Alemania entre la subida de la carestía y la ultraderecha

En los días del 2013, cuando se fundó la AfD (Alternative für Deutschland=Alternativa para Alemania) el partido presentaba una serie de economistas enemigos del euro y de la europeización de Alemania. La AfD estaba dominada por profesores de economía de corte derechista-liberal, pero desde entonces se ha desplazado hacia la derecha extrema. Los profesores abandonaron el barco o monstruo que habían creado y criticar ya la moneda del euro, se centró en el miedo y incluso odio a los musulmanes y los refugiados. El miedo a la avalancha de extranjeros de piel morena, árabes y musulmanes se convirtió en un odio poco disimulado.

La formula del miedo y el odio tuvo éxito. No desde el principio, pero ha ido creciendo y desde el 2017, es el mayor partido de la oposición en el Bundestag. Claro que la unilateralidad en la política anterior de los medios de comunicación que atacaba o silenciaba a las izquierdas jugó un papel, pero también el hecho de que el Gobierno Semáforo (Socialdemócratas, liberales y verdes) se encontraron con una situación muy difícil : la intensa pandemia de la Covid, la carestía de la vida, la subida de la energía desde la explosión de los oleoductos de gas ruso, y otros muchos factores producidos por las polémicas boicoteadoras de los liberales han jugado un papel acelerador.

La AfD ha ido creciendo junto con el descontento, lo cual indica que tales votos van a la derecha y no a la izquierda. Tales votos no buscan una alternativa, sino parecen buscar un castigo al gobierno actual.

La Alternativa para Alemania es el Partido de los apestados políticamente, puesto que ningún otros partido quiere aliarse con ellos, no como en España con Vox sus hermanos gemelos.La AfD está representada en todos los parlamentos estatales alemanes y en el Parlamento Europeo. Debido a sus puertas abiertas al extremismo de derechas y a la influencia cada vez mayor de la extrema derecha en torno a Björn Höcke y compañía, la Verfassungsschutz u Oficina de Protección de la Constitución ha investigado por I se puede prohibir por anticonstitucional. Pero hay que recordar que el anterior presidente de tal Oficina resultó ser él mismo un de la extrema derecha democristiana, lo cual hace dudar de la objetividad de tales investigaciones.

La lenta y segura ascensión derechista

En el 2014, la AfD participó de las elecciones de Hesse, pero no se comió una rosca y no pudo entrar en el Parlamento Regional. En septiembre del 2019 la AfD alcanzó muchos votos en los resultados de Sajonia o sea en la parte oriental alemana que subjetivamente se siente abandonada y objetivamente no ha sido objeto de grandes inversiones hasta hace muy poco.

Pero ya en 2017 la AfD se pudo sentar en el Bundestag (Parlamento Federal) como tercera fuerza con el 12,6% de los votos (94 escaños). Fue un golpetazo en la política alemana: por primera vez un partido a la derecha de los cristiano-demócratas llegaba al órgano legislativo.

El candidato de AfD, Robert Sesselman, que es todavía diputado en el Parlamento de Turingia, ha ganado los comicios celebrados el pasado domingo frente a su único rival en segunda vuelta, el democristiano Jürgen Köpper, al obtener nada menos que el 53% de los votos. La comarca que se acerca a los 60.000 votantes ha dado un bofetón tanto a la Democracia Cristiana muy conservadora como a los Verdes y semáforos.

Que algo así ocurra en un país de 84,4 millones de habitantes no parece importante y sin embargo, a pesar de lo poco numeroso del pueblo votante en Sonneberg, es una señal que alarma al estamento establecido. Al mismo tiempo, los apestados de ayer gobernarán hoy en la Comarca, que pese a no ser grande toma un significado simbólico.

Es la señal que AfD buscaba para demostrar que el cordón sanitario que sigue defendiendo los grandes partidos en Alemania no les impide alcanzar victorias. O incluso gobernar, aunque en términos estrictos el cargo que ha ganado Sesselmann es administrativo.

El candidato conjunto de la Izquierda y los Verdes fue eliminado en la primera vuelta de las elecciones. “Durante la campaña electoral nos dimos cuenta de que mucha gente tiene miedo al futuro y piensa que, de todos modos, todo se va al garete”, ha dicho la política señora Büttner. Esto se reflejó ahora en los resultados electorales.

Y dentro de la Linke (Izquierda) han estado atacando a la Sarah Wagenknecht diputada por Die Linke en el Parlamento federal y esposa de Oscar Lafontaine por ser izquierdista y partidaria de una paz negociada en Ucrania, mientras los otros están por suministrar más y modernos armamentos al Zelensky que sigue las instrucciones de Estados Unidos.

Curiosamente la AfD se ha mostrado partidaria del desarme y de la negociación en el conflicto ruso-ucraniano, lo cual parece darle votos. Es una lección practica dolorosa ver como la ultraderecha sube y la izquierda no acaba de disciplinarse y aunar esfuerzos. Los que buscan el aplauso fácil de los medios no siempre ganan elecciones.