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60 años del Granca

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No es habitual celebrar un 60 cumpleaños en tan buena forma como la que tiene actualmente el Club Baloncesto Gran Canaria. Creo que aún tenemos nítidas las imágenes del club celebrando la consecución de la Eurocup en su casa con toda su afición. Son muy poquitos los equipos de élite que cuentan con un logro semejante a lo largo de su historia. Detrás una comunión con la afición, un club luchador y aguerrido que ha ido creciendo a base de esfuerzos, superándose a sí mismo y alcanzando metas que hasta hace poco tiempo eran inimaginables. 

El cántico de “somos un equipo de patio de colegio” es literal en este caso. Un equipo fundado en el colegio Claret que, sin embargo, ha jugado más de la mitad de su trayectoria en la élite del baloncesto español. Es casi una epopeya deportiva. Y es un buen momento para hacer un repaso a sus hitos.

Es imposible hacer mención a todos los grandes jugadores que canasta a canasta han ido forjando esta historia. Pero sin duda hay tres que destacan por encima del resto y cuyas camisetas presiden el Gran Canaria Arena. En primer lugar el querido Greg Stewart, uno de los primeros jugadores extranjeros en dejar huella en la isla. Hace ya 5 años que Gregorio, como le llamaba familiarmente aquí, falleció, pero su recuerdo y su icónica figura siguen vivos para siempre en la afición.

En segundo lugar nos tenemos que acordar de Jim Moran, llegado desde Nueva York, pero que bien podría haber nacido al lado del Pabellón de la Vega de San José. Un jugador cuyos valores y juego encajaron a la perfección en un equipo que se encontraba en una etapa de crecimiento. Sin duda tuvo una contribución decisiva en esos años.

Y por último, cómo no, el capitán, Sitapha Savané. Creo que no hay nadie mejor que él para presidir este club en su 60 aniversario. No voy a resumir sus más que conocidos y espectaculares logros deportivos porque además el valor de Taph, como le llaman sus amigos, que son muchísimos y cada día más, reside en su capacidad de ser un ejemplo dentro y fuera de la cancha. Su ética de trabajo, su compromiso social, su amor por el club y por la isla, su excelente preparación… creo que hablo en nombre de toda la familia baloncestista cuando digo que Savané es sin ningún lugar a dudas el mejor presidente que podemos tener. Estoy seguro de que con él el club está experimentando una nueva etapa de crecimiento y de consolidación en la élite del baloncesto europeo.

Pero un club de patio de colegio, si por algo se caracteriza es por su cantera. Nuestro mayor orgullo son los 13 equipos, masculinos y femeninos que juegan en categorías de formación. Soy consciente de que son muy pocos los que llegan al baloncesto profesional, un deporte en el que es extraordinariamente complicado llegar a la élite. No obstante, el objetivo de esta cantera no es solo formar jugadores y jugadoras de baloncesto, que también, sino formar personas a través de este bonito deporte. Inculcar los valores del esfuerzo, la superación, el compañerismo, la diversidad, la igualdad… Si nos alegramos tanto por los éxitos deportivos es en gran parte porque suponen una referencia y una motivación para estos cientos de niños y de niñas.

Es evidente la estrechísima relación que existe entre el Cabildo de Gran Canaria y este club. Aunque es una relación que tiene que evolucionar, ha sido positiva para ambas partes. El crecimiento deportivo e institucional de la entidad no hubiese sido posible sin el apoyo público, pero sin duda el club también contribuye de manera decisiva a mejorar y ampliar la imagen y la consideración del Cabildo entre la población de la isla y a proyectar los valores de Gran Canaria

Y no podemos olvidar la importante labor social del club, que está en el núcleo de la colaboración entre ambas instituciones. Hay que hacer especial hincapié en el proyecto SUMA, un ejemplo de inclusión a través del deporte que cumple cinco años con la implicación de 20 colegios de educación infantil y primaria con aulas enclave, ocho institutos de educación secundaría, cuatro centros de educación especial y más de 10 asociaciones.

