La UD Las Palmas despide el año 2009 con mal sabor de boca después de ser incapaz este sábado de superar a un equipo que dejó mucho que desear, el histórico Celta de Vigo (1-1). Los amarillos cuajaron un mal partido en el que fueron incapaces de remontar el tempranero tanto de los gallegos y sólo el tercer tanto liguero de Marcos Márquez en las postrimerías permitió que los pupilos de Sergio Kresic sumaran su tercer empate consecutivo, aunque no que se aleje de la zona peligrosa de la tabla.
La primera parte amarilla fue para olvidar. El primer aviso fue para los gallegos, que poco después, cuando se cumplica el cuarto minuto de juego, se adelantaban en el marcador. Fue un balón en profundidad para Toni, que rompió el fuera de juego -lo evitaba en el lateral derecho Juanpa- y superó con un lanzamiento cruzado a Pindado.
A partir de ahí la UD intentó controlar el juego pero era incapaz de superar el esquema planteado por Eusebio Sacristán, mientras los visitantes esperaban su oportunidad para sentenciar. Guayre y Armiche no aparecían y Marcos Márquez era la principal referencia ofensiva isleña, pero el sevillano está peleado con el gol.
Un balón largo sobre él provocó la primera protesta del respetable al caer en pugna con Falcón, señalando el colegiado una falta que no pareció y mostrando una cartulina amarilla al meta que el público consideraba que debía ser roja. En el minuto 23 llegó la mejor ocasión para los pupilos de Sergio Kresic al considerar Del Cerro Grande cesión un esférico que rozó Joselu y fue a las manos de Falcón.
El lanzamiento, desde la frontal, de Miguel García lo desvió el cancerbero foráneo y Guayre remachó a gol, aunque a instancias del auxiliar el colegiado madrileño lo anuló, pudiéndose apreciar por televisión que la posición del canterano era muy justa. Los minutos pasaban y la desesperación sobre el terreno de juego y en la grada era absoluta. La UD se mostraba impotente y los minutos pasaban sin llegar con claridad hasta la meta rival, mientras que Saulo, de chilena, estuvo a punto de conseguir el segundo gol foráneo.
Bronca a Sergio Kresic
Antes de iniciarse la segunda parte una de las notas destacadas estuvo en la bronca que el respetable dedicó a Sergio Kresic cuando el técnico balcánico saltó al terreno de juego para dar instrucciones a Salomón Rondón, que poco después se incorporaría por Guayre.
Y el problema para los amarillos es que la segunda parte se inició por los mismos derroteros, una UD impotente ante un Celta que renunciaba al balón a la espera de sentenciar a la contra. Tras perdonar Del Cerro Grande la segunda tarjeta a Lago, el Celta estuvo a punto de sentenciar a los siete minutos tras un error de Armiche que intentó aprovechar Joselu, pero Pindado metió una buena pierna. El mismo delantero le regaló poco después el esférico al meta cuando tenía todo a su favor para apuntillar el resultado.
Kresic buscó nuevas variantes incorporando a David González por Armiche y, poco después, a Sergio Suárez por Cejudo, pero el equipo no mejoraba y seguía recibiendo pitos desde la grada. A los 64 minutos una buena triangulación entre David González, Rondón y Marcos Márquez dejaba al sevillano en buena posición, pero remató al palo del banderín de córner.
En el minuto 72 llegó una de las mejores opciones de gol isleñas con una falta bien ejecutada por Jorge buscando el palo, pero Falcón desvió con acierto. Dos minutos después fue David García el que surgió milagroso para evitar el segundo tanto visitante.
La UD parecía destinada a cerrar el año con derrota. Sus jugadores eran incapaces de llegar con peligro hasta los dominios gallegos y sólo lo intentaban con mansos disparos lejanos, como los protagonizados por Miguel García o Jorge. Pero cuando menos se esperaba llegó el empate.
Transcurría el minuto 89 cuando una incorporación por banda derecha de Sergio Suárez llevó al canterano a deshacerse con mucha habilidad de Roberto Lago y poner un preciso centro con la pierna izquierda para que Marcos Márquez voleara con la diestra e igualara un partido que concluiría poco después con una bronca que vino a menos gracias a ese tanto final del Matador que hace que los isleños despidan el año con mal sabor de boca ya que de nuevo vuelan dos puntos del Estadio de Gran Canaria.