Raluy y Sabroso estarán en los Juegos de Tokio

EFE

Las Palmas de Gran Canaria —

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Los colegiados canarios de balonmano Óscar Raluy y Ángel Sabroso han sido elegidos para arbitrar este verano en Tokio, en los que serán sus terceros Juegos Olímpicos, tras los de Londres (2012) y Río de Janeiro (2016), donde pitaron la final, según ha anunciado este miércoles la Liga Asobal.

Raluy y Sabroso llevan una década en la elite del arbitraje mundial y se les considera un referente internacional.

“Formar parte de tres Juegos Olímpicos era algo inimaginable cuando empecé a arbitrar, hace ya 31 años. La ilusión fue siempre ir a unos juegos. Era la meta. El sueño. Tras los de Londres, ratifiqué que no hay evento deportivo más importante y empezamos a trabajar Óscar y yo para repetir en Río e intentar llegar lo más lejos posible”, señala Ángel Sabroso, en un comunicado.

El también concejal del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria considera que participar en los Juegos de Tokio les ofrece “la oportunidad de cerrar un ciclo”, con una cita que, “a pesar de lo que se han hecho esperar, será muy especial”.

En Londres 2012, los grancanarios se estrenaron con un luego Suecia-Túnez y dirigieron cuatro encuentros -dos partidos del torneo masculino y dos del femenino-, incluidos unos cuartos de final.

A pesar de ser la pareja arbitral más joven en aquel momento, Raluy y Sabroso llegaron a ser reserva tanto en la final masculina como en la femenina.

Cuatro años más tarde, llegaron a lo más alto de su carrera deportiva, al ser designados para pitar la final masculina de los Juegos de Río, que disputaron Francia y Dinamarca.

“En Londres aprendimos que, si te dejas llevar demasiado por el ambiente olímpico, te terminas descentrando. Esa lección la aprendimos bien. En Río confirmamos que cuanto antes te adaptas al escenario y antes te centras en lo importante, que son los partidos, mejor sale el trabajo. Así que ahora en Tokio espero disfrutar cada segundo de los partidos que me toquen y también de la presión y la responsabilidad que supone arbitrar en la cita deportiva por excelencia”, subraya Sabroso.

El camino de Raluy y Sabroso en los Juegos de Tokio y también la actuación de España determinarán si pueden repetir al frente de una final olímpica, aunque Sabroso prefiere poner el foco en el día a día.

“Hace mucho que aprendí que las finales no son lo más importante. Para cada equipo, en unos Juegos, su próximo partido es una final. Estar arbitrando unas Olimpiadas es una final en sí misma, porque hay que tomarse cada encuentro justamente así”, señala.