Este no es el cumpleaños de un club o de una institución. Es el cumpleaños de una gran familia. Porque el Club Baloncesto Gran Canaria solo tiene sentido si es una gran familia. No niego las potencialidades ni la capacidad de crecimiento, pero por sus orígenes, por su historia, por el perfil de los jugadores que han triunfado aquí, por los presidentes que hemos tenido, todos personas íntimamente ligadas al club desde hace muchos años, es esta cercanía la que nos aporta un valor diferencial.

Es el mejor momento también para darle las gracias a todos los presidentes que han llevado las riendas, que han trabajado lo indecible para que hoy estemos aquí. A sus equipos, a los trabajadores y trabajadoras de esta casa, a toda la famila del Granca conformada por personas que llevan muy dentro a este equipo y lo que representa y que encarna valores como lo que representó siempre Pedro Montesdeoca, el “doc” una figura eterna para esta entidad.

Estamos en un tiempo importante de la historia de esta institución. Hemos alcanzado el mayor éxito de nuestra trayectoria con la consecución de la Eurocup y la clasificación para la Euroliga. Pero ese éxito también nos ha situado ante la realidad de que somos un club pequeño, dependiente de recursos públicos, con dificultades añadidas por nuestra situación geográfica, que tiene que seguir profesionalizándose y diversificando sus fuentes de ingresos para poder asentarse en el lugar que deportivamente se ha ganado.

Debo agradecer a Dreamland Studios su apuesta a largo plazo por el club como vía para dar a conocer su empresa en nuestra isla. Sin duda la cultura y el deporte constituyen una alianza perfecta. Dreamland se une a otros socios patrocinadoras como el propio Cabildo, a través de Turismo y Deporte, Aguas de Teror, Toyota, Turismo de Canarias, Caixabank, el Grupo Disa y HPS Hospitales. Tampoco nos podemos olvidar de las más de 60 empresas locales que son patrocinadoras, copatrocinadoras o colaboradoras. A todos ellas, de verdad muchas gracias. Y me gustaría animar a que muchas más empresas locales se animaran a formar parte de esta gran familia y a garantizar la pervivencia de este gran proyecto.

Estoy seguro de que juntos lograremos seguir creciendo si no olvidamos que somos una familia. Los jugadores que se quedan jugando aquí lo hacen porque en Gran Canaria, en el club y en la afición encuentran un hogar y una familia. Porque los valores de humildad, esfuerzo y lucha que inspiran a este equipo son consustanciales a los hombres y mujeres de esta isla y una inspiración para quiénes nos conocen.

Para mí ha sido un gran honor y un privilegio aún más grande haber podido compartir y vivir momentos históricos para este club.

El CB Gran Canaria siempre va a poder contar con el apoyo y respaldo del Cabildo, porque nos une una historia y un fin común: hacer más grande Gran Canaria, hacer que sus hombres y mujeres, nacidos aquí y venidos de fuera, se sientan aún más orgullosos de vivir en este lugar privilegiado.

No es habitual celebrar un 60 cumpleaños en tan buena forma como la que tiene actualmente el Club Baloncesto Gran Canaria. Creo que aún tenemos nítidas las imágenes del club celebrando la consecución de la Eurocup en su casa con toda su afición. Son muy poquitos los equipos de élite que cuentan con un logro semejante a lo largo de su historia. Detrás una comunión con la afición, un club luchador y aguerrido que ha ido creciendo a base de esfuerzos, superándose a sí mismo y alcanzando metas que hasta hace poco tiempo eran inimaginables. 

El cántico de “somos un equipo de patio de colegio” es literal en este caso. Un equipo fundado en el colegio Claret que, sin embargo, ha jugado más de la mitad de su trayectoria en la élite del baloncesto español. Es casi una epopeya deportiva. Y es un buen momento para hacer un repaso a sus hitos.