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Agradecimiento de una docente a su alumnado

Raquel Ramírez González (nombre ficticio)

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Hola, mi nombre es Raquel. No sé si recuerdan cuando, en noviembre de 2022, se publicó la convocatoria para las oposiciones en educación, y entre ellas estaba la mía, Procesos Comerciales. Pues hoy les digo, que no fue posible conseguir mi plaza de funcionaria.

Me gustaría relatarles mi camino de más de año y medio. En ese tiempo he vivido muchas horas… pero estudiando. He renunciado a pasar tiempo con mi familia, a ver crecer a mis hijos, perdiéndome celebraciones... todo por una ilusión, conseguir mi plaza, que años antes ya había intentado en otro proceso de oposición.

En la convocatoria, al leer detenidamente el apartado referente a las listas de empleo, indicaba “Su integración y ordenación se realizará en la forma establecida en la normativa reguladora de conformación de listas de empleo vigente en el momento en que se efectúe”. Aun así, realicé junto a muchos compañeros y compañeras el pago de las tasas para poder participar en el proceso. Lo único que podía ocurrir si aprobaba y no conseguía plaza era una cosa: mejorar mi situación en las listas.

Eufórica, contacto con un preparador mediante mi sindicato, sin duda el mejor de Canarias y muy recomendado ellos. Entonces, comienzo a prepararme a fondo. Y llega el gran día, a finales de junio del 2024 realizó mi prueba del tema y mi exposición de la situación de aprendizaje. De nuevo celebración. Celebración porque se cierran los libros y comienza el proceso de méritos, donde envío los documentos de la formación que he realizado. Llega el final del proceso y resultó APTA, sin embargo, no consigo plaza. A pesar de ello, sigo muy feliz por esos compañeros y compañeras que, igual que yo, han dedicado mucho tiempo y esfuerzo, y sí han obtenido su merecida plaza. Entre risas, recordamos las anécdotas de sus primeros años de experiencia, donde tenían siempre la maleta preparada por si les nombraban en la otra punta de su isla o en una distinta.

El tiempo sigue, y todos los opositores y opositoras vamos asimilamos lo ocurrido, pero, el 12 de agosto de 2024, se publica una modificación de la Orden sobre funcionamiento de las listas de empleo docente que estaba vigente en el momento de realizarse las oposiciones. A pesar de lograr mi objetivo de aprobar, ésta vez tampoco lo puedo celebrar ya que no avanzo los puestos que creía al inscribirme. Además, al preguntar a mi sindicato, me contestan pasados un par de días que “es lo justo”, que “eso se lleva debatiendo hace más de un año”. Es decir, ellos lo sabían y no me informaron. A mi malestar por no avanzar en las listas, se añade la sensación de engaño y ocultismo de mi sindicato y de mi preparador. Entonces, no puedo evitar preguntarme ¿esto es un negocio del que he sido partícipe?

Tras días de desahogo, tomo conciencia que todo mi esfuerzo no ha valido la pena. Compañeros y compañeras de mi categoría y otras distintas, que voluntariamente decidieron no estudiar, quedan a pocos puestos de mí, sin haber sacrificado nada en todo este tiempo.

Entre corrillos del centro se oye que estas oposiciones eran “fáciles”, pues había partes eliminatorias y, por tanto, la reordenación no debería tener grandes repercusiones para los aprobado sin plaza. Pero por otro lado se comenta que, si tan fáciles eran, ¿por qué no se presentó todo el mundo?, o ¿por qué sólo un tercio de los presentados aprobó?

Alcanzado el final de mis vacaciones, llego a la conclusión de que he perdido un año y medio de mi vida. Entonces recuerdo a mis alumnos y alumnas, apoyándome en cada día de estudio y eso me devuelve las ganas a seguir intentándolo. Porque ellos me han trasmitido, que les he enseñado más con mis actos que con las explicaciones.

Sin saberlo, durante ese tiempo le estaba enseñando a mí alumnado que los sueños se consiguen luchando, con esfuerzo y con sacrificio. Ellos me veían estudiar como una alumna más en la biblioteca del centro educativo. Me dieron ánimos durante todo el proceso y ahí me enseñaban lo hermoso de ser docente.

Al ser tutora, conversábamos sobre diversos temas y me preguntaban sobre aquello que no entendían. Uno de los temas que les inquietaba, era que no entendían porque ellos debían estudiar para aprobar y obtener su título formativo, cuando tenían algunos profesores que nunca habían estudiado para una oposición. Todos esos interrogantes llegaban porque notaban a algunos docentes inquietos y a raíz de que el docente de FOL (Formación y Orientación Laboral), les mostrara nuestra convocatoria, la estudiaran y la debatieran. Por esta razón, trabajé junto a este docente para explicarlos juntos muchos otros de los aspectos en torno a la estabilización de plazas docentes. Y un día, Miguel, uno de mis alumnos, me dice “Raquel, en casa de herrero, cuchara de palo”. Cuánta razón tenía Miguel.

Pero lo que más les sorprendía era que, si la Consejería de Educación había ofrecido la posibilidad de estabilizar tantas plazas, teniendo más de un año y medio para prepararse las pruebas, donde podías pasar a la segunda parte sin superar la primera y contando la experiencia más que en otras convocatorias, como existía una parte del profesorado que no quería presentarse. Cuánta razón tenían…

Y pienso ¿cómo demostrar a esas personas, que son nuestro futuro, que el esfuerzo no sirve para nada? Pues al final, decido quedarme con lo que me escribió Yurima “Profe, yo quiero un mundo mejor”. La reflexión es ¿cuál quieres tú para los tuyos?

Hola, mi nombre es Raquel. No sé si recuerdan cuando, en noviembre de 2022, se publicó la convocatoria para las oposiciones en educación, y entre ellas estaba la mía, Procesos Comerciales. Pues hoy les digo, que no fue posible conseguir mi plaza de funcionaria.

Me gustaría relatarles mi camino de más de año y medio. En ese tiempo he vivido muchas horas… pero estudiando. He renunciado a pasar tiempo con mi familia, a ver crecer a mis hijos, perdiéndome celebraciones... todo por una ilusión, conseguir mi plaza, que años antes ya había intentado en otro proceso de oposición.