-22 y consiguió mantener vivo el choque al descanso (34-32).
Dos triples seguidos de Rakocevic al poco de regresar del vestuario anunciaban que el Tau quería la iniciativa definitivamente. Y la tuvo, aunque en ciertas oportunidades quiso discutirla el rival. Sobre todo en un final en el que fue acercándose poco a poco, aunque sin más balón para dar la vuelta al partido que el postrero casi imposible de Huertas desde su campo y apenas con un segundo y seis décimas para el final.
No entró ese tiro a la desesperada, el Buesa Area reventó de alegría, la afición bilbaína agradeció a su equipo el ejemplar comportamiento que está teniendo en una temporada ya inolvidable para ella.
Ficha técnica:
Tau Cerámica (68)
Iurbentia Bilbao (66)
Tau Cerámica (10+24+19+15): Prigioni (4), Rakocevic (16), Vidal (9), Teletovic (8) y McDonald (-) -cinco inicial-; Planinic (-), Jasaitis (-), Mickeal (15), Muoneke (3) y Splitter (13).
Iurbentia Bilbao Basket (16+16+15+19): Huertas (14), Paco Vázquez (6), Quincy Lewis (16), Rancik (4) y Weis (1) -cinco inicial-; Salgado (15), Xavi López (-), Savovic (-), Banic (8) y Pasalic (2).
Parciales: 10-16, 34-32 (descanso); 53-47 y 68-66 (final).
Árbitros: Mitjana, Arteaga y Perea. Descalificado por faltas Weis (min.35).
Incidencias: Lleno. Un total 9.500 espectadores en el Fernando Buesa Arena. Primera semifinal de la Copa del Rey 2008. A cuatro minutos del final se lesionó Martin Rancik.