Espacio de opinión de Canarias Ahora
29-S: esto sólo acaba de empezar por José Luis Alzola
Los países ó mejor, sus gobiernos (salvo excepciones), no se están preocupando por el bienestar de sus ciudadanos; sus preocupaciones han sido mantener este sistema neo-liberal. Les ha ido bien y más desde que Nixon “decidió” que el dólar sustituiría al oro como patrón de cambio mundial. Había que entrar por el aro si se quería estar en el negocio y a eso se apuntaron prácticamente todos los países.
Las consecuencias son las que estamos pagando ahora, por haber basado el sistema de pagos en una moneda que no tiene detrás más que la confianza supuesta en el buen hacer de los EE. UU. Precisamente donde ésta crisis comienza a hacerse visible con las hipotecas basura, debido a los especuladores financieros que buscan nuevas maneras de ganar dinero rápida y fácilmente. La desconfianza entre los propios bancos debido a la contaminación de sus cuentas con las famosas hipotecas hace que el crédito se paralice; muchas empresas entran en pérdidas y en peligro por falta de liquidez y es cuando los Estados intervienen, con dinero público, para impedir el desastre. Momento propicio para haber tomado las medidas oportunas por parte de los Gobiernos que evitaran situaciones futuras de igual índole, pero no fué así. Era el momento para que los Gobiernos tomaran las riendas del negocio bancario y pactaran a nivel global una regularización ó “supervisión” de los mercados que evite la repetición de lo sucedido, se dejó pasar la oportunidad.
Ya sabemos lo que pasó, una vez recibido el dinero. Ni se facilitó crédito, ni se ayudó a empresas a refinanciarse, ni se invirtió en buscar la manera de evitar otras crisis. Todo lo contrario; primero había que “premiar” a los que inventaron cómo hacerse con dinero fácil especulando, luego tapar los agujeros dejados en sus cuentas y por último y más denigrante, exigir a los Gobiernos que, después de endeudarse más para ayudar a los bancos, ajusten su déficit público para poder seguir recibiendo financiación.
Y de esta forma, manipulados por el mismo capitalismo que creó la crisis, se acobardan y ceden a las exigencias del FMI, del G-20, del BCE y demás “iluminados”. Ahora nos aplican una reforma laboral en España que colocará más precariedad si cabe en el mundo laboral. Ya hablan sin rubor, desde la propia banca, de reformar las pensiones y continuar con el ajuste fiscal si queremos recuperarnos, pero aún seguimos sin oír desde esa banca, que se van a recortar los sueldos millonarios pagados a sus ejecutivos ó las pensiones escandalosas con las que se retirarán los directivos.
La sociedad lleva ya demasiado tiempo alienada por los medios de comunicación afines al sistema, la gran mayoría de ellos, y por los voceros de los empresarios y banqueros, que repiten la máxima de que el crecimiento es lo que importa para poder salir de esta crisis, y quienes tienen que crecer por lo visto son sólo ellos, y cómo? pues ya lo estamos viendo: pisando a la clase trabajadora para seguir escalando posiciones en su particular modo de vida.
Ya es hora de dar la vuelta a esto, no podemos esperar a las próximas elecciones para decir lo que queremos que hagan nuestros gobernantes, tenemos una magnífica ocasión de hacerlo el próximo día 29 de Septiembre, en la jornada de huelga general alentada por la mayoría de organizaciones sindicales y sociales, y perseguida, cómo no, por los empresarios, la mayoría de la clase política y el propio gobierno, desde donde se lanzan opiniones en contra de la misma: de que no tiene apoyos mayoritarios, de que es una huelga oportunista de los sindicatos de cara a las próximas elecciones sindicales, de que es inconveniente en estos momentos pues no ayuda a salir de la crisis, de que tiene un marcado carácter político en palabras de un empresario de la automoción.
Pues tengo que corregir a este empresario, la huelga no tiene un marcado carácter político, la huelga es totalmente política, es la respuesta que los trabajadores vamos a dar ante la mayor agresión capitalista que estamos sufriendo. Cuando lo único que les importa es ver de qué manera aumentan las ganancias, a costa de lo que sea y de quien sea y cuando encima los gobiernos supuestamente democráticos les ayudan; al ser humano no le queda otra que salir a la calle y gritar que ya está bien de que sufran siempre los mismos, que esta situación está provocada por los que más dinero ganan, la banca especuladora y los grandes capitales financieros, además de que su manipulación sobre los gobiernos está desmoronando lo poco que queda de “social” en nuestras sociedades. Claro que es una huelga política y no sólo eso, es la primera huelga contra el sistema que nos domina y me imagino que no será la única porque esto sólo acaba de empezar.
José Luis Alzola
Los países ó mejor, sus gobiernos (salvo excepciones), no se están preocupando por el bienestar de sus ciudadanos; sus preocupaciones han sido mantener este sistema neo-liberal. Les ha ido bien y más desde que Nixon “decidió” que el dólar sustituiría al oro como patrón de cambio mundial. Había que entrar por el aro si se quería estar en el negocio y a eso se apuntaron prácticamente todos los países.
Las consecuencias son las que estamos pagando ahora, por haber basado el sistema de pagos en una moneda que no tiene detrás más que la confianza supuesta en el buen hacer de los EE. UU. Precisamente donde ésta crisis comienza a hacerse visible con las hipotecas basura, debido a los especuladores financieros que buscan nuevas maneras de ganar dinero rápida y fácilmente. La desconfianza entre los propios bancos debido a la contaminación de sus cuentas con las famosas hipotecas hace que el crédito se paralice; muchas empresas entran en pérdidas y en peligro por falta de liquidez y es cuando los Estados intervienen, con dinero público, para impedir el desastre. Momento propicio para haber tomado las medidas oportunas por parte de los Gobiernos que evitaran situaciones futuras de igual índole, pero no fué así. Era el momento para que los Gobiernos tomaran las riendas del negocio bancario y pactaran a nivel global una regularización ó “supervisión” de los mercados que evite la repetición de lo sucedido, se dejó pasar la oportunidad.